Deportes

Los riesgos y dificultades del entrenamiento en casa

No hay otra alternativa. Muchas veces en espacio reducido y con los niños dando vueltas por todos lados. Los deportistas deben ingeniárselas en sus distintos entornos. ¿Y la vuelta? Esperando que no sea inmediata y abunden las lesiones.

Por: Paulo Inostroza 06 de Abril 2020
Fotografía: Lukas Jara M.

Se habla mucho del teletrabajo. En el caso de los deportistas, buscando mantener el mejor estado físico, pensando en un retorno que no tiene fecha ni siquiera tentativa. Unos reciben planificación para desarrollarla en su casa, otros son monitoreados desde un PC y algunos han debido salir a la luz, con algún ingenioso sistema. Unos tienen máquinas y pesas en el garage y otros un departamento chiquito, donde, además, deben entretener a sus hijos pequeños. El encierro da para todo y así lo están manejando.

Rodrigo Melgarejo es preparador físico de Unión Española y está encerrado en Concepción. Desde acá, conduce el trabajo del plantel durante esta cuarentena y cuenta que “decidimos con el cuerpo técnico que no usaríamos Zoom ni ningún sistema de monitoreo. Preferimos confiar en el jugador, que es un profesional. Claro que ellos se reportan y cada tres días, hablamos de cómo han llevado estas pautas y cargas de trabajo. Tampoco era buena idea imponer un horario y tenerlos a todos al mismo tiempo, porque las realidades familiares son todas distintas. Si tienes dos niños chicos, es mejor que tú decidas responsablemente en qué momento entrenar”.

Y esas distintas realidades obligan a que el trabajo no sea el mismo para todos. “Envío distintas alternativas de trabajo, pensando en los que viven en departamento, los que tienen patio, los que cuentan con una trotadora o una bicicleta. Cada uno sabe cuál es su opción. Como base, el club les entregó a todos algunas herramientas mínimas para que tengan en casa. Hay jugadores que tienen casi un gimnasio en su casa y otros arriendan un espacio pequeño. El que tiene más debe hacer un trabajo extra, porque puede y eso hay que aprovecharlo”, aseguró el especialista.

Pero no todo se trata de lo físico. Melgarejo advierte que “hay un tema emocional importante. Los jugadores son personas, son papás. Acá se trabaja con psicólogo y nutricionista, porque la ansiedad es algo que deben manejar y también la alimentación, todo va de la mano. Yo creo que un jugador bien trabajado en el encierro llegará a un 80 por ciento de su nivel físico y acá entendemos que hay un margen del 2 por ciento de su composición corporal que pueden pasarse, pero no más. Lo recomendable sería que cuando vuelva la competencia haya 2 semanas o 3, si se puede, para adaptarse, porque si no puede haber muchas lesiones. Eso sería peligroso, pero a veces hay temas comerciales que apuran y las lucas pesan al momento de las decisiones”.

Andrés Oreña P.

La voz del “kine”

Juan Caamaño es kinesiólogo deportivo de larga trayectoria en nuestra zona y, sobre este duro presente, sostiene que “hay que mantener la normalidad dentro de lo anormal que es todo esto. Hay menos actividad física y también se come más, por lo que las curvas de medición cambian. No puedes hacer en el living lo mismo que en una cancha de fútbol, por ejemplo, pero lo más importante es conocer al deportista para diseñar su rutina. Su espacio, su entorno familiar, si no duerme mucho, si tiene incertidumbre económica. Todos son casos distintos y hay que manejarse en tres líneas: trabajo físico, psicológico y nutrición”.

Pero más allá del método, es imposible que estén al cien. “La idea es que se alejen lo menos posible de ese ideal. En Deportes Concepción, por ejemplo, hoy se trabaja mucho con llamados, videos y monitoreo constante, porque hay jugadores de trayectoria, como Gazale o Vargas, que saben qué hacer, pero otros necesitan ser corregidos. Son muchachos jóvenes. La consigna es minimizar los problemas y planificar ya no pensando en un mes, sino en dos o tres”, señaló.

También teme que la vuelta pueda acarrear lesiones y recomendó que “debería haber una especie de pretemporada, porque aunque la memoria muscular del deportista es buena, necesita que su cuerpo se acostumbre otra vez al trabajo en superficies amplias, en distancias largas. Deberían ser un par de semanas, pero sé que los clubes quieren y necesitan volver y competir rápido, porque las arcas económicas estarán fundidas. Va a ser complicado manejar eso y planificar los tiempos”.

Desde la casa

Para todos es complicado entrenar desde la casa. En el fútbol, probablemente, el puesto de arquero sea el que vive más dificultades. Gabriel Castellón, de Huachipato, relató que “no puedo hacer ninguno de esos trabajos donde alguien te patea, te mueves y todas esas cosas que son de a dos. Por lo mismo, no estoy trabajando lo técnico, sino que solamente lo físico y haciendo lo mismo que el resto de mis compañeros. Nada aparte. Estamos usando el sistema de videollamada y nos hacemos nuestros horarios. Tengo hijos y dan hartas vueltas, pero se puede”.

Es de Valparaíso y en algún momento pensó devolverse, pero narró que “en el club prefirieron que estuviéramos todos cerca, porque si hay alguno contagiado o con síntomas, ellos mismos pueden vernos para nuestra mejor atención. Me quedé acá y lo más difícil es combatir la ansiedad. En mi caso, soy de harta fruta, tomar mucha agua, pero el gasto calórico no es el mismo. Hay que llegar bien, porque a la vuelta serán partidos casi todos los miércoles y domingo. No queda otra”.

Sí le preocupa la Copa Sudamericana. “O sea, en este momento, lo que más me preocupa es la salud. La de mi familia y la de todos. Se habla de que puede suspenderse la Copa Chile y todo lo que sea internacional es lo más complicado de retomar. Ahí estamos muy ilusionados con la Sudamericana, pero lo que se decida por el bien común hay que aceptarlo. No podemos ser tan egoístas. Hoy por hoy, lo principal es cuidar la vida de las personas”, apuntó el meta acerero.

En el fútbol de la B y Segunda, la realidad es dura: jugadores con poco espacio y otros con incertidumbre laboral. Juan Pablo Aguilera, de Fernández Vial, comentó que “yo vivo con mi señora Nicole y mis hijos pequeños (Martín, de 2 años, y Trinidad, de 4 meses) en Parque Santa Leonor. A ratos, somos hasta profesores. El más grande alcanzó a estar dos semanas en el jardín y nos mandan algunas guías. Como sea, no es excusa. Actualmente, nadie la tiene fácil para armarse con los tiempos”.

El talentoso volante agregó que “al menos, nosotros tenemos una tranquilidad laboral, porque el club nos aseguró que respetarán contratos y sueldos, pese a esta emergencia. Tengo amigos en Vallenar, a los que no les van a pagar el sueldo completo, quieren darles sólo la mitad. Y el otro mes será peor. Lo más difícil para cualquier deportista es estar intranquilo psicológicamente. Eso no te deja ni entrenar bien. Felizmente, en Vial no tenemos ese problema, así que con mayor razón hay que ser responsables, profesionales y cuidarse, porque a la vuelta, el equipo que llegue mejor trabajado físicamente va a marcar la diferencia”.

Pero como no todos tienen la implementación necesaria en casa, han debido salir. Sí, tal como suena. “Vamos tres veces a la semana a una clínica, donde hay un espacio no muy grande, pero tenemos bicicleta, trotadora y otros implementos. Para prevenir, nos citan en grupos pequeños y entramos de a tres. Ahí se preocupan de la limpieza, de que no estemos tan cerca uno del otro. No vamos a llegar al cien cuando volvamos a la competencia, pero también pasa por cada uno. Es como en todas las pegas, ahora no están encima tuyo, pero tienes que ser igual de responsable”.

Carolina Echagüe M.

Bajo el aro

Diego Silva es una de las estrellas del básquetbol de la UdeC, pero no se encuentra en Concepción. Antes que el virus se transformara en pandemia, se fue a Antofagasta, donde están sus papás y sus hermanos. Y fue para mejor, pues sostiene que “habitualmente vivo en un departamento, solo. No me imagino cómo habría sido primero estar solo y encerrado tantos días, y después, hay un tema de espacio que no me habría permitido hacer mucho para mantenerme bien físicamente. Acá mis hermanos tienen pesas y otras cosas, y puedo hacer algunos ejercicios con ellos”.

Y hace hincapié en el tema psicológico. “Lo físico es una cosa, porque haces pesas, pero pierdes en lo aeróbico y anaeróbico. Estás encerrado, tienes menos gasto energético y tienes que cambiar tus horarios. Ya tienes una alimentación propia de un deportista, pero tienes que variar cosas. Lo más difícil es lo mental, porque hay deportistas que están a cargo de una familia, que tienen preocupaciones, dudas, el colegio de los niños que no saben qué va a pasar. A ratos, también, te relajas más de la cuenta. Bueno, el deportista tiene que ser fuerte de mente y aquí es donde hay que demostrarlo”, apuntó.

Deportivamente, la UdeC iba en la parte ascendente de la curva, justo encontraba su mejor nivel y así había avanzado en playoffs de la Liga Nacional. De pronto, todo se para y se pierde ese ritmo. Silva manifestó que “quizás nos habíamos transformado, incluso, en candidatos al título y hasta puede ocurrir que no haya campeón. No sabemos nada, nadie puede decir cuándo acabará esta emergencia y es algo que se escapa de nuestras manos. No es lo más importante. Es un problema grande, que tiene que ver con salvar vidas y ya vendrá lo otro. Está la selección, en mi caso, la competencia del segundo semestre… Bueno, por ahora, sólo importa la familia”.

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