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Pablo Robert se reparte entre el taekwondo y las acrobacias circenses

Estudiante de Ingeniería Civil en Automatización, desde los 15 años que practica taekwondo. Una disciplina que se complementa muy bien con su otra gran pasión: el circo, en especial la tela acrobática. “Ambos requieren concentración y se trabaja mucho la elongación”, indicó.

Por: Ricardo Cárcamo 20 de Enero 2020
Fotografía: Raphael Sierra P.

Lo suyo no fue el talento innato, ni las habilidades que fluyeron casi naturalmente. Como él mismo lo reconoce, si llegó a destacar en el taekwondo fue por “constancia y entrenamiento duro”. Pablo Robert, estudiante de último año de Ingeniería Civil en Automatización de la UBB, lleva cerca de una década en esta disciplina. Un deporte que no sólo le ha permitido destacarse a nivel competitivo, sino también que usarlo de apoyo en lo académico y combinarlo con otra de las grandes pasiones de su vida: el circo y la tela acrobática.

“Empecé de bien pequeño, 14, 15 años, en el Colegio San Agustín de Concepción. Vi el deporte y me gustó bastante, me llamó harto la atención. Cuando comencé a practicarlo no tenía aptitudes muy claras, pero la constancia y el entrenamiento duro me llevó a seguir. Nunca desde niño hice actividades físicas que me ayudaran a lo que se necesita más en el taekwondo: elongación, fuerza, resistencia. Fue todo trabajo duro. Si hubiera partido antes, como a los 7, 10 años, hubiese tenido una formación básica mejor”, dijo de sus inicios en el deporte.

Pablo señaló que en esa etapa escolar no había muchas posibilidades de competir, lo que cambió radicalmente cuando ingresó a la universidad. “Existían algunos torneos, pero en particular el colegio en el que estaba no tenía una rama muy fuerte de taekwondo, pues como la mayor parte de los recintos se centra en los deportes más tradicionales, como el fútbol o el básquetbol. Ya cuando llegué a la universidad fue mejor el tema competitivo, yendo a nacionales, a participar a torneos en otras ciudades”.

En ese camino, destaca la relevancia de Adesup. “Da más posibilidades. La competencia más esperada es Ldes. El año pasado se haría en Punta Arenas, pero no se realizó por el estallido social. Aparte, también existen otras ligas buenas. Huachipato tiene su propia copa, Copa Acero, que es de las más grandes y mejores del sur de Chile. En general, en el ámbito universitario el nivel es mejor que el escolar”.

Junto a la UBB, ha tenido importantes resultados. De hecho, en 2016 se titularon campeones nacionales Fenaude. Ahí, Pablo fue uno de los que obtuvo medalla de oro , en la categoría -80 kilos.

“En 2018 sacamos tercer lugar a nivel nacional, como grupo, y el antepasado fue mejor, pues fuimos primeros. Como la competencia es más individual, me preocupo más de cómo me va a mí y mis amigos. A mí me fue bien, saqué primer lugar a nivel nacional, y ahora quería volver a competir, pero no se pudo. Ojalá esta temporada se pueda nuevamente”.

Abrir círculos

Pablo se define como hiperactivo, y por eso aseguró que fue todo un desafío complementar los estudios con el deporte. “Me ha resultado bastante complejo. Siempre fui hiperactivo, y me gusta hacer hartas cosas a la vez. Aparte de lo que tengo que estudiar y trabajar, el deporte me ayuda a mantenerme estable, con energía, con ánimo para seguir cumpliendo bien en todo. A veces, cuando me siento estresado y sin ganas de estudiar, voy a entrenar un rato y vuelvo. Sirve para sacarse un poco la tensión”, dijo.

En ese camino, también descubrió otra gran pasión. “Soy muy fanático del deporte, y aparte me dedico mucho al circo: malabares, tela acrobática. De hecho, en eso estoy trabajando últimamente, en la tela. Estamos con un grupo de chicos donde practicamos, sacamos nuevos trucos. Hasta nos han salido algunos trabajos en eventos… Como grupo no tenemos un nombre aún, somos un movimiento que partió con ResisteArte, que es el uso del espacio del ex Telepizza para entrenar y compartir el arte”.

Al respecto, agregó que “igual que del taekwondo me enamoré del circo. Me llevó a conocer otras cosas, me ayudó y complementó lo que hago en el deporte. Van un poco de la mano. En el circo estoy hace un año, pero en la tela más, entreno desde que entré a la universidad. Un día me junté con una amiga, me la presentó y partí. Luego seguí, me compré mi propia tela. Desde ahí sigo. Y el circo, acrobacia, malabares, ayuda al taekwondo, porque se trabaja mucho la elongación”.

Pablo también se refirió al estallido social, y aseguró que “hay que generar un cambio: socialmente, abrir los círculos y decirle a la gente que hay cosas que están mal. Pienso que cuando uno es deportista vive en sociedad y no solo debe enfocarse en lo personal, también tienes compañeros que te guían en esto, en la universidad, en los estudios. Tenemos que convivir bien”.

De sus proyecciones, comentó que “siempre ha sido la autosuperación. Nunca me he puesto una meta en particular, ser el mejor de ‘x’ torneo, por ejemplo. Mi meta es ser mejor que yo mismo. Al final, nosotros vemos la competencia como un tema de autoconocimiento, de que puedo ser mejor no para ganarle al otro, sino a mí mismo”.

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