¿Cuánto pesa que un técnico haya sido deportista?

29 de Abril 2019 | Publicado por: Ricardo Cárcamo - Samuel Esparza
Fotografía: Andrës Oreña P:

Entrenadores de diversas disciplinas se refirieron al tema, y si bien aseguraron que haber jugado sirve en algunos aspectos, no es un requisito indispensable. Además, que también es posible que gente que no cuente con esa vivencia puede llegar a ser un buen DT.

Cuando se anunció la creación del Instituto Nacional del Fútbol (Inaf ), en la segunda parte de la década de los noventa, se pensó en mejorar la formación que existía hasta ese entonces. Al enterarse de esta situación, Arturo Salah, por entonces DT de Huachipato, aseguró que “ahora le daremos títulos de entrenadores a marcianos”, aludiendo a quienes, sin tener experiencia previa como jugadores, podían optar a ser técnicos calificados y certificados.

Ha pasado el tiempo, y han cambiado las formas de prepararse para quienes dirigen no sólo en el fútbol, sino en las diversas disciplinas. Sin embargo, la pregunta aparece como interesante para debatir: ¿Qué tan importante o necesario es que un entrenador haya tenido experiencia previa como deportista?

Jorge Grosser es uno de los entrenadores más destacados del atletismo local. También con experiencia previa como deportista, señaló que haber tenido una carrera propia a nivel competitivo “es bien importante, pero no lo más relevante. Eso sí, haber sido atleta le da más alma a uno. El que no lo ha sido, debe estudiar más, leer más, interiorizarse más, porque es difícil decirle a un pupilo de alto nivel que haga ciertas cosas si él no sabe cabalmente cómo el cuerpo responde en ciertas circunstancias, qué es el cansancio, la presión, y así varias cosas. Eso se aprende en la cancha, en el camarín, pero ser atleta no garantiza ser buen técnico”.

Guillermo Jiménez dirige los equipos adultos femenino y masculino de vóleibol de la UdeC, disciplina que también practicó. “Hay una parte que es súper buena y otra que de repente te juega un poco en contra. Lo bueno es que tú sabes lo que le está pasando al jugador dentro de la cancha, entiendes muy bien la solución que debes buscar desde su punto de vista. Técnicamente también, tácticamente uno de repente tiene soluciones más tácticas que teóricas que no enseñan a los entrenadores en los cursos”, comentó.

Al respecto, agregó que “la práctica es algo que te entrega el deporte, pero no la teoría. Y, en ese sentido, el haber sido jugador y haber tenido todas las experiencias que tuve, me permite acercarme al jugador desde esa perspectiva, sobre todo en los aspectos fundamentales del ataque, que era mi característica como jugador (opuesto). En ese sentido siento que puedo ayudar mucho. Lo anterior, obviamente complementado con los estudios de los cursos de entrenador que también he hecho. Cuando recién comencé se me hacía muy difícil entregarle la información a los niños en la parte más formativa, no así en el aspecto competitivo”.

Rodolfo Cáceres, con una larga trayectoria como DT en el Deportivo Alemán, también tuvo una carrera importante como jugador. “Generalmente, involucrando a todos los deportes, ocurre que el entrenador que no ha tenido una base educacional más o menos amplia, le cuesta desarrollarse, porque ser técnico no es una profesión, sino un oficio”.

Además, indicó que “para ser un entrenador de categoría, se deben tener muchas capacidades blandas. No basta saber solo del deporte, los sistemas de juego, movimientos y principios. Hay que poseer muchas otras habilidades, principios, ser responsable, con valores morales y éticos. Dar charlas, dialogar, que tenga conocimientos de la vida, de psicología, que sepa manejar grupos. Hablamos de alguien integral y apto para manejar grupos”.

Cristian Luarte, director de Pedagogía en Educación Física de la USS, señaló que “un técnico que ha tenido vivencias como deportista, comprende y ayuda a controlar adecuadamente estos procesos, entendiendo que son propios de la competencia y característicos según la disciplina. Sin embargo, es necesario que el DT se capacite progresivamente para que el proceso de desarrollo integre experiencias y ciencias aplicadas al deporte. De lo contrario, es probable que los sistemas de entrenamientos se descontextualicen frente a las demandas atléticas actuales”.

¿Buen jugador= buen técnico?

Ariel Rubilar, entrenador de canotaje y que también tuvo pasado como deportista en esta disciplina, indicó que “tiene injerencia la experiencia, pero no es un requisito exclusivo. Si la persona es suficientemente inteligente, si sabe de deporte en general, sobre competición, ya le da un plus. Haber practicado un deporte en específico, es una ventaja más grande, porque sabe los problemas a los que se debe enfrentar cada chico. Lo sabe desde la vivencia, así es que puede ayudar”.

Jorge Grosser comentó que “en el deporte, la diferencia que hay entre uno bueno y uno más o menos es la pasión, y eso no creo que se pueda estudiar. Eso da mucha credibilidad, el atleta se da cuenta que está metido en el sistema, que uno está con él, que no es algo que uno hace de forma mecánica o solo por el sueldo. Yo, por ejemplo, no vivo del atletismo, sino que vivo para el atletismo. Asimismo, conozco muy buenos atletas que como entrenadores no han sido muy exitosos”.

Guillermo Jiménez indicó que “he conocido grandes entrenadores que no jugaron competitivamente. Si la memoria no me falla Julio (Orellana) no era voleibolista, incluso jugaba fútbol. Él se formó como entrenador en el vóleibol sin haberlo practicado desde chico como lo hice yo, y es excelente, con muy buenos resultados en su carrera como profesional. Leo Cifuentes, DT del Colegio Concepción, lo mismo, fue a varios nacionales escolares, ganó un par y le tocó incluso ir a los Sudamericanos Escolares”.

Rodolfo Cáceres reafirmó lo anterior y comentó que “para ser entrenador se necesitan muchas más virtudes y capacidades, por eso tenemos situaciones de grandes basquetbolistas que no han logrado ser técnicos de calidad. Y, por el otro lado, DT de selecciones que han formado gente, pero que no han jugado básquetbol profesional”.

Al respecto, agregó que “hay grandes entrenadores, los últimos que hemos tenido en el básquetbol nacional, de la vieja guardia, por ejemplo, Néstor Gutiérrez, Héctor Oreste, Miguel Ureta, todos muy reconocidos, pero que no fueron grandes estrellas como jugadores. Por contrapartida, está Manuel Herrera, que fue gran figura en la cancha y uno de los mejores técnicos del país, lo mismo Juan Morales”.

Cáceres indicó además que “pienso que no hay ninguna relación, que uno pudo haber sido un crack como jugador, pero eso no significa que lo sea como entrenador, porque el conocimiento de la acción, del juego, la vivencia uno la tiene. Y todos los entrenadores, gracias a la tecnología, tiene a la mano cualquier sistema de juego”.

Prejuicios

En este tema, otro de los puntos para el debate es si un atleta siente un mayor respeto por un técnico que tuvo pasado como deportista.

“Yo sentí que, en mi caso, el jugador te cree harto, porque quizás te vio jugar o conoce un poco tu historia en la cancha. Pero para mí, dentro de mi cabeza y seguridad, nunca fue un argumento suficiente el haber sido jugador, siempre busqué especializarme lo mejor y más rápidamente posible, con las mejores herramientas que hayan estado a mi alcance en ese momento”, señaló Guillermo Jiménez.

Cristian Luarte, de la USS, indicó que “generalmente, algunas modalidades deportivas poseen ciertos códigos propios del mundo técnico. Sin embargo, lo importante es lograr comprender que el éxito deportivo es multifactorial y son variadas las dimensiones que tributan a la obtención de un resultado. Ejemplo de ello es conciliar el desempeño motor; capacidades físicas, habilidades motrices, sistemas tácticos con la fortaleza mental y la autodeterminación. Es decir, no basta con la motivación intrínseca del deportista y del técnico, sino que además se debe graduar la calidad de esa motivación”.

Roberto Valenzuela, coordinador de Deporte de la UDD, comentó que “pese a que la formación académica es muy parecida en todos los casos e incluso más extensa para aquellos alumnos que no han sido futbolistas profesionales, llama poderosamente la atención la nula posibilidad de dirigir en Primera División. José Luis Sierra, Miguel Ponce, Fernando Vergara, Luis Musrri y Mario Salas son algunos nombres de entrenadores que dirigen o han dirigido en Primera o Primera B. Sin embargo, todos tienen como denominador común haber sido ex futbolistas, lo que para los clubes parece ser un requisito”.

Rodolfo Cáceres aseguró que “no conozco a un entrenador de algún club que no haya practicado el deporte, creo que todos han jugado independiente de la disciplina. Es prácticamente imposible tener un entrenador que no haya jugado… Pasa que a veces se confunde y se piensa que si no ha practicado profesionalmente, pareciera que no se está facultado. Yo pienso que no es así, basta con conocer y haber vivenciado el deporte”.

Formación permanente

Si bien la experiencia previa como deportista da un “piso” distinto en relación a quienes no la tienen, el deporte actual, muy ligado a las tecnologías y otras formas de adquirir conocimientos, hacen que ese plus tenga una trascendencia distinta a épocas pasadas.
“Debemos tener presente que en la actualidad el deporte es un fenómeno social de múltiples implicancias, por lo tanto, los técnicos más exitosos son aquellos que tienen control de sus dirigidos, disciplina y autodeterminación, pero sobre todo la convicción de incorporar las ciencias del deporte para alcanzar el rendimiento óptimo de cada atleta y del equipo. Por lo tanto, la credibilidad se va adquiriendo en función de los resultados. El deporte evolucionó, razón por la cual se necesita que quienes forman deportistas estén altamente capacitados”, dijo Cristian Luarte.

Ariel Rubilar tiene una visión similar, y aseguró que “si fuera solo un ex deportista, no tiene la capacidad de regular todo el aprendizaje para los chicos. Todas las personas van a aprender de forma distinta y hay que tener la capacidad de identificar las habilidades del sujeto para ver cómo abordará las cosas a enseñar, a transmitir, y para eso hay que estar lo mejor preparado posible”

Guillermo Jiménez entregó una opinión parecida, y comentó que “yo aprendí dentro de los cursos y también dentro de mi profesión (Educación Física). La parte teórica que te enseñan en clases me ayudó mucho a saber enseñar, a tener distintas metodologías con distintas personas, porque cada jugador tiene una manera diferente de aprender. Y eso lo pude complementar con mi experiencia como jugador. Creo que me ha ayudado mucho a obtener buenos resultados dentro de mi, todavía, corta carrera como entrenador”.