Desde la tranquilidad del veraniego Pucón, Gabriel Gutiérrez hace memoria para recordar sus largos años dedicados al vóleibol. No jugó Adicpa, pero a los 12 años daba sus primeros pasos en Huachipato. “Partí ahí y más tarde en mi colegio conocí más gente, formamos el Club Talcahuano con más chicos de La Asunción y los Sagrados”, dijo Gabriel.
Hace pocos meses, Gutiérrez se tituló de médico y precisamente por temas profesionales está en la Araucanía. “Se me dio la opción de venir a trabajar acá y la tomé. Es mucho más relajado”, agregó un joven que por necesidad comenzó a hacer deporte y de casualidad se encontró con el vóleibol. “Era muy chico y busqué un deporte que me hiciera crecer. Ahora mido 1,78 m. pero cuando estaba en séptimo u octavo, siempre era el más chico del curso. Mi mamá me decía que entrara a jugar básquetbol, pero era malo. Y como mi hermana jugaba vóleibol en la UdeC, dije ‘ya, probemos’. Pero seguía siendo muy chico aún, por lo que en ese caso debía ser líbero o armador. Ahora tengo un porte normal, pero sí, puedo decir que el experimento funcionó”, explicó Gutiérrez, sobre las razones que lo llevaron a jugar vóleibol por sobre deportes más populares como el mismo fútbol, donde también destaca.
Así, Gabriel pasó largos años a nivel escolar jugando vóleibol antes de entrar a la USS. “Como no jugué Adicpa ni estuve en Juegos de la Araucanía, no me conocía mucha gente. Pero empecé a jugar de líbero y anduve muy bien. A veces se me complicaba un poco todo, porque estudiaba medicina, pero lo que siempre todos rescataban de nosotros, era que teníamos muchísima garra pese a que no nos daban becas ni nada. Era tremendo el nivel de competencia y después de mi buen desempeño, tuve una beca del 10% para seguir jugando”, dijo Gabriel.
Una familia
Si estar en la universidad y lidiar con certámenes ya es complicado, tener que cumplir en una exigente carrera como medicina, ponía aún más dura la situación. “El deporte era nuestro desahogo. Nosotros en el equipo de la USS, éramos cinco estudiantes de medicina. Había un fiato enorme entre todos y nunca dejamos de estudiar. Hasta cuando teníamos prueba estudiábamos y luego íbamos a entrenar. Nunca tuve que tomar pastillas para dormir o estudiar gracias al deporte, mientras que muchos compañeros que no hacían nada, lo pasaban muy mal sicológicamente”, asegura el ex estudiante de medicina.
Gabriel, al respecto, quien ya puso fin a su etapa deportiva en Adesup, añadió que “con mis compañeros jugábamos incluso los fines de semana y ese complemento era complejo, pero nos acostumbramos. Somos todos muy amigos y casi que una familia. Recomiendo mucho el deporte, siempre, sea para crecer, bajar de peso, mejorar desde el punto de vista sicológico. Siempre he instaurado eso en los más chicos. Todos dicen siempre que tienen que estudiar, hacer más cosas y que no se puede, pero son sólo excusas. Si uno lo hace, el resto igual puede”.
Conocida es la gran hegemonía que tiene UdeC en el vóleibol de Adesup, a quienes se ha sumado la gran participación de la Ucsc en las últimas temporadas. Desde ese ítem, Gabriel afirmó que “a base de puro esfuerzo y sacrificio nos iba bien, terminábamos casi siempre terceros y al borde de clasificar a los Nacionales Universitarios. Ahora acá en Pucón igual hay un equipo, jugamos un campeonato y es todo muy entretenido. Antes siempre venía de vacaciones y como uno en el mundo del vóleibol se conoce, un amigo me invitó a que reforzara de líbero a un equipo de Santiago”.