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Felipe Jara, figura en natación de Adesup

Joven oriundo de Chillán aprendió tarde los secretos del braceo, pero rápidamente comenzó a destacar y cada año se pone metas más altas. Hoy estudia Ingeniería Civil Electrónica en la UdeC y pretende seguir bajando sus marcas durante 2019.

Por: Paulo Inostroza 01 de Abril 2019
Fotografía: Raphael Sierra P.

La natación nunca ha sido un deporte que entregue demasiadas medallas a la Región. No por falta de talento, sino más bien por la falta de espacios adecuados. Y aunque la queja sigue ahí, sobre la mesa, siguen saliendo excepcionales exponentes, que dejan bien alto el nombre del Bío Bío donde quiera que van. En este momento, la gran carta local es Felipe Jara Salazar, estudiante de la UdeC, quien viene clasificando habitualmente a finales nacionales y este año apuesta por un podio, mientras matiza el deporte con su carrera de Ingeniería Civil Electrónica.

A sus 23 años, le quedan dos en la casa de estudios, y el 2018 fue premiado como el mejor nadador de la zona a nivel Adesup. El chillanejo cuenta que “al principio de cada temporada siempre me pongo metas bien duras y el año pasado fue difícil alcanzarlas. Más de lo acostumbrado. Poco antes de las etapas finales de la liga tuve muchos certámenes y trabajos en la universidad, así que se me hizo difícil prepararme adecuadamente. Tuve dos semanas bien recargadas, pero me las arreglé con los tiempos”.

Había que lanzarse

Nació en Chillán, pero la carrera que quería estudiar no estaba allá y, por tanto, se vino a Concepción. El gusto por el nado lo traía desde chico, pero ojo… No desde tan pequeño. Hasta los 13, parecía que su camino iba por otro lado.

“Cuando chico me gustaban hartos deportes y practicaba un poco de todo. Es curioso, porque yo hacía clases particulares de matemáticas y en eso le hice clases a una señora, que era directora de un club de natación. Como cortesía, un día me invitó a participar gratis. Yo estaba en Octavo y prácticamente no sabía nadar. Lo básico no más. Sabía tirarme un piquero en el río y salir. Eso, con suerte. Me metí a entrenar y al principio me quería morir, porque todos llevaban un nivel más alto, pero avancé rápido y a los tres meses ya sentimos que estaba preparado para mi primera competencia. Aún lo recuerdo, porque fue un momento muy emocionante. Salí como tercero, en Chillán, y de inmediato mi entrenadora dijo “ya, tú eres pechista”. Después, al año de estar entrenando, participé en un Nacional de Iniciación y logré un segundo nivel nacional. Era entre iniciados, pero empecé a confiar más en que podía”.

Explicando su buen presente y la fórmula para ser un deportista destacado, Felipe apunta que “lo principal es que soy súper exigente conmigo mismo y me reviento en cada entrenamiento. Antes practiqué full contact, kickboxing, atletismo en las carreras de Chillán y hasta jugaba fútbol. Tener un hábito deportivo, en lo que sea, ya te ayuda para después practicar lo que realmente decidas”.

Sobre sus estilos favoritos en la natación y sus expectativas para el 2019, expresó que “me gusta mucho el estilo mariposa, aunque hago más pecho. Lo encuentro interesante, atractivo. Mi desafío 2019 es mejorar mi marca en 50, 100 y 200 y ojalá bajar el uno con diez en pecho y prepararme mejor para las finales. Este año quiero lograr un podio y sé que, con mucho trabajo, puedo. Mi técnico es Juan Veloso y este premio a nivel Adesup es para él, mi familia y mis seres queridos, que siempre me han apoyado y sin ellos no estaría en esto”.

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