Mujeres en el deporte: Muros abajo porque ellas están aquí para quedarse

09 de Marzo 2020 | Publicado por: Samuel Esparza
Fotografía: Raphael Sierra P.

Un camino sinuoso y plagado de obstáculos es el que ha acompañado por años al deporte femenino, que hoy reclama su lugar en la sociedad. Desde disciplinas tan disímiles como la halterofilia o el vóleibol, la igualdad es la aspiración; no más, pero tampoco menos.

Igualdad, participación y empoderamiento. Términos que por estos días abundan en el léxico habitual, pero que para una parte de la sociedad significan mucho más que palabras. Es más bien un sentir, una necesidad y anhelo que traspasa fronteras, diferencias culturales, económicas, ideológicas y de cualquier otra consideración.

El deporte tampoco escapa a ello y cuenta con mujeres de acción que, desde dentro, persisten en el cambio, aunque eso lleve un largo esfuerzo y encontrarse, no pocas veces, con las gruesas murallas de la indiferencia.

¿Cómo se vive el deporte siendo mujer en Chile, cuáles son los obstáculos a superar y los sueños por cumplir? Un grupo de deportistas locales, nuevas e históricas, y en disciplinas tan disímiles como la gimnasia y la halterofilia, cuentan sus experiencias; porque finalmente de eso se trata, de escuchar para generar los verdaderos cambios.

Muros al suelo

Macarena Vergara tiene 21 años y hace una década es parte del mundo del fútbol. Perteneciente a Arturo Fernández Vial, la arquera reconoce que la senda transitada no ha estado exenta de espinas.

“Costó muchísimo, llevo ocho años en Vial y soy testigo de un gran proceso, desde no tener nada, ni siquiera canchas para entrenar, hasta hoy donde el club se está comprometiendo con nosotras”, parte diciendo.

Y agrega, “fue un trabajo largo donde debimos batallar contra la idea de que no éramos rentables para el club, la gente aún veía al equipo femenino como el plantel de barrio que se ponía la camiseta. No se daban cuenta, por ejemplo, que nosotras estamos en Primera A mientras los varones están en 2ª División, esa es la realidad y con el tiempo se dieron cuenta que también somos una cara visible de Vial en el fútbol chileno. Esperamos que el próximo año tengamos contrato para todas las jugadoras”.

Oriunda de Curanilahue, Gladys Medina también debió lidiar con el prejuicio desde la disciplina que eligió: la halterofilia. “Al comienzo fue incómodo, porque estaba la idea general de que era un deporte de hombres. Yo misma dudé, porque temía desarrollar mucho los músculos y de lo que pudiera comentar la gente. Con el tiempo me acostumbré y mis conocidos también, además comprobé que la figura de la mujer no se altera por las pesas, todo lo contrario, se beneficia con un cuerpo tonificado. Dar el paso inicial, atreverme y olvidar los complejos fue lo difícil”, comenta la campeona nacional.

Judith Medina es seleccionada chilena de rugby y defiende los colores de la Universidad de Concepción. En su caso, igualmente ha sido testigo de arbitrariedades que dice, superó desde la actitud.

“Mi experiencia es satisfactoria, ya que he disfrutado instancias competitivas de las que la mujer no formaba parte, derribando estereotipos. Claro que significó un obstáculo extra dado que en nuestro país, aún siguen marcados los roles de género en su estructura sociocultural dificultando el desarrollo de instancias análogas de participación (torneos), situación que ha ido disminuyendo con el tiempo. En mi caso pude superarlo con ingenio y paciencia, desarrollando estrategias”, admite.

Pero no solo en deportes habitualmente masculinos es posible ver este disparejo escenario, tal como manifiesta la atleta, Margarita Masías. “Mi caso ha sido de mucha resiliencia, al igual que muchas de mis compañeras, pero gracias a Dios siempre hay gente que apoya o de lo contrario sería más difícil. A la mujer le toca demostrar muchos resultados antes de ser apoyada, y no lo digo solo en lo material, sino que en lo social, en ese sentido a los hombres les toca más fácil, solo por practicar deporte se les aplaude”.

Carolina Echagüe M.

Por el merecido espacio

Si hay un punto en que las deportistas coinciden, es en el espacio que han podido ganar en el último tiempo, hito que para Masías se debe más bien a que las mujeres se han animado a romper esquemas.

“Definitivamente el rol de la mujer ha mejorado, sobre todo a nivel de aceptación social, hoy es mucho más admitido ver a una mujer haciendo deporte y apoyarla. Esto es importante ya que hay más ayuda desde la familia, hasta en el ámbito estudiantil y laboral. Siento que este espacio ganado se debe a que más mujeres se animaron a seguir practicando deporte, demostrando ser un ejemplo en cuanto a resultados y forma de llevar sus vidas”, sostiene la plusmarquista nacional.

Mirada a la que adhiere la figura del vóleibol local, Daniela Castro. “Considero que hoy en día el rol de la mujer en el deporte se ve de manera más justa, antes no se nos tomaba mucho en cuenta aun cuando teníamos condiciones iguales o mejores, siendo igual de esforzadas, dedicadas, veloces y fuertes que los hombres, por ejemplo. Pero ahora, gracias a todo lo que se ha logrado tratando de equiparar la cancha para ambos sexos, la gente ha abierto los ojos dándose cuenta que las mujeres somos tan buenas deportistas como los hombres. Hoy tomamos un rol más participativo, protagonista y competitivo, ganamos nuestros lugares a nivel competitivo incluyéndonos en campeonatos nacionales e internacionales”, asevera la seleccionada nacional.

Una mirada particular al respecto tiene la nadadora paralímpica, Macarena Quero. “Creo que las mujeres cada día más y no solamente en el deporte, hemos ido ganando espacios que siempre debieron ser nuestros. La mujer ha demostrado que puede entrenar, puede hacer una vida, tener sueños y logros igual que los hombres. Más bien estamos recuperando aspectos en la parte administrativa del deporte, la parte nutricional del deporte, la parte psicológica. Aún estamos al debe en tener más mujeres entrenadoras, todavía cuesta, pero en lo demás hemos ido ganando”, afirma.

Según la nadadora olímpica, el punto de inflexión fue que la mujer incluyó al deporte como parte de su vida. “Siento que hemos incursionado en otros ámbitos viendo al deporte como algo posible en nuestra cotidianidad, que se puede conciliar con una vida normal. Sin embargo, llegamos a una etapa donde todavía estamos al debe como país en el sentido de tratar a la mujer como tal en el deporte, entender que también tiene derecho a ser madre sin perder su lugar y beneficios. En Chile, si tú quedas embarazada se hace difícil volver, son pocas las que lo hacen, especialmente porque pierden el apoyo económico”, analiza.

A su parecer, el deporte ha debido adecuarse al cambio de la sociedad. “Tuve un comienzo complicado porque éramos súper pocas mujeres, me acuerdo que en Beijing 2008 me convertí en la primera chilena en ir a unos Juegos Paralímpicos, era un hito y no hablo de tanto tiempo atrás. Era complejo porque al principio ni siquiera teníamos algo tan básico como la implementación, si te daban un buzo para representar a Chile venía con talla de hombre, cuando competías en el extranjero debías compartir una pieza con hombres, Pero con el tiempo ha ido mejorando, somos más mujeres que tomamos la opción del deporte como profesión y eso va de la mano con todo un mundo que ha ido cambiando”, estima.

Macarena Quero

De aquello sabe también la mejor paracanoista latinoamericana, Katherinne Wollermann. “La mujer ha debido ganar espacio generando competitividad y dándose a conocer. Por ejemplo, se decía que el fútbol era un deporte netamente masculino, pero hoy en día está creciendo mucho a nivel femenino, están creando ligas, se le está dando más auge y eso generó un gran cambio. Lo mismo pasa en el canotaje donde las mujeres hemos ido entrando de a poco, si bien es un deporte con alta participación masculina, las mujeres nos estamos metiendo y ese es un paso para generar el cambio y abrirnos a una realidad que sea equitativa e igualitaria”, recalca.

Paty Salinas, histórica jugadora de básquetbol penquista, entrenadora, dirigente y comunicadora, ha experimentado en primera persona el cambio que se está produciendo en el deporte merced a sus más de 50 años ligada al cesto.

“Recién se le está dando las facilidades a la mujer para hacer deporte, antes era muy difícil. Yo fui mamá muy joven a los 17 años, y era difícil salir porque tampoco tenía el puntal de mi marido, tenía que salir escondida y mis hermanas, mi madre o abuela me ayudaban con mis hijos, gracias a ellas pude seguir haciendo mis actividades. A los ocho días de haber dado a luz ya salía a entrenar con el coche. En esos tiempos era muy complicado y creo que aún estamos en deuda como sociedad porque se hace duro ser mamá y practicar deporte”, indica.

En ese mismo aspecto, la gerenta de la Rama de Gimnasia Rítmica de la Universidad de Concepción, Ketty Hammersley, se refirió a la evolución experimentada en el país. “Yo era atleta de la UdeC estudiando la carrera de Educación Física y recuerdo que a la gente en esa época le llamaba mucho la atención verme trotando en las calles. Eso cambió con los años, se ha ido normalizando que las mujeres corran en los parques, se ha visto un tremendo cambio de la mujer en la participación deportiva y de actividad física”, califica.

Hammersley aporta un dato estadístico decidor. “El ingreso de la mujer al deporte competitivo se está volviendo rápido, y es evidente que este aumento de la participación femenina ha trasuntado en una mejora sustancial del resultado como país en los torneos internacionales”, recalca.

Gladys Medina | Foto: Lukas Jara M.

Igualdad, nada menos

Cada una, desde su nicho de acción, tiene sueños para el desarrollo femenino en el deporte. “Que nos apoyen más, no ven el esfuerzo que hay detrás, hay muchas deportistas que son mamás y deben conjugar ese rol con entrenar para rendir bien, el esfuerzo que hacemos las deportistas es el doble que el hombre y la gente no lo valora. Hay que llamar a que la gente apoye a la mujer en el deporte para que siga creciendo y sea algo igualitario con los hombres”, es el llamado de Macarena Vergara.

Gladys Medina pide un apoyo similar para hombre y mujeres, “no queremos más, solo lo mismo, que seamos mirados en igualdad de condiciones, es la única manera de seguir fortaleciéndonos”, afirma.

“Mi sueño es que nos podamos apoyar más entre nosotras cada día, superar las barreras de la envidia que lamentablemente no dejan de estar presentes, que se tome más en cuenta a la mujer en puestos dirigenciales y profesionales en las áreas ligadas al deporte, pero por sobre todo que se destaque a la mujer por su fuerza, integridad y capacidades, más que por su rostro bonito”, precisa Margarita Masías.

Daniela Castro, en tanto, agrega que, “ojalá más niñas puedan siempre unirse a un deporte porque encuentro que da valores importantes para una persona que luego se aplican en cualquier situación de la vida. Y que se den cuenta de que así como hay buenos deportistas masculinos, también lo hay femeninos así es que no se rindan y luchen por lo que quieren hasta lograrlo”.

Para Judith Torres, su anhelo pasa por “establecer un marco mínimo de cumplimiento deportivo por parte de las organizaciones que desarrollan el rugby en nuestro país, estableciendo competencias, actividades y prácticas que tengan relación con una formación integral del individuo, preparando a la jugadora para que enfrente situaciones complejas en el deporte”.

Macarena Quero va más allá y dice que, “mi sueño para el deporte femenino es que algún día llegue a ser igualitario desde el punto de vista de las políticas públicas, desde las políticas de salud, que para las empresas seamos igual de llamativas no solo por un cuerpo bonito sino porque el deporte femenino también es competitivo. Espero que por ejemplo en el fútbol profesional sea pagado e igual de importante que el masculino, que la visibilidad de la mujer sea a la par del hombre. Mi sueño es que así como hablamos de grandes ídolos masculinos, hablemos de grandes ídolas femeninas, y que podamos como deportistas soñar igual sin importar el género”.

A juicio de Katherinne Wollemannn, “masificar el deporte femenino siempre ha sido un sueño, empoderarnos, que más mujeres practiquen deporte y rompan la barrera del miedo, porque muchas veces se ven menoscabadas por eso. También hacer una invitación a no sentir miedo y darse cuenta que en realidad todo lo que queremos lo podemos hacer luchando; nosotras creamos nuestras propias circunstancias”, explica.

Paty Salinas también da su receta, “lo aprendí hablando con el entrenador argentino de básquetbol campeón del mundo: hay que darles la posibilidad a todos los deportistas, también a las mujeres. Cuando se aplique eso en Chile, veremos cambios poderosos”, asegura.

Mientras que para Ketty Hammersley, el mensaje es claro: “sería que todas las niñas y mujeres tengan la oportunidad de hacer una actividad física y/o deporte porque las hará crecer, ser grandes personas, les entregará vida sana y calidad de vida además que las llevará a ser personas íntegras en la parte mental, dándoles mayor eficiencia en trabajos y vida diaria. Y si se dan cuenta que están preparadas para competir, que lo hagan, todas pueden hacerlo preparando el cuerpo, hay que demostrar que estamos capacitadas para competir y también para tener puestos dirigenciales; podemos hacerlo todo”, concluye.

Macarena Vergara