Víctor Pérez Galdavini
Académico Kinesiología de la Facultad de Medicina Ucsc
Hablamos de ejercicio terapéutico cuando ejecutamos, de forma planificada y sistemática, movimientos corporales, patrones, posturas y actividades físicas con varios objetivos. Entre ellos, se pueden mencionar: prevenir o corregir alteraciones y factores de riesgos relacionados con la salud; mejorar, restablecer o potenciar el funcionamiento físico; y optimizar el estado general de salud, acondicionamiento físico o sensación de bienestar.
Un programa de ejercicios terapéuticos, bien diseñado y realizado correctamente, es una estrategia fundamental dentro de la rehabilitación física, que con el paso del tiempo y la práctica de esta técnica ha demostrado entregar numerosos beneficios a mediano y largo plazo.
El kinesiólogo es el profesional capacitado para planificar un programa de ejercicio terapéutico. Para ello, posterior a la evaluación inicial de la movilidad del paciente, este profesional establecerá objetivos concretos con el fin de aliviar su dolor y de restaurar su movilidad física, seleccionando los ejercicios más adecuados en cada momento.
El kinesiólogo ayuda al paciente en la realización de los ejercicios de su planificación terapéutica y, además, le enseña a realizar los ejercicios en casa y así mejorar los resultados, pues resulta muy importante que este proceso no se lleve a cabo sólo cuando la persona está en la consulta y acompañado de un profesional que supervise sus trabajos.
En esta etapa, la comunicación entre el kinesiólogo y su paciente es muy importante para valorar el progreso y adaptar el plan de ejercicios terapéuticos a lo largo del proceso de rehabilitación, tratando de consensuar en conjunto la mejor manera de desarrollarlo. En este contexto, es importante que el paciente tome un papel activo en su recuperación, lo que es fundamental para el éxito de la misma. Ello porque dependerá de su constancia, de su esfuerzo y su perseverancia que el plan de trabajo trazado dé los mejores resultados posibles.
La adherencia a la realización de ejercicios en el domicilio consigue que el proceso asistencial continúe más allá de la sesión que el paciente realiza en kinesiología, potenciando el tratamiento e integrándolo en su vida diaria. Esto, sin duda, acelera la recuperación y aporta numerosos beneficios a su calidad de vida, pues varias de las rutinas que se insertan dentro de este proceso pueden permanecer a futuro para una persona, más allá de que presente o no alguna lesión o patología.
Dentro de los efectos del ejercicio terapéutico podemos encontrar varios importantes, como: aumento del rango articular, mejora de la fuerza muscular, estimula los nervios periféricos, aumento del trabajo cardíaco, aumento de la circulación general (favorece el intercambio vascular) y conlleva a efectos psicológicos favorables, conduciendo a un estado físico satisfactorio.