Sale un rato de la sala y se le ve orgulloso. Sabe que es un premio importante, pero mantiene la sencillez. “Seguramente me eligieron por la constancia. Por estar siempre”. Nicolás Ogalde es arquero del Pinares y fue premiado como el mejor deportista 2017 de aquel colegio. El que siempre tapa goles allá detrás de todos, ahora estaba adelante, recibiendo el aplauso sobre la tarima. Su sonrisa lo decía todo.
De su gran temporada, cuenta que “salimos segundos del torneo Adicpa, porque perdimos en la final contra Salesiano, pero creo que hicimos una gran campaña. Ese último partido fue el único que perdimos en todo el año y eso habla de lo bien que anduvimos durante toda la temporada, aunque claro que queríamos ser campeones”.
Explicando ese gran nivel, apuntó que “somos un grupo que llevamos harto tiempo juntos, jugamos desde chicos y hemos crecido uno al lado del otro. Diría que nos conocemos de memoria y somos bien amigos. Eso es importante cuando tienes un equipo, porque siempre se hacía agradable llegar a la cancha y encontrarnos todos”.
Sobre sus guías, apuntas que “el profesor Cristián Valdés y Domingo Llanos han sido quienes nos entrenaron toda la vida. Han sido importantes”.
Lo suyo es cuidar la valla y mantener el cero, función que desempeña hace un buen tiempo. “Me gusta porque en mi familia todos juegan al arco y uno intentaba de chico hacer un poco lo mismo. Con el tiempo me empezó a entusiasmar y me gustaba ver por televisión las cosas que hacía Iker Casillas. Miraba cómo se movía, cómo se tiraba en los penales y yo intentaba copiarle algunas cositas”, confesó.
Y también hubo otras cosas que lo empujaron hacia la portería. Nicolás cuenta que “mi hermano grande jugaba desde siempre conmigo. Es chistoso porque él era delantero y para entrenar me ponía a mí al arco, para poder patearle a alguien. Claro, yo era el más chico. Tengo tres primos que son arqueros, un tío y mi abuelo. No sé que tiene ese puesto que al final a todos nos termina entusiasmando. Mi papá va a verme todos los partidos, se pone atrás del arco y siempre me da consejos. Me tiene hasta agua”.
¿Y nunca ha intentado con el fútbol como algo más que un pasatiempo? “Fui pre cadete de la UdeC, pero no me gustó mucho lo de ir a entrenar porque en ese tiempo estaba súper enfocado en el colegio. Duré poco y nunca más traté de jugar de manera tan profesional”, aseguró.
Y este fue un año especial. El último de colegio, el más duro de todos. Nicolás fanático del Real Madrid- explicó que “el fútbol ayudó harto para distraerme en un año que me tocó preuniversitario y después la PSU. Me gusta la Ingeniería, pero nunca he tenido tan claro qué voy a seguir. A veces cuesta dedicarle un tiempo a cada cosa, pero traté de no faltar nunca a los entrenamientos del fútbol. El fin de semana, ahí no fallaba nunca”.
Recordando un partido especial de su época escolar, repasa que “en una Copa PF, en sexto básico, me acuerdo un partido que ganamos por penales y tapé como tres”.
Con el trofeo en su mano y harta gente felicitándolo, agregó que “Es lindo que me hayan escogido entre tantos alumnos y ser el premiado del colegio. Uno no lo espera. Creo que debe ser por mi perseverancia, lo que uno aporta al grupo. Eso me pone contento”.