Primera Copa América en Concepción: Zamorano volando en el barro y el “Bati” pateando hacia el arco de Chilavert
19 de Abril 2020 | Publicado por: Paulo Inostroza
Fueron sólo 2 partidos en Collao y 11 goles. La única vez que Chile jugó un partido oficial en nuestra zona y fue un show de “Bam Bam”. También vinieron Caniggia y Simeone.
Cuesta recordarlo, pero la expectativa ese 1991 era altísima. Tres meses antes de la Copa América, Colo Colo le había demostrado al país que sí se podía ser campeón. Salah nominó a 8 jugadores de ese plantel y sólo Espinoza fue reserva. Dejó fuera a Rubén Martínez y tampoco quiso contar con el “Fantasma” Figueroa, que la rompía en México. Y, a esa base alba, le metió en la cabeza su 4-4-2 de vieja escuela, aunque al final terminó con Rubio y Yáñez por las puntas y Zamorano de “9”. El debut fue goleando 3-0 a Venezuela y el 8 de julio tocaba partido clave contra Perú en Collao. Llegaron 35 mil personas.
Fue bajo intensa lluvia, durísimo, y el resbaloso terreno hizo que un defensa peruano tropezara y Hugo Rubio abrió la cuenta. Era uno de los 4 “extranjeros” del equipo, junto a Zamorano, Basay y el “Pillo” Vera. En la nómina también estaban el “Tunga” González y Marcelo Vega. A los 51’, Zamorano hace una finta impropia de él mismo, elude a Purizaga y este le comete penal. “Coke” Contreras marca el segundo.
Todo tranquilo hasta que “Pato” Toledo tapa un remate de Hirano y le queda a Maestri, que anota con derechazo de “globito”. Era su debut por Perú y saldría lesionado a los 80’ después de un patadón. Pero entró Yáñez y bailó por la derecha para que Zamorano marcara dos veces conectando de cabeza. El primero, con un violento testazo que dobló las manos del arquero y el segundo con una “palomita” que lo hizo nadar en el barro, imagen inolvidable de lo que era “Bam Bam”, valiente, lleno de lodo, furioso. Antes de eso, había descontado el “Chemo” del Solar con hermoso zurdazo.
Genios nacientes
El favorito de ese año era la Colombia de Valderrama, Higuita y Rincón. Brasil no venía completo y se guardó a Romario y Raí, entre otros. Argentina tenía castigado a Maradona y se renovaba tras el subcampeonato de Italia ‘90. Así, llegaron varios jovencitos como Simeone, Franco y Batistuta. También Goycoechea, Caniggia y un tal “Leo” Rodríguez, que le ganó el puesto al mediático Diego Latorre. Muchos de ellos aún eran desconocidos.
Por entonces, se jugaba en dos grupos de cinco y avanzaban los dos mejores. Argentina y Paraguay llegaban a Collao con 4 puntos cada uno, campaña perfecta. Ese 12 de julio, la albiceleste de Basile fue una aplanadora y lo de Caniggia, una de las actuaciones individuales más sobresalientes que se han visto en los pastos de nuestra zona.
El “Pájaro” asistió de taco en el gol de Batistuta, centró a Simeone en el segundo y remató para que Chilavert le dejara rebote a Astrada en el tercero. En el último, se la echaron a correr -como toda la tarde- y gambeteó a “Chila” como un cono para dejar las cosas 4-1. Antes había descontado un tal José Cardozo. Esa Argentina, también con Ruggeri atrás y “Pepe” Basualdo, sería el campeón y dos años más tarde repetiría prácticamente con la misma base. Nunca más, ni con Messi.
¿Y Chile? Clasificó con un memorable 4-0 a Paraguay -volea de Estay a Chilavert-, pero en el cuadrangular final se desinfló. Como sea, Collao se llenó la boca de goles y figuras, vio brincar a Iván y nacer a Batistuta. También vio correr a “Cani”, Chilavert aún lo busca.