Deportes

Hacer ejercicio en época de frío

Por: Diario Concepción 25 de Junio 2018
Fotografía: Lukas Jara M.

Dr. Alex Garrido Méndez
y Pablo Luna Villouta
Académicos de Pedagogía en Educación Física
Universidad San Sebastián

La temporada otoño-invierno es el periodo más frío y con los días más cortos, disminuyendo también considerablemente la luz solar disponible. Estas estaciones suelen traer asociada una disminución de la actividad física y deportiva, ya que la sensación de frío, la lluvia y la niebla son variables que desmotivan a una gran mayoría para realizar ejercicio en espacios abiertos.

No obstante, muchas veces las personas que practican en centros cerrados, tales como gimnasios, piscinas, etc., también aluden a las condiciones climáticas como argumento para evitar la práctica. En el mismo sentido, la oscuridad que llega más temprano hace que las personas sientan temor de frecuentar lugares con poca iluminación. Este conjunto de factores da como resultado una considerable baja en el número de personas, así como también de la frecuencia y volumen de la práctica. Además, esta época se asocia al consumo de alimentos que, si bien se consideran tradicionales, pueden resultar altamente calóricos, como sopaipillas y los picarones.

Sin embargo, esto no debe ser sinónimo de enclaustramiento, ya que con las medidas apropiadas se puede (y se debe) seguir realizando actividades físicas y deporte.

Para evitar complicaciones de salud por las bajas temperaturas, primero se debe tener en cuenta el estado de salud actual, ya que si no es óptimo se debe esperar hasta recuperarse. En segundo lugar, se debe considerar la indumentaria: protegerse con ropa adecuada y un buen calzado para evitar lesiones, y en tercer lugar realizar una hidratación adecuada (mínimo dos litros de agua al día). En el mismo sentido, es recomendable suplementarse con vitaminas a través de la ingesta de frutas como naranjas, mandarinas o kiwis.

Una vez que la sesión ha concluido, se debe procurar tomar una ducha templada y corta, evitando las corrientes de aire, secarse bien el cuerpo y la cabeza y abrigarse adecuadamente a la hora de volver a la calle.

Asimismo, las condiciones climáticas extremas, como el frío, tienen siempre un impacto a nivel muscular y articular. El tejido elástico se rigidiza, por lo que sentimos nuestros músculos y articulaciones más tensas, más aún quienes han tenido operaciones. Esto se debe considerar al momento de planificar la sesión y tiempos de entrenamiento, pues necesitaremos más minutos de entrada en calor para ir preparando paulatinamente al organismo para la exigencia.

Por su parte, la vestimenta hoy es más especializada. Vestirse por capas es recomendable, con telas que permiten una buena compresión y adecuada ventilación. Además, son livianas, lo que las hace funcionales, evitando la vibración muscular, que el cuerpo se moje y un adecuado flujo de aire. En este sentido, la cantidad de capas dependerá del frío, lo que se recomienda en casos de muy bajas temperaturas es que sean tres, para aislar el cuerpo adecuadamente del frío y de la humedad. En cuanto al calzado, es necesario considerar que las superficies pueden estar mojadas o con barro, y se necesitará de mayor agarre.

En definitiva, la actividad física, el ejercicio y el deporte ayudan a fortalecer el sistema inmune, por lo que, una práctica constante puede servir para evitar las enfermedades, por lo que su práctica es recomendable los 365 días del año, con las precauciones necesarias de cada época.

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