Su madre fue seleccionada nacional, su padre figura en la UdeC . Hoy, sus dos hermanos también brillan en este deporte y ella se luce en el torneo Adicpa con el Colegio Arturo Prat
No podía ser de otra manera. Estaba escrito que lo de ella no sería ni el hockey, ni el vóleibol, menos el básquetbol o el fútbol. Para alguien que casi se crio con el mini balón de cuero en la cuna, el futuro no podía depararle sino seguir la tradición de la casa: el hándbol.
Isidora Cancino Morales (16), reconoce que jamás dudó que quería jugar balonmano, y razones tenía de sobra: su madre, Claudia Morales, fue seleccionada chilena, llegando incluso a representar a Chile en un Sudamericano; su padre, Rafael Cancino, jugó largos años en el equipo de la Universidad de Concepción, mientras que sus hermanos, también brillan en la disciplina. El mayor, Felipe (21), participó de varios procesos nacionales en categorías infantiles y hoy defiende a la UdeC, en tanto que Ignacio (18), también fue seleccionado chileno y, en 2016, llegó a disputar un Sudamericano en Paraguay defendiendo al Colegio Arturo Prat.
Imposible, entonces, que “Isi” escogiera otro deporte, tal como ella misma recuerda. “La motivación siempre estuvo en mi casa, viví el balonmano desde que era chica y tardé poco en empezar a practicarlo. Primero, imitando a mis hermanos, pero después por gusto propio, porque me sentía bien jugando”, dice. Y agrega, “llegó un momento, más menos en la serie infantil, cuando dije que me quería tomar en serio el deporte, y esto se transformó en una verdadera pasión.
Ahí todo cambió para la menuda jugadora, subió su nivel, destacó en cuanto torneo jugó y comenzó a ser considerada en sucesivas preselecciones y procesos nacionales; continuaba así con la saludable tradición familiar.
“Más allá del juego mismo, que lo hallo entretenido, me encanta este deporte porque me genera un círculo de amigos bastante bueno y me mantiene bien físicamente”, recita Isi sobre su vínculo personal con el balonmano, especialidad que sostiene se le hizo fácil aprender. “Obviamente, el entorno familiar fue clave para dar mis primeros pasos en el juego. Pero reconozco que las nociones básicas se me hicieron fácil de aprender, botear el balón, dar pases, fueron cosas que siempre tuve claras. Con el tiempo pulí las técnicas y otras habilidades más entretenidas que me hicieron la jugadora que hoy soy”, expresa.
En ese aspecto, se define como una jugadora fuerte pese a su baja estatura, que defiende bien y posee una salida rápida para ganar el balón y marcar diferencias en ofensiva, a lo que suma una mentalidad ganadora. Características que la hacen sobresalir en la selección del Colegio Arturo Prat de Talcahuano, de la que forma parte hace ya largo tiempo y con quien ha logrado ser constante protagonista del Campeonato Adicpa.
Con la institución y cuando cursaba primero medio, representó a la provincia en la fase regional de los Juegos Deportivos Escolares, algo que atesora de manera especial. “Fue un logro bastante grande, antes había visto ganar a mis hermanos y yo también quería hacerlo. Por eso significó algo bien bonito, además que era mi primer gran éxito con el colegio”, rememora.
Así fue atesorando experiencias con el establecimiento de la Base Naval, hasta el año pasado cuando se despidieron en la fase comunal del circuito. De ahí que el gran objetivo para este 2018 sea, tal como ella misma advierte, dejar huella haciendo algo importante. “Estamos entrenando muy duro porque nuestra meta es poder ir al Nacional que se juega el 4 de agosto, tenemos hartas ganas. Ya estamos en la etapa regional y aunque habrá rivales muy duros como los equipos de Cañete, San Carlos y Nacimiento, tenemos en mente dar la sorpresa, todas estamos preparándonos con harta garra, entrenando fuerte lunes, miércoles y viernes”, asegura.
Para Isi, una tarea que le encantaría cumplir antes de despedirse de una liga que considera fundamental para el desarrollo deportivo de los más jóvenes. “Adicpa es una instancia que me gusta mucho, permite subir el nivel de competición de los colegios y que cada alumno pueda sentirse orgulloso de jugar por su establecimiento. Creo que la echaré de menos cuando salga de enseñanza media”, admite.
Sin duda ha sido bajo el alero de su padre que Isi se ha forjado en el balonmano. Él es su entrenador en el Colegio Arturo Prat y fue también quien la llevó a inscribirse, cuando era pequeña, en el Club Unión Universitaria de Concepción, uno de los más tradicionales de la Región y donde es técnico junto a Alexis Eloisa.
Con el club también suma importantes campeonatos en el cuerpo, entre ellos el Torneo Internacional de Balonmano Provincia de Marga Marga (Timm), certamen que organiza el club Italiano BM de Villa Alemana y que se ha transformado en uno de los mejores a nivel formativo en nuestro país. De hecho, este año los esfuerzos apuntan al evento done llegarán clubes de todo Chile y de Argentina.
Aunque ahí no acaban precisamente las aspiraciones de Isi, que guarda un sueño especial, quizás como para seguir los pasos de su padre. “Me gustaría entrar a estudiar a la Universidad de Concepción y formar parte de su equipo, donde mi papá también es entrenador. Ojalá poder optar a una beca deportiva porque me gusta la UdeC, es una universidad buena, grande y con un espíritu especial”, detalla.
Y de la mano de eso, dice tener todavía una cuenta pendiente con la selección chilena. “A inicios de este año, sufrí una fractura de nariz que me obligó a estar dos meses sin hacer nada y a salir del proceso nacional. Caí en mi nivel, me ha costado recuperarlo, pero estoy lista para retomarlo aunque signifique mucho sacrificio. Yo siempre he estado en procesos de selección, desde que era infantil y fueron parte fundamental en mi crecimiento y formación. Es duro, semanas completas en concentraciones y hartos viajes, pero me gusta y me siento dispuesta a jugármela y trabajar para retomar mi nivel. Ojalá me vuelvan a llamar, quiero jugar torneos por Chile, es algo que tengo pendiente y me gustaría cumplir”, sentencia.