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Mauricio Jara: La maestría del sampedrino que arma la estrategia en la malla del Duoc

El espigado armador es una de las figuras de su equipo que, en esta temporada, va por desafíos mayores tanto en el campeonato Adesup como también en el Nacional de la institución.

Por: Samuel Esparza 20 de Agosto 2018
Fotografía: Raphael Sierra P.

Era parte de las inferiores de Huachipato donde no despuntaba como lateral derecho, primero en la Sub 13 y luego en la Sub 14 del club acerero cuando, inesperadamente, un deporte diametralmente distinto tocó la puerta de su inquieta juventud. De partida, no se jugaba con el pie, sino con la mano, y el verde pasto ya no era parte del ambiente, que ahora se cambiaba por el parquet o la madera pintada.

Claro, a esa altura, cuando recién cursaba tercero medio y un amigo lo invitó a “parchar” en un partido del Instituto San Pedro, Mauricio Jara no se imaginaba que el vóleibol cambiaría su vida y le daría las mayores alegrías que pudo imaginar en el deporte. “Un amigo necesitaba gente para jugar así es que le fui a ayudar y mostré condiciones de inmediato, a esa edad ya medía 1,78 metros (hoy se eleva por el metro y 90 centímetros) así es que el profesor me invitó a seguir. Reconozco que ese juego de conjunto tan típico del vóleibol me sedujo, eso de que todos trabajen por un mismo fin; no me di cuenta cuando ya era parte de la selección del colegio y había cambiado definitivamente los ‘chuteadores’ por la zapatillas y rodilleras”, cuenta.

También, casi en un suspiro, al año ya era convocado por primera vez a la selección regional. “Es que se me hizo relativamente fácil aprender en el sentido de la proactividad, de ir a la pelota. El que yo haya hecho fútbol me ayudó mucho, por ejemplo, para llegar a pelotas con los pies, o a tirarme sin temor hacia la pelota. Hay niños que cuando recién parten, tienen ese miedo de tirarse o saltar, cosas que yo ya tenía un poco más desarrollado al haber jugado de defensa en Huachipato. Por eso, los profesores decían que yo podía servir, porque venía con eso incorporado y al año ya me habían llamado de la selección regional; de ahí no paré más”, rememora.

Punto a favor fue que, pese a su estatura, se desarrolló como armador, siendo uno de los más altos entre los universitarios en esta función. “Me faltaban condiciones técnicas, pero más que nada cuando uno juega vóleibol, lo primordial es la altura”, asevera.

En tres frentes

Pasó el tiempo y Mauricio ya estaba en la selección regional, en el equipo del colegio y hasta en el combinado de San Pedro de la Paz, su comuna. Pasos que él repasa con cariño. “Entrenaba de lunes a lunes, los fines de semana tenía campeonatos, pasaba muy poco tiempo en casa y ahí el apoyo de mi familia fue fundamental, ellos siempre supieron que mi vida giraba en torno al deporte”, comenta.

En el cuadro sampedrino estuvo cerca de dos años, “se estaba formando recién, partió como taller en la municipalidad y yo iba para no perder el ritmo, me gustaba tener un entrenamiento constante. Ahora yo sé que se está formando el club”, cuenta.

Su paso por la selección regional, en tanto, tuvo dos etapas que, según el jugador, fueron claves en su desarrollo. “La primera fue en la serie Sub 16 y fue una prueba exigente, porque si uno no rendía, siempre había otro compañero atrás esperando su oportunidad, había mucha competencia, pero muy sana con harto compañerismo. Ahí estuve un año y después pasé a la selección más adulta bajo las órdenes del profesor Julio Orellana, donde alcancé a jugar un semestre porque estaba en el tope de edad. Fue todavía más difícil, había el doble de gente y ya una pelota mala, te significaba salir. El ‘profe’ era muy estricto, pero eso me entregó un nivel distinto, de esas cosas a p r e n d í mucho y mi juego se vio fortalecido”, subraya. El semestre siguiente, antes de salir de cuarto medio, se dio maña para jugar en el equipo sparring de la UdeC junto a un compañero del Instituto San Pedro. Después vendría un nuevo paso, la universidad.

El salto final

El paso siguiente de Mauricio Jara fue entrar a estudiar Ingeniería en Construcción al Duoc UC, desde donde seguiría ligado con mayor intensidad al deporte integrándose a la liga Adesup. “Yo era un jugador formado, así es que inmediatamente me uní al equipo de la universidad donde ya estaba la entrenadora, Natalia Garrido. En principio éramos unos 10, pero sólo un par sabíamos jugar, por lo que junto a la profesora se hizo un gran trabajo para llegar a lo que somos ahora, un equipo bastante más competitivo”, clarifica.

“Antes Duoc siempre terminaba último en la tabla, pero cuando llegué en 2015 salimos terceros de la Copa de Plata, al año siguiente fuimos campeones y en 2017 terminamos segundos detrás de la UBB. Este año estuvimos a punto de clasificar a la Copa de Oro, ganamos 3-2 a la UDD y necesitábamos un 3-1, hubiese sido espectacular, pero igual es meritorio y nos enfrentaremos a Inacap, UDD, Virginio Gómez y USM; por juego me atrevería a decir que vamos por el título”, añade.

Porque si hay algo que Mauricio quiere dejar, es su huella personal. “Cuando recién entré lo único que quería era jugar por mi universidad y en el tiempo que he estado, me incentivó subir el nivel del equipo. Adesup fue un cambio muy grande para alguien que venía de Adicpa, te encuentras con jugadores de muy buen nivel, diría que Adesup ha sido primordial, cuatro años en los que me he enfrentado a todas las universidades y jugadores. Me siento satisfecho con lo que he aportado a mi universidad, aunque creo que todavía puedo hacer más, dejar una marca; siempre me ha gustado dejar marcas, en mi colegio pude hacerlo ganando un par de copas y hoy en día tengo varias metas por delante”, detalla.

Además de la Copa de Plata de Adesup, Mauricio se refiere al Nacional Duoc que disputará a fines de año. “En los juegos universitarios del Duoc participan sus 17 sedes y esta temporada es un objetivo primordial para nosotros. Nunca hemos sacado un primer lugar, hay equipos súper competitivos con jugadores que participan en la Liga A1 y nuestro mejor resultado fue un quinto puesto el año pasado. En esta ocasión se disputa en noviembre, como siempre en Santiago y la meta es superar lo de 2017, para ello contamos con algo muy positivo como es tener el mismo plantel por segundo año consecutivo, lo que permite un fiato mayor que se nota en el juego. Nos conocemos, sabemos a que pelotas llegamos, como armador conozco a mis jugadores y sé qué pelota le acomoda a cada cual. Ojalá resulte todo bien”, expresa.

Aunque esos no serán sus únicos desafíos, porque como acostumbra, Mauricio tiene su talento repartido en más frentes. Otro de ellos es el CD Huachipato, club donde lleva siete meses y con el cual marcha líder de la Liga Sur. “Ahí somos 13 equipos y nos medimos a representativos como Nacimiento, Lebu, Hualqui, Lota, Coronel, San Pedro de la Paz, Los Ángeles y CD Alemán. Se trata de otra prueba bonita, Huachipato nunca ha ganado la liga y hacerlo ahora sería notable como grupo para que quede en la historia. Insisto que no me gusta irme de una parte sin dejar una marca, es algo que he aprendido y poder ganar todo lo que queda en este 2018, sería perfecto”, finaliza.

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