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Víctor Tornería y “El otro fútbol”: Veinte mil cantando por un club que es realmente de los hinchas

Presidente del Club Social habló de ser distintos, de los dramas en tiempos de derrota, de sus miedos, del cartel de equipo rebelde, de la justicia, de este impacto mundial, de la paz con Vial. De la locura del fenómeno lila

Por: Paulo Inostroza 17 de Diciembre 2018
Fotografía: Raphael Sierra P.

Camina hablando por manos libres, come rápido y recibe un llamado. Que el permiso en el estadio, que la amplificación, que alguna factura. ¿Y qué pasa con la tarima de premiación? Todos le preguntan algo a Víctor Tornería. Todos. Se le ve cansado, pero su felicidad es innegable cuando habla de este nuevo Deportes Concepción que está demostrando que otro fútbol sí es posible, como reza el slogan del club alemán St Pauli. Sí, uno de los libros de cabecera del líder de este verdadero Club Social. El líder de un grupo grande, de mucha gente anónima, de hinchas profesionales trabajando por amor al arte, por amor a un color. A Víctor no le gusta aparecer como si todo fuera obra de él y lo deja claro en cada párrafo. Como sea, es la voz de este grupo de muchos.

-Tomaste las riendas de un club desafiliado y hecho un desastre administrativamente. ¿Soñaste un fenómeno así en tan poco tiempo?

-Me imaginé que esto podía pasar, pero en unos cinco años. Cuando llegamos y vimos la realidad del club, lo primero que pensamos es si en un año podríamos prender los focos de Nonguén. Solo nos interesaba ver la casa ordenada. En Tercera B, proyectábamos 2 mil 500 personas en el estadio y 6 mil si llegábamos a la final. Nos cuesta asimilar lo que está pasando, el impacto. La gente ve lo que pasa el sábado en el partido, pero la pega de los directores es de todos los días, a toda hora. Hay gente que llega al estadio cuatro horas antes, se va dos horas después y ni siquiera ve tranquilo el partido. Unos van a Impuestos Internos, otros andan viendo juicios, los de Comunicaciones son bombardeados por los medios y siempre responden. Nos gusta funcionar así. Creo que la mitad de este éxito 2018 es por ese trabajo, pero la otra mitad es como una energía que se confabula para que al ‘Conce’ le vaya bien. No sé cómo explicar eso. Un día salimos en la prensa de Santiago porque tenemos más asistencia que los clubes de Primera, después llevamos 8 mil, el domingo que viene 20 mil, estamos en la prensa extranjera. Yo viajé muchas veces para ver al ‘Conce’ y llevábamos 700 personas de visita, que es harto. Este año, en La Florida éramos 4 mil. Eso es tremendo.

-¿Cómo viviste la sequía de puntos que hizo temblar la clasificación a playoffs? Además, con las redes sociales, que muchas veces son implacables.

-Para mí, fueron tres semanas muy complejas. No esperábamos tres derrotas seguidas. Mira, es lindo poner la cara para las felicitaciones, pero lo difícil es dar la cara en esos momentos y siempre mostré mi confianza total de que íbamos a clasificar, creímos siempre en el técnico. Mucha gente culpó a los premios, jugadores que ya estaban arreglados en otros equipos… Muchas suspicacias. A mí también me tocó. Aun así, la gente iba al estadio y acompañó siempre. Estamos aprendiendo, pero no me gustaría que la hinchada lila se transforme en una hinchada exitista o del buen resultado. Lo hemos pasado muy mal, pero ahora nos estamos acostumbrando a ganar y eso es peligroso. ¿Qué pasaría si nos va bien dos años seguidos y el tercer año ya no tanto? Todos queremos ganar, pero ojo que no vamos a ganar siempre.

-¿Qué habría pasado si no ganaban a Ferroviarios? ¿Tuviste temor al desencanto del hincha o que se desinflara el proyecto?

-Creo que si Benavente fallaba ese penal y quedábamos fuera, seguro iba a haber enojo, molestia. Pero para nosotros, como directores, habría quedado la misma sensación de que hicimos un buen trabajo durante 37 fechas e, incluso, desde mucho antes. Pero sí, se nos complicaba la preparación para el próximo año, la proyección económica que tenemos para el 2019 con los sponsors… Era un tema. Sí, se habría complicado, pero creo que habríamos levantado el club. No sería la primera vez.

-¿Qué tan importante es entender que el equipo rival o archirrival no es el verdadero enemigo?

-Se ha dado una muy buena relación con otros clubes y, al principio, muchos no entendían ese concepto. Conversamos siempre con Cristián Ferrada en Naval, con Jairo Castro en Lota, nos hicimos amigos de Ferroviarios… Es la forma. Se necesita que tus hinchas respeten al rival y que el rival también se preocupe de ti. Que sea una fiesta y no estés preocupado de que te van a tirar piedras por el color de tu camiseta. Necesitamos devolver la gente al estadio. No sirve pelear porque tú llevas mil 200 personas y yo llevo 2 mil. Esa es una discusión ridícula. Naval, Lota y Vial no son tus rivales, deben ser tu socio estratégico. Armar con ellos torneos de verano, que si uno está en la división de más abajo o más arriba puedas mandarle jugadores, tener movilidad de jugadores para cuidarlos. Debemos unir fuerzas para temas de estadio, para decirle en bloque a alguna autoridad que no estamos conformes con algo. No podemos rompernos las palomas de la calle entre nosotros. Eso nos cuesta plata y a ninguno nos sobra la plata.

-¿Qué sentiste cuando el clásico con Vial, en el básquetbol, se tuvo que suspender por esa rivalidad malentendida? ¿Se puede juntar al ‘Conce’ y el Vial de manera civilizada?

-Lo que pasó con Vial en el básquetbol, reafirma nuestra posición del año pasado de no jugar ese clásico que se estaba armando en Collao. Hoy no están las condiciones para jugar el clásico, pero tenemos que prepararnos. Lamentablemente, dirigentes antiguos y otras personas han hecho daño a esta paz. Yo no puedo sentarme a organizar algo en la misma mesa con alguien que mete a la cancha un dron con un fantasma para reírse de Deportes Concepción o que meten un Barney a la cancha y después quieren sentarse a conversar en serio. Hay que dar muestras reales de que queremos que esto funcione porque un día tendremos que jugar juntos.

Víctor Tornería | Foto por Raphael Sierra P.

-Te gusta ese modelo de comunidad en el fútbol, que la gente participe y que el club esté conectado a la ciudad. ¿Cómo lograr eso en el mundo de hoy?

-Cuando éramos hinchas alegábamos los precios de las entradas y los dirigentes no te escuchaban nunca. Ahora estoy del otro lado y la queja es parecida, pero tratamos de escuchar. Por eso dijimos que hay que premiar a la tercera edad y que entren gratis, en una decisión que fue emocional y no económica. Es curioso, pero igual generó otra cosa, porque ahora somos el club con más socios de tercera edad. En el último partido, tuvimos 3.500 personas solo entre niños y tercera edad. Eso me llena de orgullo. Hay 10 familias que encontraron su mascota adoptando en el estadio y hoy ese perrito tal vez se llama León o Lila. Ese niño se encariña con el club para siempre. Hicimos el torneo de inmigrantes, promovimos la bicicleta… Ahora invitamos otra vez a las donaciones, con juguetes para Navidad, y eso significa que hoy el niño en la casa le pregunta al papá ‘¿qué vamos a llevar de regalo?’ y así juntamos a la familia, el chico va con el abuelo. Eso nos hace distintos. Deportes Concepción es una experiencia, con música, con mucho más que solo fútbol. Con una cosa de familia. Tenemos muchas ideas y en eso hemos contado con el permiso de Gobernación, ayuda de Carabineros. Todos sumamos y ojalá otros hagan lo mismo. Que no nos dé miedo copiar esas cosas, porque nosotros también miramos mucho de otros modelos.

-Se dio un primer paso, pero todavía quedan tres divisiones más para volver a Primera. Demasiado castigo. ¿Te da rabia ver a los culpables de esa caída caminando por la calle como si nada?

-Sé que la gente tiene mucha rabia por eso, pero tal vez no conocen bien los tiempos de la justicia. Un juicio dura normalmente tres o cuatro años. Eso siempre es así. Podemos estar en Primera y quizás todavía no se castigue a toda esa gente. Igual creo que esta rabia ha sido bien canalizada y transformada en cosas positivas. Yo entiendo ese enojo y sueño con ver un día al presidente de Concepción entrando por la puerta de la Anfp, como corresponde. El equipo jurídico se ha sacado la cresta y confío en ellos, pero me interesa que un día entremos todos por esa puerta. Así va a ser.

CSD Concepción | Facebook

-¿Te asusta que un día el club quede nuevamente en malas manos y todo esto se pierda?

-Mira, acá queremos empezar ya el 2019 a trabajar la sociedad anónima y no esperar cuando subamos a Segunda. Porque sería hacerlo apurado y mal. Ya nos estamos acercando al empresario local mostrando este proyecto que somos hoy y que no ofrece solo fútbol, ofrece una tienda, sala de eventos, canchas. En la final te llegan cien empresarios diciendo que invertirían en el Conce, pero tenemos que aterrizar y evaluar todo con el Club Social siempre quedando como máximo accionista. Claro que me da miedo quién llegue. Me asusta el éxito deportivo y en qué manos pueda quedar el club. Hay que prepararnos para eso. Si yo fuera inversionista estaría vigilando a Concepción, estaría a la espera de su cuenta pública y ver sus números reales, estaría mirando qué tiene en el Fútbol Joven. El que llegue vendrá por un retorno económico y eso debemos tenerlo claro.

-¿Se sienten el equipo rebelde del fútbol chileno? ¿El que desafió al modelo y ganó?

-El club ha llamado la atención por muchas cosas. Nos han llamado hasta de Argentina. El año pasado llegó alguien en representación de un gran empresario de Santiago y visitó Nonguén, pero hoy la realidad es que estamos viviendo de lo que genera el club y muchos aportes de hinchas que hacen todo de forma anónima. Pero ojo, hay gente que interpreta mal o lee mal esto: Concepción es efectivamente el equipo de sus hinchas, pero no significa que vamos a llegar a Primera administrado siempre por hinchas. Vamos a necesitar luego un gerente, contratar un contador y no alguien que nos ayude en su tiempo libre, tienen que llegar inversionistas y marcas nuevas. No es bueno que nos miren como los anarquistas del fútbol, porque no lo somos. Eso asusta un poco. Algunos me miran como el presidente barrista y otros como el magister en administración de empresas, pero acá necesitamos generar confianza y así van a invertir en nosotros.

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