Con 94 años, este atleta penquista es uno de los más veteranos del país. Cinco récords nacionales vigentes avalan su calidad, que en mayo próximo pretende confirmar al ir por un título mundial.
“¿Escuchó hablar de Mario Recordón? Era amigo mío, también rival y varias veces lo derroté, incluso le gané el título nacional de salto alto con 1,71 metros contra 1,65 que hizo él. Cuando éramos más viejos y nos encontrábamos, siempre me lo sacaba en cara bromeando”.
A sus 94 años, Carlos Chavarría no pretende que una pista lleve su nombre como en el caso de su fallecido adversario (la atlética del Estadio Nacional se llama Mario Recordón). Le basta y sobra con que desde hace más de una década un torneo regional master se haga en su honor. “Me cohíben los homenajes y todo eso, aunque igual es bonito que a uno lo reconozcan”, sostiene.
Es que este penquista “de tomo y lomo”, como le gusta decir, es un hombre de acción, de esos que se mueven a sus anchas a la hora de competir. No por nada es uno de los deportistas chilenos vigentes más veterano.
Nacido un 20 de mayo de 1925, de pequeño comenzó haciendo fútbol y básquetbol, pero cuando a los 13 años conoció el atletismo en la Universidad de Concepción (su club actual), no lo dejó más.
“Es que me gustó mucho la disciplina que se requería y eso de ir fijándose metas constantemente”, argumenta. Hoy, con 81 años de trayectoria, mantiene cinco récords nacionales además de uno sudamericano, y se está preparando para batir una plusmarca mundial; como si no pasaran los años por él.
Su idilio con el atletismo partió en la velocidad, logrando el récord de Concepción en 1948 cuando en la pista de tierra del Estadio Puchacay corrió los 100 metros planos en 10,9 segundos. También hizo marcas nacionales en salto largo (6,60 metros) y salto alto (1,74), siendo seleccionado chileno en salto triple y posta, pruebas en las que fue convocado para un sudamericano; sin embargo, en su trabajo no le dieron permiso y perdió lo que sería su consagración internacional.
El paso de los años no lo alejó de la alta competencia, aunque fue derivando al lanzamiento, donde se volvió imbatible en la categoría master. “Tengo algunas lesiones en las piernas y articulaciones así es que empecé a lanzar, mi mentalidad es siempre de salir adelante, con fuerza de voluntad se puede”, afirma.
Así fue como al récord nacional en la posta 4×100 categoría 75 años conseguido en Mar del Plata en el año 2000, sumó el del pentatlón y la bala (85 años) en 2012. Luego, en 2016, llegó el récord en la bala 90 años (7,87 metros) y en 2017 el de jabalina (17,49 metros) y disco, que también significó récord sudamericano con 21,21 metros.
Pero lejos de conformarse, Carlos Chavarría asegura estar listo para el próximo desafío que se promete a sí mismo consumar: romper la plusmarca mundial del disco categoría 95 años, que desde 2011 pertenece al estadounidense Donald Pellmann (18,21 metros).
“En mayo cumplo los 95 años y quiero hacerle ‘cototo’ a ese récord; ya se me puso, lo voy a hacer, saqué todos los cálculos y no se me va a escapar”, dice con entusiasmo, el mismo que ha mantenido inalterable por más de 80 años de éxitos en la pista.