Además de la expulsión de Guerrero en el partido 3, hubo otras razones que condicionaron la llave en favor del elenco de Quilpué, que se impuso por 4-1.
Si Carlos Lauler embocaba su último intento, seguramente se estaría hablando de un sexto encuentro. Pero el escolta, que jugó un partidazo y se ganó en la cancha el derecho de tomar ese tiro, falló de su lugar favorito en el campo, en una jugada que terminó por sentenciar la suerte de la UdeC en la Liga Nacional. Al final, Leones se impuso por 92-89, se quedó con el título de la Conferencia Centro y definirá al campeón 2017-2018 frente a Las Ánimas o Valdivia.
Independiente de lo que ocurrió la noche del miércoles en Quilpué, hubo varios factores que condicionaron una llave que fue mucho más estrecha y disputada que el 4-1 con que se cerró el enfrentamiento.
Expulsión de Guerrero: la salida del dominicano en el partido 3, por una pelea con Lisandro Rasio, fue determinante. En ese encuentro, la UdeC dominaba con claridad, y en el cuarto partido no tuvo respuestas en el juego interior sin su presencia. De hecho, solo en ese encuentro Leones ganó por una diferencia abultada: en los demás, el que ganó lo hizo máximo por cinco puntos.
La noche de Evandro: antes del juego 5, Arteaga convirtió 10 de 34 intentos de triple. Sin embargo, en el último partido metió 8 de 10 y anotó 38 en total. Sacó lo mejor cuando su equipo lo necesitaba.
Robinson, ausente: por lo general, es un tipo muy regular, que aporta en muchas facetas. Sin embargo, sin Guerrero debía asumir mayor protagonismo anotador. Lo hizo en el juego 3, donde marcó 22, pero en los demás no tuvo el peso que debe asumir una figura como él. Promedió 14,8 puntos, por debajo de los 16,6 de Morillo, y en el quinto duelo falló varios lanzamientos cerca del aro, imperdonables para un jugador de su talla.
Efectividad de campo: la UdeC solo superó en porcentaje de lanzamientos en el partido 1, donde se quedó con la victoria. En los demás, siempre se mostró muy errática, sobre todo en el juego 4 donde lanzó un 36% en dobles y un 26% en triples. Así, más allá que jugara bien en defensa, era poco probable que pudiera ganar.
Factor Battle: si bien no fue especialmente relevante anotando, el americano tuvo un rol clave en ambos costados:_cargó de faltas a todos los hombres que lo marcaron en la UdeC, y en el costado defensivo su presencia hizo que muchas veces los jugadores del Campanil cambiaran sus intenciones, y no se atrevieran a atacar tanto el aro.
Tras perder la llave, el entrenador de la UdeC. Alfredo Madrid, indicó que “cualquier cosa pudo haber pasado, son parte del juego. En nuestra casa, no fuimos el equipo que sí fuimos hoy (miércoles). Me siento orgulloso de cómo jugaron, y que escucharon y tomaron el mensaje. Salieron a darlo todo en el partido 5, y pudimos haber ganado”.
El base Diego Silva comentó que “fue una llave muy linda, pero en Concepción no mostramos el nivel que tuvimos en Quilpué o con Católica, y eso nos pasó la cuenta”.
Además, destacó lo relevante que fue la expulsión de Juan Guerrero. “Es un jugador importante, que suma en los dos costados. Ellos supieron sacar ventaja de eso, sobre todo en el cuarto partido donde nos hicieron ver pésimo”.
Silva igualmente destacó su campaña en el torneo. “Somos uno de los planteles más jóvenes de la Liga, y si bien no estamos conformes perdimos con un gran rival. Creo que nadie en Concepción esperaba que llegáramos a esta final, por cómo empezamos la fase regular. Agradecer a la gente que nos apoyó siempre, y espero que sigan ahí”.