El Hyundai Veloster fue uno de los autos que más cautivó a los clientes de la marca coreana desde su aparición en 2011, sobre todo por su estética rupturista y que derrochaba deportividad.
Las variantes disponibles no habían convencido del todo en términos de performance, así que por ello el fabricante buscó romper con este esquema, algo que ya logró con la segunda generación de la versión de calle que aportó motores más potentes y una mejor respuesta, en un modelo que pudimos testear también para Diario Concepción.
Ahora, la reivindicación completa del Veloster llega de la mano de su versión N, ligada a la división deportiva de Hyundai y cuyo pariente cercano I30 N, pudimos probar también con muy buenas sensaciones.
Este hatchbak de estilo coupé entrega una gran mezcla de deportividad y grandes sensaciones. Es menos aplomado que el I30, más “juguetón” como les gusta a algunos amantes de los deportivos, pero siempre con un amplio nivel de seguridad para que también sea un vehículo que perfectamente se puede usar en el día a día.
A diferencia del I30 N que es fabricado en República Checa, el Veloster N es armado en Corea. Posee un potente motor 2.0 litros turbo, con 250 HP y 353 Nm de torque entre las 1450 y las 4000 RPM. Pesa 1850 kilos, 100 menos que su hermano de performance N, y logra también alcanzar de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos.
Lo anterior está asociado a una caja manual de seis velocidades, escasa en este tipo de vehículos hoy en día, de relaciones cortas y precisas. En su equipamiento cuenta también con frenos N mejorados, un chasis reforzado con 52% de mejora en la deformación transversal y suspensión ajustable con refuerzos en los puntos de rigidez.
Integra además el panel N-Grin con cinco modos de manejo Eco, Normal, Sport, N y Custom, que permiten regular parámetros de aceleración, suspensión, control de tracción, sensibilidad de la dirección y rev-matching. Muestra también tiempo por vuelta, fuerza G, aceleración, nivel de aceleración, presión del turbo, entre otros valores.
Con todo este equipamiento, el Veloster N muestra un motor de buena aceleración, pero sobre todo de excelentes recuperaciones, junto con una dirección muy directa que responde a que el auto va dónde uno mira y quiere que vaya, más allá de alguna sensación de pérdida de aplomo que es sólo eso, una sensación para quienes gustan de los autos más “divertidos” y “juguetones”, ya que su seguridad se mantiene intacta.
En tanto, en el uso de calle convencional, la dureza de su suspensión y su perfil bajo hacen que sea un tanto más duro como es un clásico en los deportivos, en lo que respecta a copiar las imperfecciones de las rutas nacionales.
En términos de diseño el Veloster N presenta aspectos diferenciadores de su versión común, y algunos los mantiene, como el hecho de tener sólo tres puertas, piloto a la izquierda y dos a la derecha.
Otro aspecto es que trae también su caída rápida del techo y tiene algunos aspectos que lo hacen ver más agresivo, como un relieve sobre el eje trasero, una gran parrilla delantera, tomas de aire laterales más visibles, la franja roja por gran parte del inferior del frontal del auto, laterales y zaga.
Finalmente, en términos de dimensiones, es 25 mm más de largo que la versión estándar (4.265 mm), 10 mm más ancho (1.810 mm) y un centímetro más bajo (1.399 mm), algo que se nota en su andar.