“Amo las actividades al aire libre, la libertad, el deporte y la vida sana. En mi tiempo libre disfruto mucho leyendo libros relacionados con deporte. Me gusta mucho pintar, hacer puzzles, subir cerros, andar en bicicleta. Amo sentarme a ver el atardecer con mi perrita en la playa. Soy estudiante de ingeniería comercial porque desde muy chica me gustan los negocios y siempre pensé estudiar esto para poder, así, iniciar mis propios emprendimientos. Eso sí, en este momento tengo mis estudios congelados, ya que me gusta hacer las cosas con dedicación y esfuerzo al 100%.
Actualmente estoy enfocada completamente a prepararme bien y cumplir mi gran sueño que es lograr la clasificación olímpica histórica para Chile. Y para más adelante tengo pensado abrir mi club de canotaje. La verdad, por lo mismo. a veces he pensado en no seguir con ingeniería comercial, ya que no me llena del todo. Lo que más amo realmente es el deporte y me encantaría seguir ligada a esto, por lo que pienso comenzar a estudiar educación física.
Y mi historia con el canotaje partió en 2011, tras haber sido, por varios años, seleccionada en natación por varios años. Cuando comencé habían muchísimas diferencias con las mujeres, sobre todo en la canoa femenina, ya que la cantidad de pruebas eran muy pocas en comparación con los hombres. Con el tiempo se han ido equiparando las cosas y hoy casi no hay diferencias. Nunca me he sentido discriminada en este deporte. Creo que donde vemos menos diferencias entre hombres y mujeres es en el deporte.
Siento que cada vez menos discriminación y que las oportunidades son cada vez más equilibradas.
Cada vez que como mujer logro cosechar algo importante, ya sea como persona o más aún como deportista, que es donde estoy muchísimo más expuesta, existe una gran cantidad de mujeres deportistas -o que quieren hacer deporte pero que no tienen el valor de tomar la decisión de comenzar ya que piensan, quizás, que no pueden lograr cosas grandes-que con pequeñas cosas se ven identificados en ti. Son personas comunes y corrientes que de a poco van tomando la decisión de entrar al deporte. Se arriesgan. Se creen más capaces. Se valoran mucho más y así se terminan convirtiendo en mujeres empoderadas. Y eso, aunque a veces una no lo siente, muchas veces me lo han dicho explícitamente. Me siento muy bien por influir en algunas personas positivamente.
Desde el punto de vista deportivo se viene haciendo un gran trabajo y cada vez hay menos diferencias. Las oportunidades son cada vez más equitativas. Aunque, aun así, todavía falta que como país seamos capaces de reconocer que las mujeres somos tan capaces como los hombres y que eso se vea reflejado, principalmente, en salarios igualitarios entre géneros. Ese es un aspecto muy importante y que por algo actualmente está, hoy, dentro de los temas más relevantes a nivel ciudad y país”.