Agustín Zurita: un pequeño gran talento que busca su espacio sudamericano

16 de Julio 2018 | Publicado por: Carlos Campos
Fotografía: Raphael Sierra P.

Tiene 14 años y desde chico entrena en categorías mayores. Ese roce lo tiene en la selección que jugará el sudamericano. Maduro, serio y tranquilo, él espera su oportunidad.

Lanza rápido y ágilmente cuando posa para la foto. Sus compañeros lo bromean sanamente, pero él lo toma con seriedad. “Pareciera que tiro rápido, pero uno no lo siente así. En el salto uno mira al arquero e intenta mover la muñeca de una manera especial para que no te tape la pelota. Debes saber tirar para no fallar el lanzamiento”.

Así es Agustín Zurita, aplicado, serio, tranquilo, obediente, buen chico y un gran deportista. Juega hándbol en el Colegio Pinares y también por el CDA, lugares en los que da rienda suelta a su pasión. Tiene claro porque eligió el balonmano en vez de otro deporte, como el fútbol, por ejemplo. “El hándbol permite vivir una emoción distinta. En el fútbol hay partidos casi sin ataque que incluso pueden terminar 0-0. Acá es más tenso y, por ejemplo, se mira al fútbol como un deporte donde se juega más sucio. Ahí a veces hay jugadores que van directamente a chocar, lesionarlo o tirarlo al suelo. En el hándbol no se ve eso y, de hecho, si reclamas una vez al árbitro, te sacan. En el fútbol hay mala intención a veces y los rivales terminan siendo casi enemigos fuera de la cancha”, comenta Agustín.

Tiene 14 años y parece estar un paso adelante que el resto. Debería jugar en la categoría Infantil, pero también lo hace en Cadete, una más de la que debería. Aquello le da un roce que él aprovecha. “Entrenar en infantil es jugar con niños más pequeños que a veces no saben del juego, mientras que en cadete compartes con gente que te va a chocar, por ejemplo. Así tu rendimiento es mayor”.

Un pilar

Agustín agradece y recuerda durante el diálogo a Raúl Umaña, su entrenador. Iba en Quinto Básico cuando empezó en el hándbol y al poco tiempo ya no solo participaba, sino que competía con más intensidad. Allí el técnico fijó su mirada en él. “Me veía mejorando y pensaba que podía sacar mucho más potencial de mí en el deporte. Me invitó al CDA para que entrenara con distintas categorías. En Infantil ahí, eso sí, hay otro profesor. Raúl Umaña es quien está en Cadete. Ha sido importante él para mí”, cuenta Agustín.

El joven deportista valora la confianza que su entrenador ha depositado en él. “Algunos entrenadores le dan confianza solo a algunos jugadores y así terminan jugando ellos contra el resto. En cambio, Raúl intenta que juguemos siempre entre todos y que, dependiendo del marcador, vaya resolviendo uno u otro. Nos dice que si intentamos ‘hacerlas todas’ en la cancha, vamos a terminar perdiendo la pelota. Es simple, si recibes el balón y ves el espacio, pasas y tiras, ojalá metiendo el gol. Pero si no puedes, atacas el espacio o juegas con tu compañero”.

El aludido también tuvo palabras para Agustín Zurita. “Se ha involucrado en el balonmano de muy buena manera. Ha ido madurando, organizando tiempos y entrenando todos los días para lograr sus objetivos. Tiene condiciones y mucha motivación para pelear algún puesto en un equipo nacional”, señaló Umaña.

¿Cómo surgió la opción de invitarlo a entrenar al CDA? El entrenador explicó que “los colegios tienen disciplinas, pero el crecimiento está en otro lado. Vamos buscando chicos que tengan condiciones para proyectarlos. Soy técnico del CER (Centro de Entrenamiento Regional) en la Región y como él tiene la estatura y el biotipo para el puesto donde juega, ya lo captamos e incluimos. Desde ahí hemos ido potenciándolo. De hecho, juega con los cadetes del club, aunque es Sub 14 y su responsabilidad está en Infantil. Ha ido sumando minutos y tomando horas de vuelo competitivas”.

De nivel selección

Su buen rendimiento augura un muy buen futuro. Aunque Agustín ya es una realidad en el hándbol local, al estar en lo más alto junto al Colegio Pinares en las competencias que disputan en Adicpa, creciendo sosteniblemente y avanzando de categorías, él y su entrenador apuntan más alto.

De hecho, cada dos semanas el joven talento viaja a Santiago o Machalí a jugar con otros compañeros que provienen desde el norte, centro y sur del país. Ellos componen el grupo de entrenamiento de la selección nacional de balonmano que se prepara para el sudamericano de la categoría, que se disputaría en octubre o noviembre de este año en sede por confirmar. Podrían ser Argentina o Paraguay los países que reciban el torneo.

“A veces es difícil coordinar el estudio con los entrenamientos. Organizar bien el tiempo es importante para rendir de buena forma en todo. El año antepasado fui por primera vez cuando tenía 12 años. El profesor me dijo que estaba bien, pero no al rendimiento que pedían. Eso sí, hay que tener en cuenta que todos tenían 14 años”, afirmó Agustín, que este año viaja constantemente a entrenar y se juega su oportunidad de llegar al sudamericano. “Es un proceso largo, cansador e intenso. El Colegio Pinares ha sido un muy buen apoyo para que los chicos se desarrollen bien en lo académico y deportivo”, cerró su entrenador, Raúl Umaña.

Agustín también es buen estudiante. Dice tener promedio 6.0 y preferir dos asignaturas por sobre el resto: Historia y Matemáticas. Lenguaje no le agrada del todo, pero igual se las arregla para rendir.