Edgardo Jara: Una duradera relación con el vóleibol que comenzó en Adicpa

18 de Noviembre 2019 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Edgardo Jara

“No recuerdo si en ese entonces se llamaba Adicpa, pero jugué el torneo desde 1987 hasta el ‘89. Mi deporte era el vóleibol, lo practiqué en mis últimos tres años de enseñanza media que fue cuando me vine desde Santiago a Concepción y entré a estudiar al Instituto de Humanidades. Por lo tanto, inicié el vóleibol en el colegio y lo terminé jugando a nivel de selección”.

“La experiencia de practicar un deporte es generar disciplina, si deseas mejorar debes ser constante. El vóleibol en sí es un deporte colectivo, por lo tanto, el trabajo en equipo es fundamental, te ayuda a ser tolerante, a entender que el objetivo no es individual sino grupal. Y, por otro lado, aprendes a controlar la frustración, elementos que son demasiado importantes en la vida, desde que eres hijo, luego esposo y padre. A través del deporte se genera una disciplina de vida”.

“Cuando nací, a mis padres les regalaron un librito donde debían colocar cosas como el primer cabello, el ombliguito y la foto de recién nacido. Esa experiencia en primera instancia la hacían los papás, pero había una parte de ese libro que la escribía uno cuando entraba al colegio. A lo que voy es que a mis 46 años todavía tengo ese libro, y hay una parte donde se me preguntaba ‘qué te gustaría ser cuándo grande’. Y ya en ese entonces escribí con la letra de un niño de 6 años, que me encantaría ser profesor de Educación Física. Y es lo que soy, es lo que estudié, de lo que me enamoré y viene de un sueño mi padre que siempre gustó mucho del deporte y me lo traspasó en la práctica”.

“Los dos últimos años, cuando cursaba tercero y cuarto medio, nuestra selección de vóleibol logró llegar a la final, en un año contra Salesiano y el siguiente con los Sagrados Corazones. Y aunque perdimos ambas finales, fue una gran experiencia, creo que fue uno de los últimos equipos de varones del I. de Humanidades que estuvo tan cerca de ganar Adicpa. Pero lo más importante era lo que generábamos como equipo, el grupo humano, la relación con nuestros profesores que fueron modelos entendiendo que de alguna forma nos entusiasmaron y encaminaron”.

“Soy partidario de que es importante generar instancias así, porque de alguna manera le generan valor a una disciplina. En definitiva, se generan compromisos porque representas a un colegio, te fidelizas con tu institución; eso es valor agregado. Y eso marca para la adultez en toda índole, después puedes tener algún cargo, alguna jefatura y ya posees esa responsabilidad”.

“Destaco aquello ahora, seguramente en ese entonces el entusiasmo era competitivo, las ganas de poder triunfar, de disfrutar y encontrarme con otros; probablemente esos eran mis intereses. Pero de lo que no hay duda, es de que el deporte es saludable y eso está estudiado. En mí generó una relación tal con el deporte, que este terminó transformándose en un estilo de vida”.