Universidad de Concepción fue el gran ganador a nivel local, en damas y varones, donde sólo Universidad Católica logra pelearle de igual a igual. En el Nacional, llegaron a la final de hombres y ganaron el juego por el tercer lugar de mujeres. Un gran año, que será difícil de superar, sobre todo, porque muchas de sus figuras dejaron la casa de estudios.
El vóleibol de nuestra zona, que lleva varios años de éxitos, marcó fuerte presencia a nivel universitario durante la temporada 2018, con una plata nacional para los varones y un bronce para las damas, compitiendo de igual a igual con los más fuertes del país. Este año, el desafío será mucho más duro, porque la UdeC, el gran campeón regional en ambas categorías, perderá a muchas de sus principales figuras. Llegó el momento del recambio, situación que, de todas formas, estaba prevista y se venía trabajando con antelación.
Guillermo Jiménez destacó como voleibolista y, desde el 2017, está a cargo de los dos equipos de la UdeC. Haciendo un balance de la temporada que recién pasó, estima que “fue positiva en varios aspectos. Jugamos dos semifinales nacionales con Universidad de Chile, donde pudimos ganar una-la de varonesy nos faltó un poco para conseguir el campeonato. En la otra, las chicas llegaron terceras. Fue bueno, pero igual siento que teníamos equipo para haber ganado las dos cosas y salimos siempre con ese objetivo. No siempre se puede, pero estoy conforme con lo hecho por ambas series”.
Los varones de la UdeC derrotaron en semifinales a la U. de Chile y en la final dieron dura batalla contra la UNAB, comandada por Esteban Grimalt. Llegaron a estar empatados en un set y los dos últimos fueron para el tricampeón chileno por parciales ajustadísimos de 25-23 y 25-21. Al inicio de ese juego, los auricielos sufrieron la lesión de una pieza clave: Sebastián Díaz
Las damas, en tanto, cayeron 1-3 en la semifinal contra la “U” y en el partido por completar el podio se impusieron en un épico 3-2 a la Universidad Católica de Valparaíso.
“Memo” Jiménez comentó que “el buen nivel de ambos equipos pasa por varios factores. Uno tiene que ver con una camada de buenos jugadores que coinciden, pero también hay un trabajo fuerte, entendimiento entre los jugadores y mucho compromiso, porque todos estudian y no es fácil combinar hartas cosas para responder bien. Eso es algo que siempre destaco. Corregimos muchos aspectos tácticos durante el año y siento que alcanzamos un gran nivel de juego, que nos permitió competir de verdad y pelear cosas importantes”.
A nivel local, la UdeC se anotó un nuevo doblete, pero Jiménez cree que ahí hay un problema importante. “La competencia a nivel regional es poco exigente y no te permite llegar bien preparado a un Nacional. Acá, el gran partido en ambas categorías es contra la Católica y ahí es donde se define todo. Los otros juegos del año no son de ese nivel. Ojalá jugaras 15 veces con rivales como Católica, porque esa competencia es la que te motiva y te hace mejorar. Creo que esa parte no está muy bien organizada y por eso uno busca otros partidos para ponerse a punto pensando en el alto rendimiento”, apuntó.
Y después hay que encarar en Nacional contra los mejores del país. Jiménez sostiene que “hace rato venimos demostrando que estamos a ese nivel, al mismo que Universidad de Chile y compitiendo de igual a igual con Andrés Bello, que actualmente es el más fuerte. Ellos tienen muchos jugadores de equipos federados y seleccionados chilenos. Se nota cuando los enfrentas, porque te obligan a no equivocarte nunca. Cualquier error contra ellos es un punto”.
Jiménez le ha sacado al jugo a una generación que lleva años jugando juntos y juntas. Incluso, desde Juegos de la Araucanía, en algunos casos. Y como todo equipo universitario, hay ciclos que se terminan. No de golpe, pero paulatinamente, y ese es el caso de la UdeC, sobre todo, en el sexteto femenino, donde piezas fundamentales deben abandonar la casa de estudios.
“Memo” detalló que “en el equipo de mujeres hay tres jugadoras que terminaron su carrera. Hablo de jugadoras importantes, como Isidora Lazcano, Muriel Servanti y Katherinne Umaña, aunque ella podría seguir porque está viendo la posibilidad de un magíster. En varones, no sigue Gabriel Tascón y hay dos chicos que se cambian de universidad: Sebastián Díaz y Cristopher Baeza. Estos dos últimos llevaban menos tiempo con el grupo, pero aportaban muchísimo. Ahora llegó el momento de que otros tomen esos relevos”.
¿Y cómo se hace para sustituir piezas tan gravitantes? “Llevo unos años en la universidad y tienes que tratar de que estas cosas no te pillen improvisando. Tú sabes cuándo a un jugador le quedan un par de años y tienes que ir viendo con anticipación cómo vas buscando otras piezas, dándole experiencia a los que vienen entrando. La rotación es fundamental para manejar un equipo universitario, donde lo ideal es tener un equipo constante durante unos cuatro años y después ir moviendo piezas de acuerdo a lo que va pasando con sus carreras. No es fácil, pero todos sabemos que tiene que ser así”, indicó.
Pero la UdeC no sólo compite a nivel regional y luego nacional a nivel Adesup. También lo hace a nivel federado, donde la batalla es aún más dura. Jiménez expresó que “ahí estamos hablando del torneo más fuerte de todos y con las damas estuvimos muy cerca del podio, pero se perdió partido por el tercer lugar en Santiago. Con los hombres terminamos en quinto lugar. Más allá de los rivales que nos toca enfrentar, hay etapas importantes que te pillan justo en momentos de alta carga académica y no es tan fácil combinar eso cuando tienes un equipo de base universitaria, donde las notas son fundamentales y cuesta llevar ambas cosas. No es excusa, pero pasa”.
A nivel regional, el vóleibol femenino fue liderado por la UdeC y el segundo lugar fue para Universidad Católica. Tercero terminó la Universidad del Bío Bío.
En varones, se repitieron UdeC y la Ucsc en las primeras posiciones, con la Universidad Andrés Bello en tercer puesto. En la división B, el mejor fue Universidad del Desarrollo, seguido por Duoc UC y el Inacap completando el podio.