Aunque no se trate del partido más exigente y del escenario más importante, Arturo Vidal tenía la opción de sumar actividad y de mostrarse ante Ernesto Valverde. Frente a la Cultural Leonesa, de la Segunda B española, en el juego de ida de dieciseisavos de final de la Copa del Rey, el seleccionado nacional tuvo su tercer partido como titular en el Barcelona y lo jugó completo. Su elenco, que no hizo una gran presentación, se impuso por 0-1.

Dentro de una alineación plagada de suplentes, Vidal arrancó como interior derecho, formando el trío de volantes con Sergi Samper y Denis Suárez, quien fue el capitán. Eso sí, Samper (el volante central) salió lesionado, siendo reemplazado por Carles Aleñà. Eso significó que Vidal pasara a ser el 5 del Barça, el Busquets de esta formación alternativa. Esto se contradice con lo dicho por Valverde en la previa al duelo, porque declaró que veía al Rey más cerca del área contraria, como lo hace en la Selección. Con su nueva labor, el ex Juventus se metía entre los centrales para salir jugando o cuando los zagueros se adelantaban. Tuvo una labor más defensiva en ese aspecto.

Vidal tuvo un rendimiento aceptable. Se notó la diferencia entre un jugador de su experiencia con otros más jóvenes o de menor actividad durante la campaña, como el caso del brasileño Malcom, de pobre partido. Por fin completó 90 minutos oficiales con el uniforme azulgrana. Anteriormente, el encuentro en el cual tuvo más actividad en cancha fue ante el Girona, por La Liga, con 58 minutos.

En los 90′, el francés Clement Lenglet anotó el único tanto para el Barcelona.