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Así avanza la Ley Guga para ser pronto una realidad

¿En que está concretamente este proyecto y qué falta para hacerlo realidad? La ministra PaulineKantor se mostró optimista, y la familia Ortiz abrió las puertas de su casa para contar detalles de las mesas de trabajo y también de su nueva vida.

Por: Paulo Inostroza 16 de Julio 2018
Fotografía: Isidoro Valeznuela M.

“Tienes linda sonrisa. No me había dado cuenta”, bromea Alicia. Su hijo Gustavo Ortiz Vásquez se quitó al fin los frenillos, después de casi 10 años. “Fui medio porfiado con el tratamiento”, confiesa. Y han pasado muchas cosas desde que era niño. Tal vez, demasiadas. Su madre muestra su primera foto en el diario, más rellenito de cara y sus ojos amenazando con tocar el cielo. Corría el año 2013 y su nombre recién empezaba a sonarle a la gente. Hoy lo conocen todos. Es más, podría haber una ley con su nombre.

Sobre ruedas

Gustavo abre la puerta de su casa, en Huertos Familiares, moviéndose en su silla de ruedas. “Trata de que le ayuden lo menos posible porque necesita ser independiente. Le ayudo en cosas pequeñitas”, cuenta su mamá. Antes del 12 de agosto de 2017, “Guga” era un chico muy inquieto. “Pasaba corriendo siempre de un lado a otro. Apenas alcanzaba a verlo. Bueno, ese día estaba en Canadá y, no sé por qué, me pareció que alguien cruzaba corriendo delante mío. Puede haber sido un presentimiento. Como que algo quería avisarme”.

Y entonces vino la caída en su mountainbike, la vértebra quebrada, daño en la médula espinal y el diagnóstico de que no volvería a caminar. Hasta la Presidenta Michelle Bachelet intervino para trasladarlo de regreso a Chile, en un vuelo que duró 17 horas. Sus amigos se encargaron de que la ciudad, el país y gente del extranjero se unieran para darle una mano. Gustavo, entonces de 21 años, siempre ha sido un tipo muy querido. Pero sus amigos no se quedaron en eso y fueron un poco más allá.

Su papá, Gustavo, cuenta que “después del accidente, como 8 o 9 amigos de ‘Guga’ se reunieron en una casa y empezaron a idear formas de ayudarlo. Ese día salieron hartas cosas. Desde una página en redes sociales, inscribir Guga como marca y esta ley para que no le ocurra lo mismo a otros deportistas. En ese momento era solo una idea, pero por la repercusión que tuvo su caso y el apoyo que tuvimos desde un comienzo del ex intendente Rodrigo Díaz, empezó a tomar fuerza rápidamente”.

Después les tocó cambio de Gobierno, rotación de personal y el guante tuvo que tomarlo otro. “El ministro (Juan Pablo) Spoerer le dio importancia al tema y, rápidamente, en uno de sus primeros viajes a Santiago, le expuso el tema a la ministra (Pauline) Kantor. Así se reunieron este mes (5 de julio) para una primera mesa de trabajo y firmar un compromiso para trabajar en la Ley Guga. Es un orgullo para mí, ver a mi hijo sentado con las autoridades, tan maduro, tan entero. Intentando concretar algo para ese vacío del que nunca nadie se había preocupado”, señaló.

El día a día

“Voy a la Teletón a rehabilitarme todas las mañanas, después saco a pasear a mi perro (se llama Grip, como la parte del manubrio) y veo qué me sale en la tarde. Son como 45 minutos trabajando de la lesión hacia abajo y brazos, control de tronco, relajar las piernas. Parece poco, pero es bien intenso. Por la alta demanda que tiene la Teletón, no puede ser más tiempo, pero siento que es muy bien aprovechado. Trabajo con el equipo del doctor Aldana, que es mi fisiatra. Mi kinesiólogo es Fernando Donoso y también hay un urólogo, enfermeras… Un grupo grande”, cuenta el “Guga”.

Al momento del accidente, estudiaba Técnico en Administración, en el Virginio Gómez, y quiere volver luego. Gustavo asegura que “siempre me dicen que el avance ha sido bueno, rápido. Pero mejoras de movimiento y esas cosas no ha habido mucho, porque es una lesión complicada y lo tengo súper claro. Dentro de lo que se puede recuperar, como control de tronco, fuerza y hacer un día arriba de la silla solo, eso los tiene a todos felices. Yo me veo bien. Al menos, ya no dependo tanto de alguien para vivir y eso para mí es importante, el autovalerse”.

“Guga” recuerda cuando viajaba y jamás pensó que algo grave podía ocurrir. “Cuando iba a competir afuera del país tenía mi seguro personal, que es el seguro de viaje… Y sería. Eso te cubre si te tuerces un dedo, pero nada muy importante. En ese momento, hablar de una paraplejia parecía algo muy rebuscado. Nunca pensé que iba desprotegido, más allá de que mi deporte tenga riesgos. A lo más, tú esperas algo en la clavícula, algo simple en un hueso. Ojalá la ley sirva para ir más preparado. Los jóvenes nunca pensamos en eso”.

Y, claro, pareciera que arriba de la mountainbike la amenaza es mayor, pero Gustavo advierte que “en deportes menos extremos, corres el riesgo de sufrir un accidente mientras te trasladas de un lugar a otro más que practicándolo y eso también es un tema. Esas son cosas que uno sugiere en las mesas de trabajo. Igual uno entiende que las cosas deben quedar claras para que no haya confusiones. Especificar si los nuevos seguros van a cubrir entrenamiento, la competencia misma o incluirán también los traslados en esos días de competición”.

De la voz a la ley

“Guga” siempre ha sido de la gente. Muy cercano a los amigos, a los compañeros riders, a los chicos que recién se inician. Ahora, le tocó conocer otro mundo. “Es nuevo esto de participar en mesas de trabajo con gente política. A mí me dijeron que diera mi opinión desde el punto de vista deportivo, de mi experiencia, sabiendo que ellos son más expertos en la forma. Bueno, ahí es donde yo no sé mucho de cómo se escribe una ley, de artículos. La ministra es bien técnica y yo voy a lo simple, a lo concreto, para que ellos armen una ley mejor. Es bueno que esté construida en base a situaciones reales. La primera mesa de trabajo fue más bien una presentación y dar una idea a grandes rasgos y de a poco van saliendo esas cosas más puntuales”.

La ministra del Deporte estuvo en nuestra zona la semana pasada. Habló de varios temas, pero sin duda que la Ley Guga era su causa principal. Gustavo padre comentó que “ella nos ha dejado una grata impresión, desde la primera conversación nos pareció que estaba muy informada y que tiene toda la disposición. Ganamos mucho tiempo con pasar directamente a ella y no perdernos en esos puntos intermedios que retrasan todas las leyes. Yo confío en que esta ley saldrá el 2019”.

Kantor declaró en Concepción que “lo que buscamos con este proyecto de Ley Guga es que los deportistas que viajen al extranjero representando a Chile puedan competir tranquilamente y cuenten con atención médica a todo evento. Esta ley la estamos promoviendo nosotros y ‘Guga’ estuvo la semana pasada en Santiago, en lo que fue la primera mesa de trabajo para iniciar un anteproyecto de ley, trabajar en el articulado y presentar un proyecto lo antes posible”. En ese grupo de trabajo también estuvieron Francisca Crovetto, presidenta de la Comisión de Deportistas del Coch y los diputados Francisco Undurraga y Pablo Prieto.

La ministra agregó que “ya iniciamos la primera mesa de trabajo y ahora los abogados empiezan a elaborar el articulado y la propuesta. Una vez que eso ya esté listo, entra en trámite en el Congreso. De aquí a fin de año debe estar la propuesta de proyecto lista. ‘Guga’ es parte de la mesa de trabajo y nos interesa mucho su opinión desde su vivencia y experiencia, que nos cuente qué le faltó en ese momento del accidente. Esta es una ley que tiene que ir a la Cámara de Diputados, después al Senado y ojo que hay recursos involucrados porque estamos hablando de seguros. Hay que definir de dónde saldrá esa plata y todo eso requiere un tiempo”.

El nuevo Guga

“De todo lo malo hay que sacar algo bueno y esa fue la idea cuando mis amigos pensaron esta ley”, cuenta el joven Gustavo. Con cara de duro, pero mirada aun de niño. Como si no quisiera mostrar alguna flaqueza. Su papá dice que no le gusta hablar de platas. Ni siquiera tiene claro si esta Ley lo va a beneficiar a él. “Para ‘Guga’, eso es algo que se verá más adelante, prefiere preocuparse de cómo será esta ley y que quede bien. Él siempre piensa en el resto. Por eso la gente lo quiere tanto”, apunta. De todas formas, sería ilógico que el emblema de la creación de este beneficio deportivo quedara fuera.

En agosto se cumplirá un año de la desgracia en Canadá. Casi un año y la ley recién comenzará a escribirse. ¿Ha sido todo muy lento desde la promesa del ex ministro Pablo Squella? “Guga” considera que “no sé si ha sido lento. Creo que sacar una ley no es fácil y el cambio de Gobierno también significó un tiempo extra. Lo importante es que se haga bien y ver que va en algo concreto. Que efectivamente se está trabajando en esto y no es una idea en el aire. Hay que juntar muchas personas y no es sencillo, darle un poco de tiempo y esperemos que salga lo más pronto posible”.

Alicia le pasa un cartón gigante que le entregó la ministra. Ahí está firmado un compromiso de todas las partes y es un primer paso no menor. Gustavo mira a su mamá y sabe que ella también ha debido pararse con dificultad. Su corazón también está en rehabilitación, aunque se muestre entera, al menos para afuera. “Para mi familia ha sido difícil. Yo mismo, me puedo ver muy fuerte, pero tengo momentos donde decaigo mucho. Tengo mis momentos de tristeza, obviamente, pero me rodea mucha energía positiva de mi familia, mis amigos y gente que ni conozco. Tengo momentos para desahogarme y otros donde siento que debo estar firme, más sereno, pero sé que siempre hay alguien a mi lado”, señala el campeón nacional y panamericano de downhill.

Isidoro Valeznuela M.

Hay solo un momento en que su voz se quiebra y sus ojos se ponen vidriosos, aunque mira a un lado para que no se note. Es cuando le preguntan por Valentina (Benavides), su polola. Empieza a hablar y se frena de golpe. Es como si quisiera expresar algo tan grande que no sabe cómo, pero tiene que hacerlo. Es necesario. “No hay muchas palabras. Ha estado siempre a mi lado, me ayuda en todo lo que necesito y es un pilar fundamental. Me cuesta decir todo lo que siento por ella. Ha aprendido a conocerme de esta nueva forma y cómo enfrento ahora las cosas. Cómo lo enfrentamos. Logramos salir juntos de esta y eso es admirable”.

No puede subir a su mountaibike, pero no la culpa ni le guarda rencor. Sabe que juntos tienen un pasado glorioso que no pudo ser sin el uno contar con el otro. “Nunca le eché la culpa. Llegué a Concepción y de inmediato fui a ver una competencia. Igual es fuerte estar afuera, pero no puedo dejar de sentir esta experiencia. Este es mi ambiente y me gusta estar cerca de mis compañeros, de la competencia, que es donde me muevo desde chico. Hoy no disfruto de lo que hago yo, sino de lo que hacen mis amigos y les transmito mi experiencia”.

Y como amante de los desafíos, no solo busca la independencia total en su vida cotidiana. Gustavo quiere volver a competir, sentir la alegría del triunfo y también la frustración de no alcanzar al que llega primero. Sí, eso también se extraña. “Guga” confesó que “he ido probando otros deportes, pero me ha costado que alguno realmente me llame la atención. Probé con el paracanotaje, pero fue poco tiempo. Me di cuenta de una que no era lo mío. Lo que quiero probar ahora es el monoski, que me llama mucho la atención porque es en la montaña, donde puedo ser muy autovalente y es un entorno que me gusta. Quizás tiene una adrenalina más cercana a lo que hacía. Bueno, vamos a ver si funciona”.

Da gusto escuchar cómo se proyecta. Volver a estudiar, al deporte, sentarse con los más grandes de igual a igual. Bueno, él también lo es porque le tocó madurar a la fuerza. “Antes me sentía orgulloso de verlo campeón todo el tiempo. Ahora, me enorgullezco de verlo tan valiente. Es distinto, pero soy un agradecido del hijo que tengo”, expresó el otro Gustavo de la casa.

“Guga” mira hacia algún lado, quién sabe dónde. Quizás es algún momento. De pronto, afirma que “nunca he imaginado mi reacción cuando me digan que la Ley Guga ya es una realidad. Sé que será una felicidad grande, pero me cuesta pensar que estará ahí de verdad, en un papel. Sentir que entre todos lo hicimos”.

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