Lesiones en el deporte: ¿Influyen la edad y disciplina en la recuperación?
27 de Agosto 2018 | Publicado por: Daniel Nuñez Durán
Aunque los propios atletas y especialistas advierten que sí hay algunas diferencias por los movimientos y acciones propias de cada ámbito, la mayoría coincide en que lo fundamental para regresar de buena manera es respetar los protocolos y procedimientos. El tema mental también es clave.
Al momento de practicar un deporte, uno de los riesgos más frecuentes a los que el deportista está expuesto es a las lesiones, dolencias que pueden aparecer por varios factores: golpes, desgaste o simplemente por una mala preparación física.
Una vez que la lesión se manifiesta y el deportista queda fuera de competencia, vienen los procesos de operación -si es que fuesen necesarios- y en cualquier caso la recuperación. Según explican algunos especialistas, la etapa más tediosa que existe detrás de una dolencia, sobre todo si es de gravedad, implica estar un largo tiempo fuera de competencia.
Para volver rápidamente es necesario seguir los tratamientos de recuperación al pie de la letra. De lo contrario, existen los riesgos de retrasar los procesos o dar paso a lesiones crónicas, como ocurre con frecuencia en deportes de alto rendimiento como el fútbol. Allí, es común que los jugadores por no perderse un partido aceleran en demasía las fases de tratamiento y terminan alargando los procesos de lesiones.
Un ejemplo fue el caso de Arturo Vidal en la Copa del Mundo de Brasil 2014. Previo al torneo, se operó la rodilla y el “Rey” jugó infiltrado, y tras la competición volvió a sentir dolores en la zona, que le privaron de hacer la pretemporada de forma normal con la Juventus de Turín y retrasó su estreno en el Calcio.
Otros factores que tienen gran influencia sobre las lesiones son el aspecto psicológico y las ganas de competir, por situaciones como el temor a perder un puesto dentro del equipo en los deportes colectivos o el riesgo de bajar en el ranking en las disciplinas individuales.
Por otro lado, la edad también es un elemento a considerar al momento de sufrir una lesión. La recuperación puede llegar a tener diferentes resultados o pasos en el tratamiento, si se tienen más o menos años.
Tipos de lesiones
Existe una gran cantidad de lesiones producidas por el deporte, y es difícil determinar con seguridad el número de dolencias. Sin embargo, pueden clasificarse de acuerdo a la parte del cuerpo que afecten.
Por ejemplo, se pueden mencionar las lesiones musculares, en los tendones, las óseas, y las de ligamentos y articulaciones.
El deporte influye
Los especialistas indican que en el efecto lesión–recuperación sí tiene relevancia la disciplina. “El deporte que el atleta practica siempre tiene injerencia en el pronóstico. Si bien en el humano todos los ligamentos son iguales, en cada persona el funcionamiento es distinto. Tisular y neuromotrizmente no tiene el mismo comportamiento el ligamento en un ciclista de ruta que en un jugador de voleibol. Ambos tienen el mismo ligamento, cuya función es ‘ligar’ un hueso con otro, pero su relación con el sistema nervioso es distinta”, comenta Alejandro Picarte Alarcón, kinesiólogo con Maestría en Kinesiología Deportiva y docente de la UDD.
Diferencia en tratamientos
No todas las lesiones son similares y, por lo mismo, cada tratamiento es diferente. Los parámetros de evaluación son distintos y de acuerdo a cada diagnóstico se determina el procedimiento a seguir.
“Lesiones óseas, musculares, de ligamentos o tendón de Aquiles, por ejemplo, son muy distintas y no pueden ser tratadas de la misma manera. Cada tejido tiene su propio tiempo de regeneración, funcionan mecánicamente de distinta forma e interactúan de manera diferente con nuestro sistema nervioso. Sea cual sea la lesión, siempre es importante realizar una rehabilitación personalizada, de acuerdo a la función y deporte del paciente”, explica Picarte.
Desde el punto de vista deportivo, Mauricio Cisternas, pivot de Basket UdeC ha tenido varias lesiones a lo largo de su carrera. Cuenta que han sido muchas dolencias menores y otras de gravedad, en donde el proceso de recuperación ha sido diferente. “La lesión más complicada que tuve partió como una dolencia simple, que por aguantar un año completo me desencadenó una fisura en la rótula. Estuve un mes parado y la recuperación fue de casi dos meses”, indicó, agregando en base a su experiencia que los tratamientos son muy dispares en cuanto a tiempo, medicamentos y plazos.
Para desarrollar una rehabilitación eficaz en deportes de alto rendimiento, existen algunos aspectos que se consideran vitales para favorecer el proceso. Trabajo interdisciplinario, buen tratamiento médico, apoyo social y trabajo psicológico son los aspectos que los especialistas destacan para el procedimiento de forma correcta.
Edad y factor psicológico
La severidad de las lesiones aumenta considerablemente de acuerdo a la edad, independiente de la preparación física que exista de por medio.
“Uno espera que una lesión en un deportista mayor edad (sobre 30 o 35 años) sea más lenta en su proceso reparativo, mientras que lo opuesto debería ocurrir en uno de menor edad. Sin embargo, para que ocurra lo anterior, deben entrar en juego múltiples factores que contextualizan el cuadro clínico, como el tipo de lesión, el tejido lesionado, los antecedentes previos de lesiones equivalentes y las condiciones físicas y psicológicas basales del deportista”, señala Claudio Carvajal Parodi, académico de Kinesiología y director de diplomados de Intervención Kinésica Musculoesquelética de la USS.
Víctor Pérez, jefe de carrera Kinesiología Ucsc, comenta que “la edad siempre hay que considerarla, pero no es un factor determinante por sí solo. Influyen también la alimentación, el peso, el entrenamiento, la sobrecarga de trabajo, entre otros, destacando en algunos casos las lesiones previas y la historia clínica del deportista. En el caso de un atleta profesional es fundamental el equipo médico y kinésico, y las decisiones que se tomen sobre el retorno a la actividad. Evidentemente, si hablamos de un deportista profesional de 35 años, es probable que tarde un poco más de tiempo en recuperar su nivel básicamente para asegurar una rehabilitación que le permita volver de forma segura”.
El factor psicológico es otro aspecto que incide en el tratamiento y la recuperación. En muchos casos, sobre todo de gravedad, los deportistas se desmoronan mentalmente, lo que radica de forma automática en los tiempos de recuperación.
Carlos Lampe, arquero de Huachipato y de la selección boliviana, asegura que en casos menores y de gravedad el factor mental es influyente. “Cuando te lesionas, independiente el tipo de gravedad, sientes un bajón. Si eres titular en un equipo te significa dejar el puesto y si como equipo están peleando un campeonato claro que afecta en lo psicológico. Si es una lesión grave al principio todos están contigo, pero postoperación viene lo complejo. Solo estás con tu familia y el bajón anímico se siente”.
En la actualidad, en los planteles de deportes colectivos e individuales existen psicólogos que ayudan a los atletas en los procesos de rehabilitación. “La recuperación física va de la mano con un trabajo psicológico. Creo que es un acierto que en el caso del fútbol y otros deportes, los clubes cuenten con psicólogos”, indica Lampe.
Duda en las infiltraciones
El riesgo de infiltrarse para mitigar los dolores y tener una recuperación momentánea para competir es alto. En los deportistas alivia los síntomas pero no cura el daño.
Las infiltraciones consisten en introducir un medicamento por medio de una jeringa, en general un corticoide, en una zona del cuerpo que sufre un proceso inflamatorio.
“Las veces que me infiltré para jugar fue complicado. El dolor se pasa de forma momentánea, pero una vez que pasan los efectos del medicamento el malestar vuelve. Tiene un riesgo alto para el deportista”, comenta Mauricio Cisternas.
El procedimiento para el paciente puede traer varias consecuencias. Por ejemplo, existe el riesgo de infección. Es por esto que el médico debe emplear medidas de antisepsia en el momento de realizar la infiltración: utilizar guantes, agujas estériles y limpiar la piel donde se va a infiltrar el paciente con un antiséptico.
Asimismo, si se infiltran esteroides dentro de un tendón, éste puede debilitarse mucho y romperse después con un esfuerzo súbito, especialmente tendones que resisten mucha tensión como el rotuliano o el tendón de Aquiles. Por ello, el traumatólogo no debe infiltrar directamente un tendón, sino los tejidos vecinos, como la bursa o la articulación, para prevenir este tipo de complicaciones postlesión y en el futuro.
Respetar tiempos de recuperación
El respetar los tiempos de recuperación cuando hay una lesión es muy importante. Impacientarse suele ser el peor remedio. Volver a entrenar con dolor puede traducirse en recrudecer las dolencias y postergar el periodo de recuperación. Un ejemplo fue lo comentado anteriormente con Arturo Vidal, que en 2014 arriesgó su físico para jugar el Mundial.
“Sea cual sea la magnitud de la lesión, es importante realizar una rehabilitación personalizada, de acuerdo a la función y deporte del paciente, respetando todos los plazos. Alterar en lo más mínimo un tratamiento puede radicar en agravar una dolencia”, explica Alejandro Picarte.
Daniel Jamett, jugador de Troncos, comenta que en muchas ocasiones cuesta respetar los procesos. “Por jugar apuramos los tiempos de recuperación, o muchas veces por motivos de trabajo o tiempo, ni siquiera realizamos bien los tratamientos, situación que siempre trae más de alguna innecesaria complicación”.
Amateur v/s profesionalismo
Lesionarse jugando por un club profesional no es lo mismo que resentirse disputando una competición de condición amateur. Lo mismo sucede en los deportes individuales.
En el caso profesional, los deportistas son tratados por médicos especializados o tratados de forma particular y el equipo que representan corre con todos los gastos. Carlos Lampe explica que “hoy los clubes cuentan con todos los recursos necesarios para los tratamientos. Si hay algo que no se puede tratar con los médicos del club, se hace en clínicas de forma particular y la dirigencia lo costea”.
Una situación totalmente distinta se vive en los deportes amateur. “Cuando ocurre una lesión, nosotros corremos con los gastos. Si bien el club, en mi caso, cuenta con un kinesiólogo, la recuperación de las lesiones más graves corre por nuestra cuenta. Tenemos que hacer un gasto adicional, pero a quien le apasiona el deporte, lo hace igual”, asegura Daniel Jamett.
Lesiones más complejas
Al momento de mencionar las dolencias que implican un mayor proceso de recuperación, Víctor Pérez señala que “diría que aquellas articulares que además involucran un componente óseo. Un ejemplo son las luxofracturas de tobillo, que generalmente requieren una reparación quirúrgica y tiempos de espera prolongados, con seguimiento médico y kinésico importante en la rehabilitación, hasta la vuelta a la funcionalidad normal o lo más parecido a ello de las estructuras involucradas. En ocasiones el daño es tan severo que persisten secuelas funcionales importantes obligando al retiro del deportista”.
Claudio Carvajal indica que “una ruptura de los ligamentos laterales del tobillo puede requerir entre 4 y 8 semanas, mientras que para la cirugía por ruptura del ligamento cruzado anterior de la rodilla podemos requerir desde 4 meses (protocolos acelerados) y a 9 meses (recomendación más valorada por la evidencia científica) para obtener un retorno seguro, a nivel competitivo y con mínimo riesgo de volver a lesionarse en la práctica deportiva”.
Además, agrega que “en estos términos, las fracturas complejas de tobillo, luxaciones traumáticas complejas de hombro, las lesiones multiligamentarias de rodilla y las rupturas de tendones rotuliano o aquiliano son lesiones que pueden requerir cirugías, tiempo importante para reparar y rehabilitaciones a veces dificultosas o no exentas de complicaciones”.