En toda épica, siempre están aquellos que se transforman en fundamentales, esos que logran sacar “algo más” en los momentos complicados y consiguen jinetas. Deportes Concepción no fue la excepción a esa máxima, porque si bien la gran campaña de este año, que terminó en ascenso, fue un logro de todo el plantel, hubo un puñado que fueron los punta de lanza.
Al comenzar la temporada, el arquero Ricardo Cárcamo no estaba en los cálculos de nadie. Titular indiscutido era Ángelo Giolito, hombre identificado con el club y que tras su desafiliación prefirió quedarse, ganándose como premio la jineta de capitán.
Sin embargo, el devenir del torneo permitió que Cárcamo tuviese su oportunidad y, quizás, consciente que no serían muchas más, él la aprovechó de sobremanera, al punto de convertirse en dueño del pórtico durante el segundo semestre, resultando clave en varios compromisos del León.
Otro de los puntos altos en la temporada de Deportes Concepción fue el zaguero, Cristián Quintana. Cada vez que se necesitaba ordenar la última línea, el angolino no escatimaba en ir primero, colocando la fricción cuando la ocasión lo ameritaba y no restándose nunca de la refriega ante los rivales.
Se puede decir que, si Rodrigo Acum colocaba la salida limpia en la defensa, Quintana era el encargado de proporcionar la garra y la pierna fuerte tan necesaria en la Tercera División del fútbol chileno, y esa guapeza para no achicarse ante nadie. Los delanteros rivales lo sufrieron siempre.
El jugador que cualquier entrenador quiere en su club, ese que le gusta el perfil más bien bajo, pero que gustaba de hablar en la cancha donde parecía transformarse. En su labor como volante de contención Benjamín Cruces era el mejor amigo de la defensa morada, al punto que más de alguna vez se vistió de zaguero cuando alguno de los titulares faltaba.
Aparte de lo que entregó en la cancha, Cruces se ganó el cariño de la hinchada, porque fue otro de los que vivió la desafiliación por dentro, entrenando y sacrificándose por el club de sus amores.
Si de canteranos se trata, no cabe duda que Matt Lagos es un fiel ejemplo de compromiso, cariño por el club y rendimiento en la cancha. El zurdo fue uno de los inamovibles en el mediocampo penquista, donde aportó con experiencia luego de haber mostrado sus dotes en otras instituciones de la zona, como Lota Schwager y Naval de Talcahuano.
Su capacidad de desdoble en medioterreno, ayudando en la marca y proyectándose de buena forma en el trabajo ofensivo, le valieron el rótulo de figura, lo que espera repetir en la nueva división.
Pese a su juventud, Ignacio Hermosilla era uno de los más experimentados en este Deportes Concepción 2018. Con buena formación en las inferiores de Huachipato, sumado a sus pasos por Naval, A. Fernández Vial y Hualqui dieron la templanza necesaria para ser figura en el ascenso lila.
Su presencia siempre marcó diferencias en ofensiva. Partió la temporada como goleador del “León de Collao” anotando en cada uno de los cuatro primeros duelos, producción que mantuvo con el correr de los partidos hasta llegar a los 14 tantos. El chorero vivió una temporada para enmarcar, de esas que no se olvidan.
Haber marcado el último tanto que le dio el ascenso a Deportes Concepción en su encuentro ante Ferroviarios, fue todo un simbolismo para lo hecho por Daniel Benavente este año en el conjunto penquista. El ariete no solo fue el máximo artillero de la campaña morada, sino el encargado de los goles importantes, cuando la pelota no quería entrar o cuando el rival se cerraba en retaguardia.
Los 19 goles de Benavente en la campaña hablan por sí solos de un delantero “terrible”, que no perdonaba en el área y que bien merece el rótulo de figura.