Le gustan Mbappé, Cristiano y todos los delanteros de gran velocidad, se identifica con ellos. Bastián Figueroa anota en la cancha de fútbol, pero también saca aplausos corriendo distancias cortas y en el salto largo. A sus 16 años, sueña con ser profesional y la pelota gana ese “gallito” en su futuro.
Bastián Figueroa y la velocidad son dos cosas que van de la mano. Tan rápido que es mejor no soltarse y mirar simplemente hacia adelante. Cursa Tercero Medio en el Instituto San Pedro y es de esos que se anota en cualquier competencia que tenga que ver con correr, acelerar. Así se dio cuenta que era bueno para el atletismo y también para el fútbol, que es lo que más lo apasiona. Ahí mete quinta, encara y sueña en grande.
Tiene 16 años, vive en San Pedro de la Paz y cuenta que “lo mío siempre fue el fútbol y de chico me gustó ser delantero, ir para adelante, meter goles. Luis Cartes es el profesor de fútbol del colegio, pero en realidad también de gimnasia, hándbol… Hace de todo. En un taller me llevó por el tema del atletismo y me iba bien en las distancias cortas. En 80 metros compito a nivel escolar y he sacado siempre primer y segundo lugar. Como mido 1,83, el ‘profe’ me metió también en salto largo y mi estatura me ayuda harto”.
No parecen disciplinas tan compatibles, por un tema de lesiones, pero Bastián señala que “nunca he tenido problemas y siento que puedo hacer las dos perfectamente. Las habilidades de una y otra no son tan distintas. Además, siempre he sido de esos que va al deporte que lo llaman. Si hay básquetbol, me anoto. En mi casa, los más deportistas son mis tíos, que juegan fútbol amateur y yo también juego por el Atlético de San Pedro”.
¿Y cuál es su posición en la cancha? “Me gusta jugar en cualquier posición, pero de ataque. Puedo ser extremo por cualquiera de las dos bandas, porque lo mío es la rapidez. También puedo ser el delantero centro por mi porte y me acomodo bien. Mis delanteros favoritos en el mundo son Cristiano Ronaldo, Mbappé y también me gusta mucho Alexis Sánchez. Son todos rápidos. Uno los mira, trata de sacar algunas cositas”, confesó.
Bastián es entusiasmo puro. Se nota que se tiene fe, su rendimiento lo avala. “Pregúntele al ‘profe’ si hago goles”, advierte seguro de sí mismo. “Siempre he querido entrar en el Fútbol Joven de algún equipo de la zona. La UdeC y Huachipato son de Primera, pero Concepción y Vial también son grandes clubes. Este año pensaba meterme, estaba quizás más decidido, pero justo pasó lo del coronavirus y siento que este año se me fue. Ojalá no sea así”, comenta con algo de desilusión.
Y en la pista tampoco se queda abajo y sostiene que “pienso ir a inscribirme al Ester Roa, donde sé que entrenan siempre y me gustaría competir en regionales o algo más grande. Mi sueño es ser seleccionado chileno en alguna de las disciplinas que hago, representar al país”.
La competencia de Adicpa está parada por razones lógicas, aunque comenta que “los partidos son los sábados, pero en las categorías más grandes como que la idea es hacer la competencia más corta porque hay más peleas, discusiones y hay que evitar ese tipo de cosas. Mi familia me va a ver casi siempre o, si no, al barrio. Siempre me apoyan”.
El coronavirus no lo deja acelerar ni imponerse en un mano a mano por la banda, pero afirma que “yo vivo en un condominio que tiene cancha y salgo con una pelota a hacer ejercicio y jugar solo, hacer algunas cosas. Todo sirve y está claro que no puedes hacer un partido con más gente, hay que cuidarse, pero es lo que se puede hacer para moverse un poco. Igual paso casi todo el tiempo encerrado y trato de moverme un poco dentro de mi casa”.
Pero el encierro tiene doble dificultad para el deportista. Bastián apunta que “me dan ganas de comer a cada rato. Cuando no hago nada lo primero que pienso es en comer y creo que es normal, porque no estoy gastando toda la energía que gasto normalmente con el deporte. No ha sido fácil ni tengo muchos secretos para eso. Trato de aguantarme no más. Y de repente también hacer ejercicio para ocupar el tiempo y no dejarse estar para cuando vuelva la competencia”.
Y para volver de cabeza a su sueño, uno que siente que no puede esperar más. Uno para el que tiene todas las condiciones y las ganas.