Obras deportivas: hitos y deudas de la Región del Bío Bío

Autor: Samuel Esparza 27 de Mayo 2018 12:05 AM

Pese a no ser el área predilecta a la hora de repartir el presupuesto público para infraestructura, en los últimos 10 años el deporte regional ostenta logros como la remodelación del Estadio Ester Roa. Pero quedan pendientes, el más importante, el Polideportivo del Bío Bío.

No hay dos opiniones al respecto. Sin duda, la gran obra de infraestructura deportiva de la última década en la Región del Bío Bío, es la remodelación del Estadio Ester Roa Rebolledo de Concepción.

Una obra largamente esperada por el ambiente deportivo, que fue objeto de deseo de los últimos alcaldes penquistas, desde Jacqueline van Rysselberghe en adelante, pero que finalmente fue concretada por quien ocupa hoy el sillón municipal, Álvaro Ortiz. Aunque no sin tener que transitar un camino lleno de espinas -cambio de empresa constructora incluida-, que todavía tiene coletazos en la justicia civil, por la millonaria demanda presentada por la empresa Claro Vicuña Valenzuela (ejecutora final de la obra), pidiendo la devolución de las boletas de garantía cobradas por la Municipalidad de Concepción, tras cuestionarse la instalación de las butacas del recinto.

Escenario internacional

Con todo, no cabe duda los beneficios traídos por la obra para el deporte regional. Y no sólo para los clubes locales que militan en el fútbol profesional (U. de Concepción y Fernández Vial) o en el amateur (Deportes Concepción), sino que para otras disciplinas como el atletismo, que volvió a utilizar su pista sintética, y varias otras que desarrollan ahí sus talleres, como el yoga, zumba, musculación, judo, karate, boxeo, tenis de mesa y halterofilia.

Beneficios que, sin embargo, también tienen detalles a mejorar. Por ejemplo, en el caso del atletismo, con la situación de los lanzadores (jabalina, martillo, bala, disco), a quienes todavía no se les permite ocupar el espacio y carecen de un lugar ideal para desempeñarse. O la sala de halterofilia, que no tiene ventilación ni ventanas, por lo que la selección del CER prefiere utilizar un precario cuarto en el Cendyr Náutico de San Pedro de la Paz para entrenar.

No obstante, la remodelación de Collao ha permitido a la Región contar con trascendentes eventos de nivel internacional, partiendo por la Copa América y el Mundial Sub 17 en 2015; los Grand Prix de Atletismo en 2016 y 2017; la final de la Supercopa de fútbol entre la U y la UC, y la definición de Copa Chile, que Wanderers le ganó a la misma U. de Chile. 

Estrenando caparazón

Fue en abril de 2009, cuando el Consejo Regional del Bío Bío (Core), aprobó millones para uno de los proyectos más anhelados de la comunidad deportiva: el cambio del piso del gimnasio La Tortuga, de Talcahuano. Era la primera mantención que se le hacía en años al histórico recinto que albergó épocas de gloria de la actividad nacional y que, cuatro meses después, permitió la realización del Campeonato Sudamericano de Patinaje Artístico.

El destino, sin embargo, quiso poner una cuota de dramática incertidumbre, con el terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero de 2010, que afectó con dureza al edificio, dejándolo seriamente dañado, inundado e inutilizable.

Pero sería nuevamente el Core, a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (Fndr), quien saldría en auxilio de La Tortuga, cuando a comienzos de 2014, aprobó una importante inversión de  .100 millones para una segunda remodelación del recinto que esta vez, incluía una reparación estructural, recambio de la instalación eléctrica, reposición de la carpeta de juegos, de vigas y pilares, además de la instalación de nuevas galerías y tribunas junto con ramblas de accesos.

Un flamante Coliseo La Tortuga se reabrió el 18 de abril de 2015,  tras cinco años cerrado, con camarines, baños, butacas, marcador y estructura externa mejorada, teniendo como inauguración de lujo  la segunda ronda del grupo II de la Zona Americana de la Copa Davis, entre Chile y México, jugada en julio de ese año.

Deuda con el atletismo

Foto | Isidoro Valenzuela M.

Así como han habido logros, en estos años también permanecen algunos pendientes relacionados a infraestructura deportiva, quizás el más notorio, aquel que se tiene con el atletismo regional y su larga lucha por recuperar un recinto que históricamente le perteneció: el Estadio Atlético Puchacay (hoy Estadio Militar).

Como ex administrador ad honorem del espacio (entre 1964 y 1980), el actual delegado regional del Comité Olímpico de Chile, Jorge Molina, recordó en su momento para Diario Concepción, la travesía del lugar. “En 1960 el recinto estaba a cargo del Consejo Local de Deportes de Concepción y luego pasó a depender del coordinador regional de la ex Digeder. Fue en 1980 que se originó el comodato con el Ejército”, rememoró.

Con el retorno de la democracia, la asociación atlética comenzó su campaña para recuperar el recinto para el deporte, que contó en su momento con el auspicio de la entonces alcaldesa penquista, Jacqueline van Rysselberghe (2009), quien incluso llegó a entrevistarse con el ministro de defensa, Francisco Vidal, aunque sin resultados concretos.

Posteriormente, se hicieron nuevos esfuerzos por parte de varios directores regionales del IND, pero todos infructuosos. Hasta el ex ministro, Pablo Squella, tomó partido cuando señaló que, “un recinto de tal envergadura, debiese contar con una administración que permita abarcar la mayor cantidad de actividad física. La cuestión, es que hay un decreto del gobierno militar que indica que en su momento se traspasó al Ejército. En una primera instancia, debería compartirse, construirse infraestructura adecuada para el atletismo y poder compartir, tanto con el Ejército como con la comunidad toda, porque ahí también participan universidades”.

Hoy, es el seremi del Deporte, Juan Pablo Spoerer, quien se refiere al tema. “Conozco el problema como actor político de la Región y como deportista, aunque la bajada regional del programa del Presidente Piñera aún no se realiza. Es un tema que debemos conversar específicamente con la ministra cuando nos reunamos. Efectivamente, el estadio fue parte del patrimonio deportivo de la Región antes de pasar a la sección de Bienestar del Ejército. Es un tema que tendremos que ver de acuerdo a las prioridades que fijaremos como administración, pero estoy muy al tanto del problema y, en cualquier caso, estaremos dispuestos a sentarnos a conversar para escuchar sus inquietudes”, comprometió.

La gran obra que se viene

Otra gran deuda con el deporte local es, a todas luces, el centro de alto rendimiento regional. Corría noviembre de 2010 y ahora como intendenta, Jacqueline van Rysselberghe anunciaba su construcción, con pleno apoyo de Gabriel Ruiz-Tagle, a la sazón subsecretario de Deportes, quien proyectaba el inicio de las obras para el año siguiente.

El lugar escogido para su construcción era nada menos que el Estadio Atlético Militar, de fructificar las conversaciones con el Ministerio de Defensa y el Ejército. Llegado 2011, Ruiz-Tagle insistía en la idea, sumando como opciones de ubicación el Coliseo La Tortuga y Punta de Parra. La actual presidenta de la UDI recordó el proceso, explicando por qué no prosperó. “Lo que hicimos fue recoger el sentir de los deportistas, siempre entendí que era, y es tremendamente injusto que el sur de Chile no tenga un centro de alto rendimiento. Lamentablemente, es probable que las urgencias y prioridades del momento, fueran distintas y por eso no se siguió avanzando”, sostuvo en su momento.

El tema reflotó en octubre de 2013, encabezado por Víctor Lobos y Javier Puentes, en aquel tiempo intendente y director regional del IND, respectivamente. En esa ocasión, el sitio designado para su emplazamiento era junto a la planta de agua La Mochita mientras que, en cuanto a tiempos, se quería iniciar la construcción en 2015 para tenerlo listo y dispuesto de cara a los Juegos de la Araucanía Bío Bío 2016.

Quien tomó la posta fue Álvaro Miguieles que, a poco de ser oficializado como seremi del Deporte en marzo de 2014, afirmó que una de sus tareas prioritarias sería sacar adelante el proyecto. En diciembre de ese año, el ex intendente Rodrigo Díaz se sumó haciendo un llamado al Ministerio de Bienes Nacionales, para que pusiera a disposición un terreno que reuniera las condiciones para un CAR.

El esperado respaldo llegó con la visita de la entonces ministra del Deporte, Natalia Riffo, en enero de 2015, ocasión en que alentó la iniciativa. “Favorecerá la descentralización. Estamos evaluando el tema del terreno, diseño y recursos, siempre en el entendido de que Bío Bío debe tener un centro de primer nivel”, anticipó.

Sin embargo, debió pasar un año para que las autoridades volvieran a pronunciarse, aunque esta vez parecía ser definitivo; incluso había nombre y terreno nuevo para la edificación del recinto. Así lo indicó Álvaro Miguieles en marzo de 2016, cuando expresó que, “oficiamos al intendente con el propósito de que pronto ingrese el proyecto del Centro Polideportivo del Bío Bío al Ministerio de Desarrollo Social (Mideso), para que nos dé la RS (Recomendación Satisfactoria). Cuando tengamos la RS, podremos someter al Consejo Regional la aprobación de los recursos para el estudio de diseño”, indicó.

Se dijo que el estudio costaría millones, mientras la obra total alcanzaría los mil millones. Se resaltaba, además, que el IND se comprometía al financiamiento de los gastos de operación y mantención del Centro Polideportivo del Bío Bío, de aprobarse los dineros para las obras.

En cuanto al lugar, el Ministerio de Bienes Nacionales daba en concesión gratuita por cinco años una superficie de 3,3 hectáreas en el acceso norte a Chiguayante, frente a Lonco (10.600 metros cuadrados de superficie construida). Meses después, en junio de 2016, se mantenía el proyecto en el Mideso, mientras el seremi del Deporte aplazaba para 2018 la ejecución de las obras. Aun así, en septiembre se daba otro paso clave con la firma del “compromiso de voluntad” de las asociaciones deportivas de la Región, requisito fundamental.

Fue recién a inicios de diciembre de 2017 que por fin hubo noticias concretas, cuando llegó la RS del Mideso al escritorio del seremi del Deporte, Leonardo Baño, quien en tiempo récord, gracias a la ayuda de los funcionarios del IND, logró que la Comisión de Desarrollo del Consejo regional (Core) colocara el tema en la tabla para su votación en el pleno.

De esa forma, el 6 de diciembre de 2017, de forma unánime, el pleno del Core autorizó millones para la etapa de  diseño del Centro Polideportivo del Bío Bío, que comprende  el estudio topográfico, mecánica de suelo y proyecto de arquitectura, ingeniería y especialidades, que permitirán dejar en condiciones la posterior construcción del recinto.

En relación a sus características, se confirmaba que el polideportivo  contaría con una piscina semiolímpica de ocho carriles; pabellón de gimnasia; cancha de balonmano; gimnasio para acondicionamiento físico; espacios para el vóleibol; salones de halterofilia; recintos para apoyo médico; camarines y alojamiento, entre otras áreas.

Foto | Isidoro Valenzuela M.

Compromiso de todos

Este 2018, comenzó de la mejor forma para el proyecto, luego de la firma de convenio entre la dirección regional de arquitectura del MOP y el ex intendente Rodrigo Díaz, cuya rúbrica  permitirá disponer de los recursos asignados por el Core para el proyecto de diseño, y que  se ejecute sin contratiempos este año.

De esta manera, las proyecciones preliminares estiman que el presupuesto para la ejecución final de la obra, sería entre fines de 2019 e inicios de 2020. El costo bordearía los mil millones, por lo que la voluntad política para obtener los recursos resultará clave.

Con este panorama a la vista, asumió en marzo el nuevo seremi del Deporte, Juan Pablo Spoerer, quien le asigna particular importancia al Centro Polideportivo del Bío Bío. “Lo valoro como un polo de desarrollo para el sur de Chile. Para un deportista, viajar lejos de su familia y su entorno, afecta muchísimo su ruta al  alto rendimiento, por lo que es fundamental tener una infraestructura que apoye su desarrollo. Contar con algo de ese calibre sería muy positivo”, resaltó.

A ese respecto, la autoridad deportiva se refirió a los próximos pasos. “Los fondos para el diseño, que se encuentra en la dirección de arquitectura del MOP, se irán liberando a medida que sea necesario para ir avanzando en la labor. Y nosotros, como Gobierno, deseamos que esto salga lo antes posible. Lo importante es que es un proceso que ya partió y que hay que procurar que no se detenga, sin importar qué administración lo inaugure”, cerró.

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