El fair play le permite a Chile seguir en la Copa del Mundo. En el cierre del grupo C del Mundial Sub 17, la Baby Roja perdió con Corea del Sur y no pudo asegurar en cancha su clasificación a los octavos de final como escolta de Francia. Sin embargo, logra ser uno de los mejores terceros e instalarse en la siguiente etapa. Todo gracias a las tarjetas.

Cristián Leiva hizo tres cambios respecto al partido con Haití. El más llamativo fue la ausencia de Alexander Aravena. Chile no comenzó el partido con la concentración que debe tener un juego de estas características, con una clasificación en juego. Pasó apenas un minuto y ya se estaba en desventaja por el tanto de Paik. Un comienzo terrible, adormecido, con las dudas defensivas que ya se esbozaron en el partido anterior. La diferencia era que Chile, esa vez, fue eficaz adelante y los caribeños cometieron fallos infantiles.

La primera aproximación nacional fue en los 20′, con una combinación entre Tapia y Oroz. La intrascendencia del mediocampo hacía que la labor de los delanteros fuese más compleja todavía. Y si de la defensa se trata, cada aceleración coreana era un dolor de cabeza para Julio Fierro y la zaga. Las bandas no irradiaban seguridad, justo cuando una de las virtudes de los asiáticos es, precisamente, la velocidad. Para hacer la tarea aún más difícil, a la media hora llegó el 0-2 de Corea, con un cabezazo de Hong. Pese a que se anuló por una supuesta falta, el VAR revisó la jugada y el juez búlgaro Kabakov validó el tanto.

La debilidad defensiva y la poca tenencia y construcción de juego eran una combinación fatal para las aspiraciones de la Baby Roja. Tapia y Joan Cruz jugaban con perfil cambiado, y más tarde se cambiaron, pero tampoco generó mucho efecto. Cruz es muy técnico, pero le incomodó de sobremanera jugar por la derecha siendo zurdo. Era destacable sus ganas, pero insuficiente. Una luz se dio cuando terminaban los primeros 45′, con el descuento de Alexander Oroz, con un zurdazo bajo. Era un regalo para Chile, que quedaba a un gol de la clasificación.

Tomando nota de la relevancia del partido, el equipo de Leiva salió con una disposición diferente para el segundo tiempo. Se vio una mejor cara. A su vez, Corea se resguardó y apostó al contragolpe, considerando la velocidad de sus atacantes. La Roja se paró más arriba en la cancha, con Tapia y Rojas tratando de llevar al equipo. El atacante de la UC casi pone el empate en los 61′, pero su remate lo contuvo el golero Shin. Eso sí, las ganas de llegar al gol chocaron con la displicencia de algunos en el trato del balón. Además, las facilidades defensivas no cesaban.

La mejoría no alcanzó, Chile perdió su segundo partido y tuvo que empezar a sacar cuentas y mirar los otros grupos para ver qué le servía. Por la noche se definió la zona D y Holanda enfrentó a Estados Unidos. Con un triunfo neerlandés por menos de cuatro goles o una igualdad, Chile estaba adentro. ¿Qué pasó? Los naranjas ganaron 4-0, y eso que fallaron un penal.

Así, la Roja y la Oranje quedaron igualados en todo (puntos, partidos ganados y diferencia de gol), con lo cual el siguiente criterio de definición es la conducta deportiva. En aquello, Chile tiene ventaja en tarjetas (Holanda tiene una roja), por lo mismo aseguró un cupo como mejor tercero, independiente a lo que hagan este domingo México y Tajikistán. La Baby Roja ya está por sobre Holanda y Nueva Zelanda. El próximo rival de los nacionales será Nigeria o Brasil.