Margarita Masías, atleta: “Debemos demostrar que somos capaces de todo”

26 de Mayo 2019 | Publicado por: Ricardo Cárcamo
Fotografía: Raphael Sierra P.

“Vivo intensamente el día a día. Cuando me vine a Concepción a estudiar desde Puerto Montt, nunca proyecté mucho lo que quería, fui viendo en el camino”.

“Partí en competencias escolares, la primera fue de relevo, en Kinder, porque vieron que corría más rápido que los demás. Mi papá me vio habilidades, y me llevó a corridas. A los 13, consiguió un entrenador. En mi enseñanza básica, hice gimnasia, rítmica, artística y aeróbica, practiqué fútbol, básquetbol, y eso ayudó a desarrollar mis capacidades físicas y de coordinación, que desembocaron en que en enseñanza media pudiera seguir este deporte”.

“Cuando llegué a la UdeC empecé a entrenar con Jorge Grosser, él hace prácticas más profesionales. Cuando llevaba un año con él y fui campeona nacional me dije que el atletismo iba en serio. De ahí no he parado, llevo 10 años full”.

“La valoración de las mujeres en el atletismo, como en la mayoría de los deportes, es diferente. Cuando se informa siempre aparecen primero los varones, hay excepciones. No sé si es machismo”.

“No recuerdo vivir una situación de discriminación, tengo personalidad fuerte y de pasar lo hubiese aclarado en el momento. En la universidad sí tuve profesores que no le gustaba mucho el deporte competitivo, pese a que estudiaba Educación Física. No me daban muchas oportunidades, aunque yo era muy buena alumna”.

“En cuanto a las oportunidades, pienso que en el atletismo son parejas para hombres y mujeres. A ambos se nos hace complicado, y quienes se destacan es por méritos propios y mucho sacrificio”.

“Es trabajo de nosotras, las propias mujeres, demostrar que somos capaces de hacer un deporte de buena manera, apoyarnos sin tirarnos para abajo. Cada una debe hacer bien su trabajo, y apoyar a las que vienen. Todo se puede, a algunas mujeres les cuesta atreverse. Las que están empoderadas deben apoyar para que no dejen de hacer lo que les gusta”.

“Los desafíos para seguir avanzando en la equidad de género son más sociales. Aún existe un miedo de desarrollar deportes a las horas que tú puedas. En mi experiencia, se sabe que en invierno, cuando oscurece antes, los hombres puede salir con más seguridad. Yo misma trato, cuando voy a entrenar, de ir a lugares públicos aunque sea de día, por susto a que me pueda pasar algo, y eso no puede ser”.

“Igual hay trabas sociales, como el tema del cuerpo, cuando no estás en forma bajo el concepto que se tiene en la sociedad. Da vergüenza en muchos casos, y en eso se debe trabajar. Falta abrir más la mente, y que nos apoyemos entre todos. Aun pasa que la hora para hacer deporte es casi patrimonio del hombre, específicamente después de trabajo. Ahí queda machismo. Ojalá se avance hacia una mayor empatía, y que los papás también puedan cuidar a los niños o hacer labores domésticas para que la mamá haga deporte. Eso lo he visto, con alumnas que me dicen que no pueden porque el marido irá a jugar a la pelota. Falta esa nivelación social y de mentalidad: que las mujeres puedan imponerse y pedir sus merecidos tiempos libres, y los hombres apoyen. Hemos avanzado, pero todavía falta”.