Deportes

Fresia Rosales, figura del balonmano Adesup: Todos los movimientos en la cancha pasan por sus cálculos

Está transitando el último semestre de Ingeniería Civil, pero la alumna de la U. del Bío Bío asegura que todavía tiene mucho que dar en el torneo universitario regional. Con el balón en las manos comenzó en el circuito escolar y ahora espera despedirse como le gusta: en el rectángulo de juego.

Por: Samuel Esparza 20 de Abril 2020
Fotografía: Fresia Rosales

Dos son los motivos principales que hicieron que hace 10 años atrás, Fresia Rosales se inclinara por el balonmano entre varias alternativas de deportes que le ofrecía su colegio, Almondale Lomas: unión y estrategia. El primer concepto lo aplica al grupo y ese vínculo especial que ha logrado tejer en cada equipo donde ha estado. El segundo, a la habilidad que dice, se requiere para sobresalir en una disciplina que va mucho más allá de lo físico, como muchos suponen.

Hoy, con 22 años, asegura estar contenta con el paso dado y que le abrió un mundo inesperado. Por eso mismo, aunque ya cursa el último semestre de Ingeniería Civil en la U. del Bío Bío, siempre se las arregló para mantenerse ligada a la disciplina, jugando, compitiendo y, sobre todo, compartiendo.

Pasos de niña, saltos de mujer

Estaba en sexto básico cuando comencé a practicar balonmano en la selección de mi colegio, me gustó porque implicaba harto movimiento y mucha estrategia para armar el juego. Este último factor hizo que de lateral izquierdo, el puesto en que comencé, pasara a central, que es mi puesto actual y donde estoy encargada de armar el juego”, relata Fresia.

Lo que me hizo perseverar tantos años fue mi equipo, competíamos en muchos torneos interescolares y la unión que se generaba era increíble, algo que no se da en cualquier deporte. Hay que tener comunicación y conocerse, porque cada una tiene su maña jugando, después que uno entrena y se conoce, ya sabe que una niña estará en tal o cual posición para entregarle la pelota”, añade.

Aquello le quedó tan marcado, que apenas ingresó a la universidad quiso continuar con su deporte, encontrándose con que había selección masculina, pero no femenina. Circunstancia que no tardó en solucionar, igual como acostumbra en la cancha: con estrategia.

“Tenía un amigo que estaba en el equipo de varones y le dije que me gustaría tener un equipo para jugar. Él conversó con sus compañeros y en grupo hablaron con el profesor Rodrigo Luengo, que hizo un llamado para que las alumnas que quisieran se probaran”, señala.

Todo un éxito resultó la convocatoria que reunió a más de 30 estudiantes, con lo que ya había material humano para crear la rama.

“Eso fue a finales de 2017 y, en base a constancia, logramos armar una selección. Se han ido sumando chicas sin conocimiento, a las que hemos entrenando desde cero, motivándolas y haciendo que esta rama nueva crezca”, cuenta Fresia.

Así llegó 2018, cuando el equipo femenino de balonmano de la UBB debutó en Adesup, añadiéndose como competidor permanente. “Como no todas sabían jugar bien, nos propusimos divertirnos en el debut, aunque para nuestra sorpresa ganamos ese partido. Somos un grupo nuevo, hemos progresado de a poco y estamos conformes con nuestros dos primeros años de competencia en el circuito, porque siempre damos todo. Siento que cada día nos afiatamos más, nos entendemos dentro de la cancha y sacamos nuevas jugadas, todo lo consideramos un logro”, sostiene la actual capitana del equipo.

Aunque el gran descubrimiento de Fresia fue ver que, tal como en su colegio, acá también se vivía la misma camaradería. “Creo que lo mejor que me ha dado este deporte es la amistad, me acuerdo de cada compañera desde que jugaba Adicpa y de ese primer gol que marqué en un partido, el 2010 contra San Agustín. Así es este deporte, te marca para siempre”.

Etiquetas

Notas Relacionadas