El largo y esforzado camino del fútbol femenino en Chile
23 de Abril 2018 | Publicado por: Paulo Inostroza
“Cuando estudiaba en el Thomas Jefferson éramos 4 o 5 las que jugábamos. Teníamos que llamar amigas para parchar y hacer un equipo”, cuenta Sofía Beltrán, delantera de la UdeC. Myriam Fuentealba preside la Coffuf y acota que “estimamos hoy en cerca de 500 mil las mujeres que les gusta practicar fútbol”. Un boom de interés que contrasta con una realidad organizativa en pañales. La Copa América mostró muchas luces, pero el torneo local da manotazos para salir del agua. Lentamente.
La Coffuf es la Corporación de Fomento del Fútbol Femenino y se fundó a principios de 2015. Myriam, que es profesional del área audiovisual, explica que “Chile quedó fuera de la Copa de América de Ecuador y fue un funeral. Había cero interés de la Anfp, hubo jugadoras que tuvieron que retirarse y a la administración de Sergio Jadue no le interesaba el tema. Tenían una visión súper machista. Todo lo que sonaba a cambio les parecía mal. Fue una época súper oscura y había que hacer algo, porque sabíamos que había una gran generación de jugadoras”.
Y pone dos ejemplos de la oscuridad de esos años. “Yorki Arriagada era una central tipo Gary Medel, pero se tuvo que retirar. Eran los estudios o el fútbol y acá el fútbol no te da para vivir. ¿Te imaginas que Charles Aránguiz tuviera que decidir entre los estudios o el fútbol? Eso no pasa. Sofía Hartad es otro caso. Sufrió una lesión de ligamentos en la rodilla, pero las jugadoras no tienen seguro médico. Su familia debió pagar 5 millones de pesos para operarla. Ese es uno de los puntos que más nos interesan. Difícil pensar en un sueldo, eso es a futuro, algún día… Pero sí un seguro médico”.
Dentro de un pozo
Alfonso Bastías trabajó en el fútbol femenino de Fernández Vial, la UdeC, Temuco y, actualmente, en San Vicente. Viajó a La Serena a apoyar al equipo chileno y desde allá cuenta que “Mayne Nicholls tenía intenciones de potenciar el fútbol femenino. Se organizó un campeonato nacional de 2008 que al fin dependía de la Anfp, porque antes siempre fue Anfa. Primero se jugó una especie de Regional acá, con Vial, Puerto Montt, Iberia, Temuco… El 2013 se unificó todo, jugando Zona Sur y Centro y luego playoffs. Los primeros dos años con Mayne-Nicholls se transmitía un partido por CDF, pero eso fue muriendo”.
¿Y qué pasó en el camino? Bastías, que siempre dio batalla desde la página Fútbol Pasión Femenina, explica que “Jadue recortó todos los presupuestos del fútbol femenino. Lo miró en menos. Chile estuvo años sin figurar en el ranking Fifa porque no jugaba ni siquiera un partido internacional, no se transmitió más por TV y solo nosotros informábamos en nuestras páginas y redes sociales. El renacer es mérito de la Coffuf, que organizó un partido amistoso con Uruguay, en agosto de 2016, cuando estábamos en cero. Fueron casi 10 mil personas y ahí desde afuera dijeron: a ver, parece que sí existe interés por esto. Nosotros, siempre lo supimos”.
Myriam relata que “yo soy de San Gregorio y siempre he tratado de luchar contra la injusticia y la desigualdad. No me gustaba que me dijeran que no podía hacer algo o que alguna cosa era imposible. Fundamos la Coffuf con Maritza Díaz, que es abogada, y sus conocimientos ayudaron harto. Después vino un amistoso con Perú y 20 mil personas. La Anfp de Salah tomó nota y han puesto de su parte, de manera paulatina, aunque faltan muchas cosas”.
Ordenar la casa
¿Y cómo es el torneo local? Bastías cuenta que “existe una subvención desde la Anfp para traslados y estadía. Es similar al aporte al Fútbol Joven, que cubre el 90 por ciento de ese ítem. El problema es que ese aporte no ha variado desde 2011, pero los costos sí han subido. Recién en estos días informaron que se aumentará ese beneficio en un 40%, lo que es de gran ayuda. Hoy, los clubes tienen que organizar rifas y cobrarles mensualidad a sus jugadoras para financiarse”. Además, advierte que “los clubes profesionales prestan su nombre y camisetas, pero el fútbol femenino es pura autogestión”.
Al respecto, Myriam señala que “Colo Colo es el único equipo que tiene sueldos, que son para algunas jugadoras y cercanos a los $300 mil. No es más. La U. de Chile les da un aporte como de $70 mil y ofrece becas. Palestino fue campeón un año y las niñas vendían sopaipillas para ayudar a financiar el equipo”.
Sofía Beltrán, preseleccionada chilena, asegura que “cuando empecé en esto era todo muy amateur y la plata la ponían nuestros papás. Si te tocaba jugar contra un equipo de Santiago era goleada segura, pero eso se ha estrechado. Con la UdeC jugamos final y semifinales y nos paramos de igual a igual con Colo Colo. Tengo 16 años y cuando ves que la selección tiene más de 30 puntos de rating en televisión y jugadoras que firman en clubes extranjeros, te ilusionas mucho”.
Salto al exterior
Endler juega en Francia, tres volantes chilenas (Araya, López y Soto) están en Brasil, “Coté” Rojas en Japón, Yanara Aedo en Estados Unidos y tres jugadoras (Lara, Santibáñez y Sáez) destacan en España. ¿Cómo se explica ese fenómeno en una liga que hace un par de años estaba en un hoyo? Bastías narró que “todo partió cuando aparecen los manager. Edgar Merino representa a Christiane Endler y logra posicionar a estas muy buenas jugadoras, que tienen como base esa Sub 17 del 2009 que clasificó al Mundial de Trinidad y Tobago. Eso fue histórico”.
Merino tiene 30 años, es periodista y trabaja en la agencia Solo Cracks, que representa 52 jugadoras de 15 países y también a la “Crespita” Rodríguez y la basquetbolista Ziomara Morrison. Myriam detalló que “era casi imposible vender jugadoras, porque no había imágenes suyas. Primero propusimos un programa tipo reality, pero no nos pescaron. Después nosotros mismos nos preocupamos de grabar todos los partidos, todos los fines de semana… Fue agotador. Hablamos con Edgar y así se pudieron armar videos para que vieran el material de muy buenas jugadoras que teníamos en Chile. Después nos quisimos jugar todo con la Copa América, necesitábamos el impacto mediático”.
Nuestro fútbol femenino había estado parado y quería ser sede del mayor evento continental. Una locura. Myriam rememora que “el otro postulante era Colombia, que es una potencia, y nosotros no teníamos nada. Fuimos como Carlos Dittborn. Hicimos una presentación espectacular, hubo gente que estuvo casi una semana sin dormir. Colombia puso los ceros sobre la mesa y nosotros la intención de levantar algo, que más allá del fútbol es social. Cuando ganamos la sede, hablamos con las jugadoras y no te imaginas la felicidad. Fue como haber goleado a Brasil”.
Dentro de la cancha
Daisy Mardones tiene 32 años, mira hacia atrás y expresa, con nostalgia, que “ojalá tuviera 15 años y jugara al fútbol ahora. Es todo tan distinto”. La ex Ñublense y Fernández Vial fue una de las primeras futbolistas destacadas de la zona y cuenta que “hace 5 años atrás ni siquiera había un desarrollo a nivel de colegios y tampoco universitario (en Adesup, recién el 2013 se pudo armar el fútbol once contra once). Yo jugaba con puros hombres. El 2008 partí en el torneo Anfp, pero tenía que ir a Chillán, hasta que Vial ingresó el 2012 y me inscribí ahí”.
Esos años fueron los más duros. “El ‘profe’ José Luis Espinoza (aun en Vial) se la jugó en esos inicios donde no había nada. Incluso, pagó nuestros pases de Anfa porque casi todas éramos de Juventud Hualpencillo o algún otro equipo. En esos tiempos tú jugabas solo porque te gustaba, pero no podías soñar más allá. Estudiábamos, trabajábamos y jugábamos. No había jugadoras chilenas en el extranjero o ganando un sueldo ni te transmitían por televisión, así que tu objetivo solo era jugar y ganar”.
Jugó con varias de las actuales seleccionadas chilenas, pero ahora se dedica a ejercer su carrera. “Siento que todas las que peleamos en esos primeros años aportamos un granito de arena y es un orgullo ver al equipo”. Es profesora de Educación Física, pero también se tituló de Entrenadora Profesional, en la primera generación del Inaf en Concepción. Daisy advierte que “éramos 13 alumnos y yo, la única mujer. Eso te obliga a estudiar y esforzarte el doble porque siempre te quieren pillar. Conozco a Paula Navarro, por ejemplo, y lamento mucho que no haya podido dirigir a Santiago Morning, que es como el sueño de todas nosotras. El fútbol es muy machista”.
Trabaja también en el Colegio Francés, con el equipo femenino Futmagol FC en Nonguén y una escuela de fútbol con chicas desde los 5 años hasta adultas de 38. “Uno quiere traspasar toda su experiencia y ayuda mucho que ahora existan estos referentes, como Endler, Yanara Aedo… Las niñas que parten en esto sueñan que pueden llegar ahí y, con trabajo, claro que es posible”, apuntó.
Pasos adelante
Alfonso Bastías dispara de inmediato que “ojalá esta Copa América no sea solo un espejismo. Al menos ya se logró visibilizar el fútbol femenino, un impacto mediático. En La Serena hay niñas que las esperan afuera del hotel, les piden autógrafos. Eso es lindo”. Myriam Fuentealba agrega que “los mismos periodistas que hoy están de enviados especiales a La Serena, muchas veces nos cerraron la puerta cuando pedíamos algo. Bueno, ahora todo suma”.
Pero ya se están logrando cosas, como el aumento de la subvención desde la Anfp para traslados y estadías del torneo local. También hay un dictamen de la Conmebol que obligará, desde el próximo año, a los equipos que participen de torneos internacionales a contar con una rama femenina. “Huachipato tendrá que tener una, por ejemplo, pero esperemos que no se armen series femeninas a la rápida, solo por cumplir el reglamento”, advierte Bastías.
Pero hay más. Myriam expuso en la Cámara de Diputados este año y logró un par de avances importantes. “Hay dos puntos ya aprobados, que consideramos un gran paso. Uno, tiene que ver con que las organizaciones deportivas profesionales deben establecer comisiones femeninas y masculinas que garanticen la equidad de género. Además, ahora, la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas incluye entre las funciones específicas la integración social e igualdad”.
¿Y qué viene ahora? Myriam lo tiene claro y hay puntos bien concretos que deben cambiar. “La Anfp tiene una misma gerencia que se encarga tanto del Fútbol Joven como del Femenino. Eso es confuso, porque la Conmebol envía dinero a cada país federado y es dinero que debe ir directamente al fútbol femenino, pero nadie sabe si es así. Es imposible saberlo porque si revisas las platas recibidas o gastadas, Fútbol Joven y Femenino aparece en un solo gasto. Eso es poco claro. Deben ser gerencias separadas”, sostuvo la presidenta de la Coffuf.
Y otros dos puntos no menores. “Las finales del fútbol femenino no pueden jugarse en canchas adyacentes. Hay que llevar los partidos al estadio, a canchas de verdad. Difundir el torneo, tener imágenes. Las chicas necesitan un seguro médico. Estoy hablando de lo básico porque ni siquiera te digo que hoy nos igualemos al fútbol masculino, donde se manejan cifras gigantescas. Esta Copa América debe seguir como punto de despegue y ojalá todos los que aparecieron ahora, sigan tan pendientes durante todo el año, porque la lucha es algo constante”.
Sofía Beltrán ve todos los partidos de Chile. Quiere estar un día ahí y asegura que “acá no hay envidia. Si le va bien a la selección nos va bien a todas. Hay esa cosa de unión que en el fútbol de hombres ya no se ve tanto. Ojalá se preocupen en serio del campeonato local porque queda claro que hay talento y gente que se interesa cuando las cosas se hacen bien. Ahora hay un desafío grande por delante”.