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Una inolvidable Copa Libertadores con el sello de Deportes Concepción

El “León” superó un mal inicio y clasificó a octavos de final en un Collao repleto. Víctor Cancino, ex volante lila, analizó una sufrida campaña ante grandes equipos del continente.

Por: Carlos Campos 31 de Marzo 2020
Fotografía: Archivo Grupo Copesa

Casi 20 años han pasado desde uno de los últimos grandes hitos en la historia lila, la clasificación a una inolvidable Copa Libertadores. “En esos años había gol de oro y gracias al “Chiqui” Chavarría nos metimos en la copa. Le ganamos en alargue a la Católica. Fueuna locura”, recordó el volante Víctor Cancino, quien sería uno de los fijos titulares en aquella campaña del 2001.

Un plantel sin grandes nombres a nivel internacional se midió ante Nacional de Uruguay, San Lorenzo y Jorge Wilstermann. No era fácil y el camino comenzó cuesta arriba, con sólo un punto de 12 posibles en los primeros cuatro partidos. Los malos resultados causaron la salida del DT Nichiporuk y el encargado de buscar el milagro fue Fernando “Palito” Cavalleri. Terminó siendo un cambio radical para el futuro lila. “Eran dos estilos muy distintos. El profe Cavalleri fue un 10 con mucho talento, por lo que era más de jugar y manejar la pelota”, dijo Cancino.

La llegada de “Palito” revivió a un equipo que desde ese entonces ya sufría problemas económicos. “Ese año lo terminamos jugando pese a tener cuatro meses impagos. El DT nos decía que jugáramos pensando en nuestras familias. Fue jodido, pero lo sacamos adelante. Incluso, a veces compañeros que no tenían plata, llamaban a otros para que les prestaran”, añadió el ex volante lila.

Un espectáculo

Y cuando el panorama parecía que no podía ser más adverso, los hinchas llenaron el Municipal de Collao y fueron en masa a apoyar a un equipo que prácticamente ya estaba eliminado, pero que aún tenía una mínima opción de clasificar. Deportes Concepción debía vencer a San Lorenzo y Jorge Wilstermann para sacar la calculadora y ver si tales resultados le alcanzaban para meterse en octavos. “Una semana antes de cada partido, ya estaban agotadas las entradas. A nosotros en la cancha nos contaban que al entretiempo abrían las puertas y la gente seguía entrando. Muchos iban desde Talcahuano y Tomé. Nunca vi algo así. Fue como una revolución”, expresó Cancino.

En lo futbolístico, el primer rival a vencer era un San Lorenzo que en la banca tenía a Manuel Pellegrini y en la cancha contaba con jugadores de la talla de Leo Rodríguez, Raúl Estevez, Sebastián Abreu, Leandro Romagnoli, entre otros. Los lilas dieron el golpe ante un cuadro que parecía imbatible y ganaron 3-2, en un duelo que terminó a golpes.

La última batalla enfrentó el 3 de mayo de 2001 a Concepción ante Jorge Wilstermann. En simultáneo. San Lorenzo igualaba 1-1 contra Nacional en Argentina, por lo que los morados debían golear 3-0 al cuadro boliviano para clasificar. Y así fue. Marco Bautista anotó al 89’ un agónico e histórico tanto, que hizo estallar el estadio. Fue el gol que clasificó a Concepción a la otra fase y, de paso, eliminó a San Lorenzo.

En octavos de final, el rival fue Vasco da Gama y pese a dar pelea, los lilas se despidieron de la copa. “Al frente estaba Romario, no pudimos hacer mucho. Ese año no será fácil de olvidar. El Conce es grande, pero podría ser enorme. Es un equipo como la “U”, que juega, corre y mete, mientras que Huachipato es como Católica, que les gusta el fútbol muy bonito, pero les metes un poco y ahí arrugan. Es lindo ver que ahora el Conce se ha levantado con gente luchadora que está velando por los intereses del club”, cerró Cancino.

Archivo Grupo Copesa

Cancino recordó la batalla campal ante San Lorenzo

El penúltimo partido de la fase de grupos, enfrentó a Concepción ante San Lorenzo. Si los argentinos ganaban, clasificaban y dejaban fuera de la copa a los lilas, pero el triunfo fue morado por un 3-2 vibrante. Al final, eso sí, hubo escándalo.

“Hicimos el 3-1 y Bautista le piso la pelota al “Loco” Abreu. Ahí se picaron ellos y cuando terminó el partido lo fueron a buscar. Yo me iba, vi todo y volví para decirles a mis compañeros que falta un partido aún y que estaban grabando todo. En eso, sentí un terrible golpe en la cara, como si tuviese caries en todos los dientes. Era insoportable. Tuve que ir a urgencias, porque me molieron todo el pómulo. Me llegó un botellazo de vidrio de Lucas Pusineri. Pero todo quedó en la cancha”, rememoró el volante Víctor Cancino.

Archivo Grupo Copesa

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