El entrenador lila analizó su primer año como DT en una temporada histórica. Una campaña que fue mucho más allá de terminar levantando una copa.
Tan cabizbajo como todos los hinchas lilas, Esteban González fue uno de los últimos que salió del Ester Roa la noche del sábado. Recibió el abrazo de cada hincha con el que se topó y unas palabras de agradecimiento.
Lideró un plantel que le devolvió la alegría a la gente, manteniendo el sueño intacto de ser campeón y subiendo de categoría a un club que hace poco estuvo en el suelo. Obvio, terminó triste como casi todo el Ester Roa el sábado, pero sabe que sería injusto cerrar la campaña con amargura. Deportes Concepción cerró un año inolvidable donde el objetivo iba mucho más allá de levantar un título.
“Hay muchas emociones y lo más positivo es que ascendimos. Juegas la final y claro, cuando estás en esa instancia el foco se cambia un poco, pero no pudimos. Hicimos ver fácil la división jugando 38 fechas. Les dije a los jugadores que estoy muy orgulloso de ellos. Con la camiseta no se asciende y este grupo lo logró”, señaló el “Chino” en el Ester Roa, cuando la luz del estadio, al igual que la ilusión morada, poco a poco se apagaban.
Esteban González era jugador de O’Higgins para la desafiliación lila en 2016. “En ese minuto dije ‘debo ayudar al club’. Hicimos un montón de campañas y me vine a entrenar con los muchachos. Así aporté y ahora a ellos mismos los dirijo”.
-Pasó muy rápido de jugador a entrenador, ¿cómo vivió aquel proceso?
-No es que me haya sacado el short de jugador, me puse el buzo y automáticamente cambió todo. Con el tiempo uno se va formando y desde hace tiempo venía viviendo lo que sería dirigir. Cuando jugaba ya sentía que podía hacer ciertas cosas, pensando ‘yo haría esto en este caso’, por ejemplo. Aquí fue mucho más fácil, porque conocía a los jugadores, trajimos refuerzos y ellos respondieron. Me siento muy orgulloso de todo el plantel porque el mérito es de ellos. Creyeron en nuestro trabajo y ellos son quienes toman las decisiones. Uno puede decir mucho, pero si los jugadores no te creen, el entrenador sirve muy poco. La convicción y el trabajo fue lo principal.
– ¿Esperaban algo así a inicio de año? El fenómeno lila terminó con más de 20 mil hinchas en el estadio …
-Ahora es fácil decir que sí, pero cuando planificamos, era un sueño vivir todo esto. Las palabras se las lleva el viento, pero desde inicio de año soñamos esto y se concretó. Los jugadores plasmaron todo en la cancha, ascendieron y llegaron a esta fase. Los hinchas estuvieron presentes en todos lados durante todo el año. Me saco el sombrero ante ellos. Este proyecto es de los hinchas, ya que fueron ellos los que se tomaron la sede, formaron una directiva y después organizaron un hexagonal para ver a su equipo.
-Al margen de la campaña, ¿qué es lo que más valora de este año?
-Que el club se levantó. Si te das cuenta, somos todos uno. Se armó un grupo de mucha identidad en el que los hinchas son los dirigentes. Si no fuese por ellos, el objetivo no habría sido cumplido, quizás. Es una enseñanza que nos deja para que el próximo año sea igual.
-Con el exitismo propio de la campaña, ¿siente que se olvidó la realidad que vivía el club?
Por supuesto. La realidad es que hace un año todavía estábamos desafiliados, pero también hace dos semanas ascendimos y ahora peleamos por un título. Independiente de la división que estemos, fue un título. Hay equipos que llevan diez años en esta división, que es súper compleja, y nosotros salimos a la primera. Descontamos un año para volver a Primera División.
-Usted tiene largo recorrido por Primera División, ¿qué tan duro es el fútbol amateur?
-Es diferente por los recursos, las condiciones para viajar y la misma calidad de juego. Pero sigue siendo fútbol. Tratamos de profesionalizar la división y estoy seguro que lo logramos. Nos vamos tranquilos y con el objetivo cumplido.
-Por cómo se pusieron de pie, ¿son un ejemplo para los otros clubes?
-Puede ser, pero nosotros solo nos preocupamos de hacer bien lo nuestro. Institucionalmente había que levantar mucho y lo bueno es que deportivamente los resultados nos acompañaron.
-¿ Justo campeón Pilmahue?
-Jugaron bien y nos marcaron la diferencia con otro balón detenido. Hubo un gol anulado a nosotros que marcó un antes y un después negativo. Nos echaron a un jugador y con diez se nos hizo muy grande la cancha. Duele mucho, pero nos queda una espinita clavada y algún día lograremos ser campeones.
-¿Cómo proyecta el próximo año?
-Seguiré y tengo la confianza de los dirigentes. Trabajaremos y nos queremos reforzar, aplicando nuevas cosas y con mayor exigencia. Ya estamos pensando en ascender el próximo año, analizando Tercera A y a los rivales que tendremos que enfrentar. El próximo año será tan duro o más difícil que este.