La difícil tarea de los padres de guiar a los niños hacia el deporte

28 de Enero 2019 | Publicado por: Paulo Inostroza
Fotografía: Andrés Oreña P.

Falta de tiempo, pocas horas de Educación Física en el colegio, batalla perdida contra la tecnología. Qué hacer contra uno de los grandes problemas de salud a nivel nacional y que debe combatirse desde la casa, con los niños.

“Cuando eran chicas, no teníamos botes ni esas cosas. Nunca hubo un Nintendo. En la casa sólo había cuerdas, pelotas y sus bicicletas. Con eso se divertían y mucho. Cuando tenían casi 15 años, recién les compré un celular”, cuenta Melita Schüssler, mamá de Melita, Antonia, Ignacio y Alfredo, los cuatrillizos Abraham. En tiempos donde el sedentarismo le tuerce la mano al deporte, los padres son los llamados a motivar y cambiar la historia. Pero con poco tiempo por trabajos esclavizantes, tentados por dejar una tablet en manos de sus hijos y ahorrarse problemas. ¿Cómo ganar esta guerra? ¿Cómo cambiar desde la base ese alarmante 81,3 por ciento de gente inactiva en el país?

La madre de las grandes figuras del remo nacional contó que “todo tiene que ver con el tiempo y uno debe hacerse ese espacio, hacer sacrificios. Nosotros siempre llevamos a los hijos al cerro, a caminar, nos gustaba que se distrajeran en la calle. Hay que tomar el peso al problema, porque el sedentarismo es muy peligroso. Acá los niños intentaron con el atletismo, nadar, el básquetbol… Casi por casualidad, Ignacio entró al remo y después se sumaron todos y les gustó. Yo me los estaba llevando por otro deporte, pero hay que aperrar en lo que ellos decidan”.

Melita confiesa que “yo fui atleta. Mi esposo nunca fue muy deportista, es pelotero nomás. Mis hijos no están en el deporte por mirarnos a nosotros, pero sí los motivamos mucho, dejando otras cosas de lado, suspendiendo actividades. Bueno, todo ese sacrificio vale la pena y no sólo por las medallas. Lo digo porque son muchachos que tienen disciplina, que no andan tomando en la noche, que llevan una vida sana”.

También fue profesora de Educación Física, en el Colegio Alemán y, desde esa posición, hace otro interesante análisis. “Dos horas de Educación Física es insuficiente. Es nada. Yo creo que todos los días deberían, al menos, sacarlos, caminar un poco. Porque la gracia es crear el hábito. Hoy la Educación Física, con tan poca prioridad, no sé si sirve. Yo entiendo que la mayoría de los colegios no tiene la infraestructura y apenas cuentan con un gimnasio, pero la solución no es gastar plata en construir cosas. Es imposible. ¿Y por qué no hacer convenios con los clubes? Sería muy bueno sacar a los chicos una vez a la semana y llevarlos al club de remo, básquetbol o el deporte que sea, donde la infraestructura ya está. Te aseguro que esos clubes los recibirían felices”, advirtió.

Números alarmantes

Ocho de cada 10 chilenos no realizan actividad física y, en nuestra zona, un 69,4 por ciento de la población no practica deportes. Casi 4 puntos sobre la media nacional, según la última encuesta de Hábitos de Actividad Física y Deporte 2018. Otros datos que son relevantes: el chileno trabaja un promedio de 1.988 horas al año, mientras que alemanes, daneses y franceses no llegan a los 1.500, con mejor sueldo y productividad. Definitivamente, el tiempo para “otras cosas” no nos sobra. Sobre todo, cuando seguimos pensando que moverse es sólo un juego y lo miramos despectivamente como “tiempo de ocio”.

Leonardo Villavicencio, académico carrera de Pedagogía en Educación Física de la Udla, comentó que “las familias que juegan son más felices, son capaces de desarrollar habilidades comunicativas más eficaces y efectivas para coordinar sus acciones, o para transmitir sus puntos de vista. Fomentan la capacidad de sobre ponerse a las dificultades, ya que el desafío intrínseco de los juegos es comprendido como un aliciente para seguir participando”.

Raúl Umaña es padre de cinco hijos, todos deportistas. Él es profesor de hándbol y, junto a su señora, ha rayado hartas veces su agenda para distribuir su tiempo entre Camila (20 años), Diego (18), Francisca (14), Joaquín (9) y Agustín (5). “A veces tenía que traérmelos a los entrenamientos, porque no había con quién dejarlos, pero fue para mejor. Así comenzaron a encantarse con el balonmano”, apuntó.

Cuenta que Diego quería hacer lo que hacía Camila, Francisca soñaba con lograr lo mismo que Diego y así siguieron la cadena. Umaña comentó que “cuando creas un ambiente deportivo de familia, se va dando todo de manera natural. Acá nunca le compramos playstation ni cosas digitales. La casa estaba llena de pelotas. Por eso dicen que somos a la antigua. El 2010 fue la última vez que los llevé al cine, en ese tiempo eran tres hijos. Gasté como 25 lucas entre comida y entradas y no aguantaron ni cinco minutos. Querían correr. Nunca los mantuvimos sentados para que nos dieran menos pega. Hoy paso por la plaza, veo a todos los niños con una tablet y me da rabia”.

Como papá y profesor analiza que “los padres de hoy sólo privilegian el tema académico, son más competitivos y sienten que el deporte distrae y entorpece el estudio. Eso es absolutamente falso. El deporte te motiva, te mantiene más feliz, evita el estrés y hasta te genera mejor rendimiento en las notas. Ahí siento que hay un gran problema de conceptos, que nace con la Jornada Escolar Completa. Ahí mataron el deporte y la cultura, porque se suponía que los niños estarían más tiempo en el colegio, pero con más talleres de música, teatro y deportes. Eso no es así. Sólo más ciencia, matemáticas. Después llegan a la casa cansados. Creo que hay que replantearse esta reforma, ni siquiera ha mejorado las notas. Sencillamente, no funcionó”.

Desde la casa

“La familia no tiene la única función de ir como espectadores a ver la competición de sus hijos. Tienen un rol mayor. Sobre todo, en el período de deporte de base. En las fases tempranas del deporte hay que enseñar una serie de cualidades, por ejemplo, el trabajo en equipo, aceptar decisiones que no compartimos, tolerar la frustración. Esto no lo aprenden los niños por sí solos, deben contar con la ayuda de sus entrenadores en el contexto deportivo y fuera con el apoyo de los familiares”, manifestó Roberto Valenzuela, coordinador de Deportes de la Universidad del Desarrollo.

Sobre los colegios de nuestra zona y educación deportiva, agregó que “en algunos colegios se encuentran buenos planes de trabajo, pero no tienen infraestructura para su realización, en cambio hay otros que tienen excelentes infraestructuras, pero no tienen los planes específicos para su desarrollo o los docentes adecuados. En general, son muy pocas las instancias para el desarrollo óptimo y de excelencia”. De todas formas, destacó que “contamos con diferentes instancias para la práctica del deporte, ya sea en plazas, parques, estadios, gimnasios entre otros, incluso de proyectos municipales, vecinales, corridas familiares y algunos por IND, donde entregan a cada comunidad espacios”.

David Sequera es profesor de básquetbol y esta semana estuvo enseñando y motivando a niños en el campus de verano organizado por la UdeC. El profesional venezolano comentó que “en mi país son dos horas de 45 minutos de Educación Física en los colegios, que entiendo que es lo mismo que acá. Lo interesante es cómo las aprovechas y qué actividades extras le presentas a los niños para que puedan especializarse o bien ocupar un poco más de su tiempo en el deporte. Siento que allá de trabaja más el tema, pero creo que dos horas aquí o allá es poco”.

Sonríe al mencionar a los mayores enemigos del deporte en la actualidad. “El Fortnite y todas esas cosas de la play”. Sequera cuenta que “en otros tiempos te lo pasabas en la calle, te pasaban una pelota y estabas. Podías estar todo el día. Son otros tiempos y creo que está en los padres sacar a los chicos a hacer deporte, hacer uno para que te miren como ejemplo y mostrarle en la TV a deportistas que puedan ser modelos de vida para los más pequeños. Mostrarles cómo el deporte te lleva al extranjero. Hay que ser un poco creativo. Bueno, también hay un poco de flojera, de mantener al chico distraído y con eso salvamos la tarde. De todas formas, no hay que generalizar. He visto muchos papás con sus hijos corriendo en el Cerro Caracol y hay mucha gente que entiende la gravedad del sedentarismo. No es sólo el sobrepeso, son todos los problemas de salud que te acarrea la obesidad”, señaló el experto en cestos.

Y la balanza no es alentadora. Según la última Encuesta Nacional de Salud, en Chile, el 74 por ciento de la población mayor de edad presenta sobrepeso y hay 470 mil personas que sufren de obesidad mórbida. Se proyecta que el 2020 habría cerca de 2.500.000 obesos y 1.800.000 obesas.

HERMANAS ABRAHAM: un exitoso ejemplo de que la familia sí puede hacer deporte.

Atacar el problema

Juliana Kein, profesora asociada del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Inta) de la U. de Chile. Desde este organismo, han emanado varios estudios sobre los niños y su relación con la actividad física a temprana edad.

“Empecé con un curso internacional en 2011. Ahí me empecé a meter en el tema. Nosotros hemos trabajado capacitando, y contratando profesores de educación Física. Hace dos años atrás, evaluamos un programa que existe, que se llama Jardín Activo del IND, que en ese momento era para preescolares. Ellos contratan el personal para que haga clases de Educación Física dos o tres veces a la semana, ya sea en jardines infantiles o pre kínder. Eso lo contrató el IND, y evaluamos la duración de las clases, qué porcentaje era de actividad física moderada o vigorosa, cuánto participaban por género”, dijo.

Sobre estas actividades, concluyó que “en forma global, te puedo decir que las clases de educación física hechas por profesionales no están ni cerca de cumplir las recomendaciones internacionales, que dice que el 50% del tiempo los niños deberían estar en actividad moderada o intensa, y eso no se cumple. Es cerca del 15, 17%. Y a los 5 años, las niñas se mueven menos que los varones, y no logramos entender por qué pasa esto, aunque es un tema que se ve también en otros países, no sólo en Chile”.

En ese sentido, agregó que “a raíz de los índices de obesidad e inactividad, se quiere hacer una indicación que los niños, en la jornada escolar, juntando la clase de educación física más lo que hacen en los recreos, para que alcancen 60 minutos de actividad diaria. No necesariamente moderada, pero la idea es que se muevan. No es fácil, porque de alguna manera hay que tratar, con los juegos y metodologías, que los niños se muevan más, hablo de los preescolares”.

Kein igualmente destacó que “hay un programa de recreos activos de Junaeb, donde contratan personal que va a algunos colegios y hacen actividades dirigidas. Llevan música, aros para que se muevan. Sin embargo, igual durante una jornada escolar no hacen mucho. Es importante saber que se hace después del colegio igual, no se le puede echar toda la culpa al establecimiento si el niño después llega a la casa y ve cuatro horas seguidas de televisión”.

Por ello, también le da un gran protagonismo a la familia. “Es clave, fundamental. Los niños miran todo lo que hacen los padres, la alimentación también. Entonces, si ven que los papás andan todo el día con el celular o la TV, o bien los sacan y los llevan al parque a caminar…Es un papel esencial en la formación, y hay harta evidencia de eso. Y es lógico, sobre todo con los niños chicos y sus papás y sus hermanos mayores. Está demostrado que tener un parque cerca de la casa, los niños que viven y los llevan, se mueven más que quienes no cuentan con espacios así. El entorno uno lo debe hacer amigable, lo mismo que la alimentación”.

BASKET UDEC realiza un campus de verano para motivar a los más pequeños.

Tomando cartas

Adelina Avilés, de Lomas de Bellavista, lleva a su hijo a todos lados y confesó que “Felipe (Cruces) juega básquetbol y fútbol en la UdeC. De chico vio pelotas en la casa, empezó a jugar con el hermano y en el colegio había un taller de básquetbol y entró. A veces existen instancias, incluso gratis, pero somos los padres los que no los llevamos y nos quedamos en la casa. Creo que los papás no tienen tiempo, el trabajo no te permite estar con tus hijos todo lo que quisieras”.

También aseguró que “tengo otro hijo de catorce años y no hay caso, no sé cómo sacarlo de la pieza. Con el chico no quise que me pasara lo mismo y lo llevo a todos lados, lo acompaño. Cuando uno quiere que su hijo tenga hábitos sanos, todo vale la pena. Es su salud la que está en juego. En el colegio hay pocas horas de Educación Física, pero además debería fiscalizarse que se hagan realmente. No es prioridad”.

Christophe Couvercelle es papá de la pequeña Anthea y narró que “todos fuimos deportistas en la familia y hoy vamos a todos los partidos de básquetbol con los hijos, los sacamos a correr. Si no se involucran todos, no funciona. En mi casa los niños ven televisión media hora y se aburren. Les enseñamos otra cultura. Yo trabajo de profesor y soy ingeniero, pero igual me hago el tiempo. Es importante. Nosotros llegamos hace siete años a Chile y los inscribimos en el colegio francés, porque ahí se hace todo igual que en Francia, donde son cuatro horas de Educación Física y actividades extraprogramáticas. Antes de Octavo debes saber nadar. Son dos horas de un deporte colectivo y dos de uno individual y van cambiando. En Francia el deporte es muy importante”.