Lo dijo hace pocas semanas Juan Román Riquelme. “Los chicos de ahora en vez de ver fútbol, ponen fotos en la concentración con el peluquero”, una reflexión que tuvo gran repercusión y análisis en el mundo futbolero, que puede ir de la mano con una de las más grandes bases del buen rendimiento, ya sea en una disciplina deportiva o a un grupo en particular: el código de camarín, frase utilizada para refrendar la unidad existente entre todos los miembros en un equipo de trabajo.
Dentro de un grupo de trabajo o una familia, la confianza es uno de los factores más importantes para conseguir un objetivo o lograr una convivencia armoniosa. El código de camarín no busca imponer una dictadura en el vestuario, sino que establecer normas o reglas que velen siempre por la intimidad. Que lo que ocurra en un entorno privado no sea divulgado a la prensa o al exterior. “Tratamos que no se pierdan. Hoy, con la cantidad de distracciones que hay, es difícil, pero acá hay chicos de años anteriores que les tocó integrar planteles con jugadores de experiencia. Hay muchos códigos que el futbolista debe respetar. Tenemos que tratar de que perduren en el tiempo e inculcárselo para que lo mantengan quienes vienen debajo”, comentó al respecto el defensa de Huachipato, Federico Pereyra, que con 29 años es uno de los más experimentados del acero, con Gabriel Torres y Carlos Lampe.
El entrenador Nicolás Larcamón, líder del camarín de Huachipato, agregó que “no sólo en el fútbol existen los códigos, sino que en la vida misma. Uno tiene ciertas convenciones en términos de comportamiento, respeto y manejo de ciertas situaciones que son convenientes para la buena armonía de un grupo, sea en fútbol, oficina o una fábrica. Quizás en el fútbol al ser mucho más mediático y tener una exposición mayor, hay que ser mucho más cuidadoso, precavido y quizás es donde aparecen estos códigos de vestuario. Creo que tiene que ver con el sentido común y el buen manejo entre las personas que conforman un equipo. Esto es una familia. Veo mucho más a mis jugadores que a cualquier miembro de la familia o algún amigo”.
El DT de UdeC, Francisco Bozán, señaló que “los códigos existen en toda la sociedad. Tienen que ver con la ética, moral y respeto al compañero, independientemente del trabajo donde te encuentres. Existen y, en microsociedades como el fútbol, hay códigos muy estipulados que tienen que ver con estas conductas que se deben respetar. Son fundamentales en un deporte en equipo, porque dependes del rendimiento de tu compañero. La idea es ir sumando y convertirse en un equipo donde, el vínculo que se genera entre uno y otro, haga a un grupo más fuerte en cohesión. Eso permite lograr el objetivo que, en nuestro caso, es ganar”.
Tuvo un largo recorrido jugando en Unión Española, Huachipato, U. de Concepción, O’Higgins, Palestino, Antofagasta, entre otros y, desde hace un par de semanas fue confirmado como entrenador de Deportes Concepción, donde buscará llevar la experiencia que sumó tras pasar por todos esos camarines, a la banca lila. Esteban “Chino” González contó que “como jugador y, ahora entrenador, aprendí que lo primero son las confianzas. Es muy importante. Lo segundo es que uno pasa más tiempo con el plantel y tus propios compañeros que, muchas veces, con tu familia. Para mí la cohesión es un tema muy importante, por eso se debe transmitir un buen mensaje que le llegue claro al jugador y que en el fondo tu no le mientas. El jugador necesita que uno sea directo y así, al andar sin mentiras ni rodeos, después el jugador te va a creer. El problema es cuando el jugador ya no te cree, cuando le dices algo y haces otra cosa, ahí empiezan los problemas entre jugadores y entrenador. Hay que ser frontal y directo. Los códigos de camarín son los mismos códigos de convivencia que tiene cada persona. Yo no andaré ventilando un problema que tenga acá, como otros pueden tenerlos en su oficina con sus jefes. Son cosas que quedan ahí y se conversan en el plantel, pero tu no sales a ventilarlas. No es que haya códigos escritos ni nada, son normas de convivencia o costumbres”.
Conceptos anteriormente dichos, tales como el respeto, convivencia y armonía, aplican a cualquier grupo de trabajo o disciplina deportiva. En el rugby local y representando a Los Troncos, pieza fija siempre ha sido Daniel Jamett. El jugador forestal opinó que “en todos los deportes el código de camarín existe, lo que pasa es que no tienen el revuelo público del fútbol, que sale todo en los diarios y la gente está siempre muy encima. La idea es que, todo lo que se habla, quede adentro. Es parte de la intimidad del grupo y equipo. La ropa sucia se lava siempre en casa. El camarín es sagrado. No es la idea que los jugadores aparezcan hablando cosas hacia afuera, porque empiezan a haber problemas, se genera mala onda y eso lo único que hace es desunir. Es lo que se ve en la selección de Chile, donde el grupo se ve muy desunido”.
Cuando valores como el respeto y la unión de grupo se rompen y esa tan protegida intimidad queda al descubierto públicamente, el código de camarín se rompió. Algo que era privado y ya no lo es, es casi una traición. “Es jodido. Cuando a veces alguien hace algo incómodo que puede romper la armonía de un vestuario, es difícil. El futbolista da mucho y, cuando se siente defraudado o que se le falló, es difícil que vuelva a confiar en alguien. Pasa en otros ámbitos también, como en una pareja o en la misma familia”, dijo el zaguero del acero, Federico Pereyra.
El entrenador de Huachipato agregó que “para eso uno tiene que liderar a partir de ciertas reglamentaciones. Si en algún momento uno debe reprender a un jugador por algún conflicto que genera o decisión errónea que tome, fuera de la cancha, también uno debe tener la autoridad necesaria para demostrar al grupo que las normas son las que uno imparte y no negocia el comportamiento ni el respeto por esas reglas de convivencia”.
El DT del Campanil, Francisco Bozán, fue más allá. En relación al actual momento que vive la selección de Chile, con el capitán Claudio Bravo automarginado por, según él, temas familiares, pero donde claramente hay un quiebre en el camarín, el técnico auricielo indicó que “se vuelve complejo en el rompimiento de algún vínculo. El mismo grupo es el que tiende a reestablecerlos desde esa primera acción. Después viene la figura del líder del grupo de tomar una decisión en base a como rearmar y reafirmar ese vínculo. Todos los componentes del equipo son importantes. Acá (en la selección nacional) se inicia un nuevo proceso y bajo ese concepto de lo “nuevo”, me parece que las circunstancias y las condiciones estarán manejadas por un nuevo líder que impondrá sus propias premisas y las conductas esperadas de parte de cada uno de los jugadores, dentro de la cancha y fuera de ella. Por historia, los jugadores tienen que acatar cada una de las órdenes del técnico para que el grupo salga adelante”.
Bozán añadió al respecto que “lo más importante es lo que termine haciendo el profesor (Reinaldo) Rueda, en como logre reconstruir o finalmente destruir por el colectivo. Siento yo que, cualquier crisis, va a reafirmar cualquier concepto. Desde el momento de la crisis o de una guerra, en la historia del mundo siempre hay creaciones y los crecimientos más grandes de las sociedades son después de las guerras, cuando hay avances tecnológicos o a nivel social. Este es un punto importante para ver cómo va a lograr Chile gatillar un nuevo paso adelante de este nuevo proceso”.
El rugbista Daniel Jamett indicó, en ese caso, que “es complicado. Como todo en la vida, se conversa, busca una solución y quien se equivoca pedirá disculpas del caso para arreglar las cosas. Es importante no dejar nada pendiente y que, si hubo un conflicto, se hable, aclare y termine de una vez para no seguir más adelante con lo mismo. Hay que decirse las cosas a la cara y seguir adelante. Lo más fome es que el tema siga dando vueltas y haya comentarios por detrás. En el rugby y los deportes amateur es distinto, porque en el fútbol el revuelo es otro, hay mucha plata de por medio, salen siempre en la tele y son famosos. Cuando hay cambios de entrenador se especulan cosas y se arman desuniones”.
El deporte no está al margen de una realidad que se hace presente en toda la sociedad. Sea en WhatsApp, Instagram, Twitter o Facebook, los celulares ya son parte de la vida cotidiana de las personas. Y más aún de los futbolistas, que aprovechan tal medio para mostrar su vida y lujos, dar mensajes a la gente, recibir el masivo cariño y, además, a veces, entregar mensajes que pueden ser interpretados de varias formas. Fue durante la semana pasada con los Instagram de Arturo Vidal y Alexis Sánchez, que al escribir “ya estamos todos” y “familia”, parecían querer dar a entender que Claudio Bravo ya era parte del pasado en la “Roja”.
Francisco Bozán sostuvo que “el tema de las redes sociales lo cuestiono bastante. Se comenzó a transmitir información interna desde el momento en que puedo escribir en un computador o un celular y a los dos segundos aparece en todo el mundo lo que estoy diciendo. Algunos luego lo hacen desaparecer porque se terminan arrepintiendo de lo que finalmente escribieron. Los jugadores son modelos de conducta social y líderes de opinión.
Sobre lo mismo, Esteban “Chino” González reveló que “el tema de las redes sociales es muy fuerte. Lo viví mucho en O’Higgins, donde un juvenil ventilaba todas las cosas a la familia y ellos lo transmitían hacia afuera. Eso es perder los códigos, ahí no hay lealtad de un jugador. Es un tema súper importante que hay que saber manejar. El entrenador es el encargado de que las cosas que se hablan adentro, no se ventilen. Las redes sociales están esperando cualquier cosa para hacerla noticia”.
Federico Pereyra dijo, sobre el uso de las redes sociales, que estas “a veces desvían el mensaje y por ello se magnifican las cosas. Cuando pasan estas cosas (tema Bravo) y los grupos se quiebran, volver a unir algo tan sólido como lo que tenían, será difícil”. Daniel Jamett comentó que “hoy termina un partido y de inmediato hay publicaciones. Las redes sociales amplifican y tergiversan todo. No sé si es muy conveniente porque genera ruido en los diarios y los programas de televisión donde a veces se habla más de eso que del partido. En el rugby somos más amigos y es distinto. En otros deportes cuando, por ejemplo, se va el entrenador, se arman bandos en el camarín. Cuando eso pasa, es siempre el inicio del fin”.
Si Claudio Bravo volverá a la “Roja” es una incógnita. Lo cierto y, que no se puede dejar pasar, es el mensaje de fondo que entregó, haya sido por él o su señora. Por muchos códigos que pueda haber, finalmente se castiga públicamente a quien busca lo mejor para el equipo, por sobre los indisciplinados. ¿La acusación no decía la verdad? Los preparados de arqueros de la selección, ¿están a la altura? un tema que va más allá de los famosos “códigos de camarín”.