Delantero de Huachipato jugó media hora en la caída 0-3. Suecia se apoyó en el VAR para festejar ante Corea e Inglaterra sufrió para ganar a Túnez.
La expectativa estaba puesta en la actuación que pudiese tener el panameño Gabriel Torres, pero los ojos se quedaron finalmente con el nueve de Bélgica: Romelu Lukaku.
Pero tuvieron que esperar más de la cuenta para abrazarse. Panamá se estrenó en un Mundial y mostró mucho nerviosismo en la primera parte, aunque logró sacar adelante la tarea en esa etapa. Los europeos tuvieron la posesión de la pelota y se generaron varias ocasiones de gol, pero entre la impericia de sus agentes ofensivos y el poco espacio que dio Panamá en defensa, los 45’ iniciales terminaron sin goles.
Hasta ese momento, una hazaña. Bélgica tenía a Hazard, Lukaku, De Bruyne y Courtois, entre otros, pero no podía demostrar en el marcador toda su superioridad y favoritismo.
Poco duró el 0-0 comenzado el segundo tiempo. Mertens dejó atrás las dudas y con un impecable tiro cruzado marcó el 1-0 para los belgas. Desde ahí, un monólogo. Torres veía el partido en la banca e ingresó al 62’ por Bárcenas. Casi ni la tocó, ya que Panamá no atacaba para no quedar desprotegido en defensa. Así terminaron cayendo el segundo y tercero, marcados por el compañero de Alexis Sánchez en el Manchester United: el potente Romelu Lukaku. Un estreno casi esperado para un Panamá inmensamente inferior a Bélgica, pero que aún así fue un muy digno rival.
Suecia fue más que Corea del Sur, pero no podía transformar en goles su dominio. Un clásico en lo que va de Mundial. Iban 63’ y Claesson fue derribado en el área. El árbitro dudó y se apoyó del VAR para terminar sancionando penal. Granqvist no falló e hizo sonreír a los europeos en su estreno. Triunfo parejo.
Inglaterra era una tromba y al inicio daba la impresión que golearía fácil a Túnez. Kane inauguró el marcador, pero Sassi descontó de penal y los africanos aguantaron bien … hasta el 90+1. El delantero del Tottenham salvó a su país de un fiasco y logró darle la victoria con un cabezazo en el área chica.