Un gran avance en términos de seguridad vial se confirmó durante los últimos días, luego de la publicación en el Diario Oficial de la normativa que hará obligatorios el antibloqueo de frenos (ABS) y el programa electrónico de estabilidad (ESP), para los vehículos livianos que se comercialicen en Chile.
La medida que viene a modificar el decreto número 26 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones que entrará en vigencia a partir del año 2020 en el caso del ABS, y 2021 en el caso del ESP.
Desde ese momento, ambos elementos serán un requisito indispensable para las marcas que quieran homologar un auto a la normativa vigente en el país.
Dentro de la justificación de la medida, el documento detalla que “uno de los pilares del plan mundial para el decenio de acción de la seguridad vial de las Naciones Unidas es tener vehículos más seguros”, sosteniendo también que “la seguridad vial es uno de los ejes programáticos de la Subsecretaría de Transportes”.
El ABS y ESP son tecnologías que en el resto del mundo tienen décadas de su creación, y años desde que son obligatorios en mercados como el norteamericano o el europeo. El ABS (anti-lock braking system) es un elemento de seguridad que funciona a través de sensores de velocidad en las ruedas, que impiden que una o más de ellas se bloqueen al pisar el pedal, interviniendo en milisegundos para reducir la presión de las pinzas. Aquello permite que el conductor sea capaz de frenar y maniobrar al mismo tiempo, esquivando cualquier elemento.
El ESP (electronic stability program) en un sistema que automáticamente frena de forma selectiva una de las cuatro ruedas del vehículo en situaciones de riesgo, sobre todo cuando está relacionado con temas de adherencia.
La información de un computador procesa las señales enviadas por sensores, que pueden chequear hasta 25 veces por segundo que la dirección que desea el conductor a través del volante sea la real en la que se mueve el vehículo. Si estas no coinciden, el ESP actúa. Se estima que, si todos los vehículos contaran con él, podrían reducirse los accidentes hasta en un 80%.