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Alonso González se eleva y apunta con fuerza

Es una de las figuras del Almondale Lomas, destaca también en Deportes Concepción y entrenó con la selección nacional. Los sueños de un muchacho que crece y crece.

Por: Paulo Inostroza 15 de Octubre 2018
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Camina por los pasillos del colegio y todos lo saludan. “Te van a hacer famoso”, le comentan a la pasada, los profesores le tienen cariño. Alonso González cursa Tercero Medio en el Almondale, pelea por el promedio seis a final de semestre y por las tardes se luce jugando hándbol, su gran pasión. Ahí, este jovencito delgado y de sonrisa amable se transforma. Ahí salta, apunta y descarga el brazo sin piedad. Y desde esa esquina de la cancha, arrancan sus sueños.

“Lo del hándbol fue medio por descarte. Acá teníamos actividades en la tarde, fuera de clases, y cuando fui a inscribirme no estaba fútbol ni ninguna de las que me gustaban, así que me metí en este deporte, sin saber nada, aunque los profesores me decían que tenía buen brazo y algunas condiciones. De a poco, le fui tomando el gusto, entrenando y mejorando. Antes jugaba fútbol en el Sporting Club, en las canchas del Kingston, y me gustaba harto, pero me cambié. Sentí que esto era lo mío”, señala, recordando cuando tenía casi 9 años.

Alonso repasa que “mi primer profesor fue Pablo Vallejos,  me enseñó cuando recién empecé en esto y vio que tenía cosas buenas que podía trabajar. Después se fue al Almondale de San Pedro y ahora estoy con Cristian Riquelme, que también es mi preparador físico en el club donde juego, así que me conoce bien y me apoya muchísimo. Entiende perfectamente mis tiempos o cuando no puedo estar en un lado, porque estoy en el otro”.

De sus inicios y avances, destaca que “se me hizo fácil el hándbol desde siempre. Los profesores decían que era como si conociera este deporte desde antes. Me sentí cómodo en esto, por eso me gusta. Juego de extremo izquierdo y mi mejor característica es correr. Soy un jugador que corre mucho y también tengo buen brazo. Entreno harto con pesas para mejorar la fuerza y también practico mucho el tema del salto que es algo que siempre debes ir mejorando”.

Y no solo destaca en su colegio, a nivel Adicpa. “Juego también por Deportes Concepción, que es una rama nueva del club y nos ha ido bastante bien. El año pasado salimos terceros en un campeonato que se jugó en Argentina, terceros a nivel nacional y este 2018 volvimos a Argentina y logramos el subcampeonato. En el colegio es más difícil porque los compañeros tienen más interés por otros deportes, entonces nos cuesta más armar el equipo y a veces andamos con los jugadores medios justos. Igual siempre sacamos la cara”, advirtió.

Futuro a la vista

El crack de Almondale se proyecta y cuenta que “estuve entrenando en la selección nacional, pero por cuestiones de altura, principalmente, me dijeron que me tenía que salir. Este año no creo que vuelva, pero pienso que el 2019 sí puede ser. Es un sueño representar al país en un Sudamericano o quizás en un Mundial. Eso sería lo máximo”.

Y el hombre tiene hinchada propia. “En mi familia nadie juega hándbol, fui el primero, pero mi papá le tomó mucho el gusto a este deporte. Ahora conoce todas las reglas, entiende bien esta disciplina, me acompaña y me apoya harto en esto. Lo que más me gusta de este deporte es que te enseña lo que es trabajar en equipo, la comunicación. Acá todos dependemos del otro y, si uno se equivoca, eres responsable por todos”, sentenció.

Sobre el lugar donde estudia, señaló que “el colegio apoya harto el deporte. Más que todo el fútbol y el vóleibol, que siempre son los más populares, pero nos dejan hacer venta de cosas y beneficios para reunir plata. El hándbol se está ganando su espacio y siento que la gente está más abierta a otros deportes que no sean fútbol. Antes nunca se hablaba de hándbol en los medios y ahora sale un poco más seguido, aunque sabemos que falta. Hoy hay jugadores de este deporte que salen al extranjero, sobre todo a Alemania y eso también ayuda a potenciarnos”.

No critica a quienes prefieren la Tablet, el celular y estar pegados con la tecnología, sin mover un músculo. Alonso solo confiesa que “el deporte es muy importante para mí. No sé qué haría sin el hándbol. Creo que estaría todo el día en mi cama, llevando una vida poco saludable, pegado al computador. Si me llaman para jugar de un día para otro, voy feliz. Entreno todos los días, cuatro veces a la semana por lo menos. Estoy en Tercero, hay hartos trabajos y siempre trato de hacerme un tiempo, porque me apasiona”.

¿Y qué carrera le gustaría seguir cuando termine Cuarto? Alonso mira la pelota en su mano, ríe y apunta que “ni siquiera he pensado qué me gustaría hacer cuando termine Cuarto, lo único que tengo claro es que me gustaría estudiar en la UdeC porque se juega mucho hándbol y siempre tienen equipos fuertes. Ahora, si me preguntas por un sueño, me gustaría jugar en Europa. Me han hablado de las becas deportivas y tengo que trabajar para eso”.

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