Debutó con 17 años en Lota Schwager, prometía mucho y pasaron muchas desgracias, hasta que se abrió una ventanita en el “León”. Kevin no la dejó pasar: dos partidos y dos goles.
“Pasaron hartas cosas en el camino, pero aquí estamos, aportando al equipo”. A los 17 años, Kevin Luengo debutó en Lota Schwager, enfrentando a D. Concepción. Prometía muchísimo y, de pronto, desapareció. Las vueltas de la vida, hoy su nombre cambió a Kevin Salazar para homenajear a su padrastro (“mi verdadero padre”) y mete goles en la tienda morada. Tiene 22 y no es tarde para verlo despegar.
El atacante cuenta que “después de debutar sufrí una hepatitis y estuve 6 meses fuera. Cuando volví jugué un par de partidos y descendimos. No partí bien. Ya en Segunda, tuve una lesión importante: me fracturé tobillo y peroné, y estuve prácticamente un año afuera. Fue difícil recuperar mi nivel, aunque sabía que era joven, que había que trabajar duro”.
El año pasado llegó a D. Concepción, pero no jugó. “Hubo un problema con mis papeles, un tema con Anfa. Este año seguí, pero a principios de año todo se veía un poco complicado, porque llegaron 7 delanteros. Lo recuerdo porque los conté. Jugué Copa Chile y esperé mi oportunidad. Cuando el ‘profe’ González me dijo que entraría se me pasaron mil cosas por la cabeza, los momentos buenos y los malos. Por suerte, le respondí, pero hay que seguir en la misma y ser importante para el equipo. Aquí no importa cuántos goles hagas ni quién los hace, lo que vale es tener al ‘Conce’ arriba”, señaló.
Anotó en el 3-0 sobre Municipal Santiago y en el 4-1 en casa de Ferroviarios. Salazar advirtió que “en uno abrí la cuenta y en el otro hice el segundo, los dos sirvieron. Estamos encontrando el finiquito para terminar bien las jugadas que generamos y eso pasa por un tema de confianza. Personal y la que te entrega el técnico. Es la clave. Ahora será mi primer partido de campeonato en Collao y es lindo. Imagínate acá, con 5 mil personas… Es lo que uno quiere cuando viene al club. Llevamos varios partidos de visita y nos hacía falta volver”.