Es el líder, aunque casi ni lo note, de una buena camada de basquetbolistas de la Ucsc, que sueña en grande. Le gusta Jordan y mira los movimientos de Evandro. Tiene historia bajo los aros y cursa Tercero de Química Ambiental.
Toma la pelota y de inmediato sonríe, como si le hiciera cosquillas en las manos. El flaco mira el aro, intenta pasar, se frena. Tiene buen disparo desde afuera. Usa la “5”, es capitán del equipo de básquetbol de la Ucsc y se nota que es un líder dentro del grupo. No un líder de esos que gritan, retan y se imponen por carácter. Sebastián Urzúa es ese que mantiene el buen ambiente, el que no se queja cuando le toca salir, el que les dice a sus compañeros que siempre se puede.
El “Seba” tiene 20 años y es de Penco. Le gusta Michael Jordan, de toda la vida. Ni Lebron ni Curry. “No hay otro como Jordan”. Cursa Tercero Medio de Química Ambiental y hoy tiene un partido clave a nivel Adesup: enfrentarán a la poderosa UdeC. Y ahí sale el líder, el que contagia para dar pelea frente al monstruo. La Católica es uno de los buenos equipos de este inicio de año y sueña con llevar este prometedor proceso a buen puerto.
“Lo que más destaco de este equipo es la unión del grupo, donde se formaron lazos de manera muy espontánea y da gusto venir a compartir con los compañeros. En la cancha, tenemos muchas cosas por corregir porque somos un equipo en formación, pero tenemos hartas variantes, dentro de un partido y también lo que aportan los que van entrando desde el banco. Todos tenemos mucha disposición a trabajar, aprender y cumplir los objetivos que primero son más pequeños y después hay que pensar un poco más en grande”, comentó el veloz alero.
Y como todo equipo universitario, han vivido un proceso natural de suma y resta. De egresados importantes y mechones en proceso de aprendizaje. Sebastián cuenta que “el sesenta por ciento del equipo es antiguo y los que han llegado se han adaptado de muy buena manera. Creo que si alguien ve el equipo en cancha, con toda la rotación que hace el profe y el nivel que se va manteniendo, cuesta identificar quienes son nuevos y quienes más viejos. Eso habla bien de nosotros y también del técnico. No dependemos de uno o dos jugadores, de pasarle la pelota a uno que nos salve”.
Durante el partido y la entrevista, sus compañeros no dejan de bromear. Es un equipo que parece jugar sin presión, más allá de la competitividad que muestran. “Acá a todos nos gusta un poco la talla, pero cuando hay que ponerse serios, se hace y todos trabajamos”, asegura.
No le gusta sentirse demasiado figura y le gusta contar las buenas y las malas. El “Seba” repara sus inicios y narra que “he jugado en hartos clubes, desde que era chico, y no me ha ido tan bien, para qué voy a mentir. También reconozco que me cuesta un poco congeniar el deporte con los estudios. Estuve en un par de procesos en Juegos de la Araucanía, que no fueron tan exitosos, y fui dos veces campeón de la Liga Bío Bío con Montreal y Huachipato, donde sí tuve buenos momentos. Uno no se da cuenta, pero igual he pasado por hartas experiencias”.
¿Y desde cuándo en el básquetbol? “Empecé en esto como a los 10 años, pero dejé de jugar por un tiempo y volví con todo en la Enseñanza Media, con hartas ganas de nuevo, porque es algo que me encanta y que te ayuda mucho para distraerte de todo lo demás”, afirmó.
Hoy se le ve motivado. Advierte que “el inicio de este Adesup ha sido prometedor, pero viendo esto como un proceso. Lo primero es lograr un grupo importante de jugadores que estén a un mismo nivel y eso va bien. Luego hay que competir con las potencias. Nuestro objetivo a largo plazo es ir a un Nacional, pero reconocemos que la UdeC y Udla son los más poderosos, tienen finales y títulos nacionales en el cuerpo y, además, se enfocan en el nivel profesional. Llegar a eso son palabras mayores, pero cuando jugamos contra ellos vamos derechamente a hacerles daño, jugar fuerte, muy intenso y no ir con la mentalidad de que te van a meter cien. Si pasan por el lado, algo se tienen que llevar, no pueden hacerte una bandeja fácil. Hay demostrarles que somos rival y competir como corresponde”.
Y así como Jordan es su ídolo a nivel mundial, también tiene un par de espejos acá más cerca. “Evandro Arteaga es mi jugador favorito a nivel nacional, un jugadorazo. No mide más de metro y 75, es implacable detrás de la línea, tiene muy buena penetración… Hay que mirarlo y aprender. Sebastián Figueroa es otro jugador nacional que me encanta, compartí con él y es tremenda persona”, sostuvo este joven valor cestero.