El ex pesista regional, que mantiene la plusmarca en los 62 kilos, lleva más de un año formando deportistas en Chiguayante, en una labor que ya da frutos.
En un deporte tan dinámico como la halterofilia, donde las marcas suelen romperse seguido, lo de Jaime Iturra sigue siendo toda una proeza en el deporte del país.
Porque no existe nadie en la disciplina que pueda jactarse de mantener un récord nacional vigente nueve años. Casi una década ya desde que, en el Campeonato Nacional de La Serena 2008, lograra el histórico registro de 121 kilos en Arranque y 150 de Envión, en los 62 kilos de peso corporal.
Monarca sudamericano en 2005, medalla plata en los Juegos Odesur de 2006 y bronce en los Juegos Panamericanos Río 2007, Iturra es todo un emblema en las pesas regionales, ejemplo para todas las figuras que siguen sus pasos hoy. No por nada, la UBB realiza todos los años en su sede Concepción, un importante torneo que lleva su nombre.
Seguro que fue todo lo anterior lo que hizo que el recordman, retirado hace un tiempo, haya decidido compartir su experiencia y dejar un legado en las nuevas generaciones. Algo que hace como técnico del Club de Levantamiento de Pesas Manquimávida, en la comuna de Chiguayante, donde en poco más de un año ya está logrando resultados con sus nóveles alumnos.
Levantando sueños
Jaime reconoce que tuvo diversas dificultades para conformar la escuela y que prácticamente partió de cero, pero que en el camino encontró la fórmula para ir creciendo.
“Estaba enfocado en mi carrera de constructor cuando me llamó el ex director regional del IND, Camilo Benavente. Así es que me vine a vivir a Chiguayante, al inicio no hubo mucho interés porque es un lugar donde nunca se había hecho pesas, así es que tuve que promover, informar. Visité los colegios, me entrevisté con el alcalde de quien tuve una excelente acogida y de a poco me dieron espacio”, comenta.
“Hace casi un año y medio que iniciamos esta labor, y lo hicimos con lo básico. De hecho, los implementos con los que empezamos a trabajar eran míos, compré dos juegos de pesas, discos usados y aun así fuimos formando un buen equipo. Ahora estoy en el Colegio Hipólito Salas, entidad que nos ha permitido captar niños de otras escuelas como la Aurora de Chile y el Obispo San Miguel”, añade.
Es así como ya cuenta con una veintena de jóvenes entre los 15 y 17 años, en un taller que se financia y desarrolla a través de las Escuelas Integrales EDI del Instituto Nacional de Deportes (IND). Y con frutos que están dando qué hablar.
“Yo pasé por todo esto cuando fui deportista, así que puedo ahorrarles etapas a mis dirigidos. Esto nos permitió generar resultados en un corto plazo. Tengo a Sergio Cares (categoría 69 kilos) que salió tercero en el Nacional Sub 15 y a Agustín Muñoz (77 kilos) que salió cuarto en el Nacional Sub 17 y ahora se irá a trabajar al CER con el profesor, Daniel Camousseigt. Y llevamos apenas un año de trabajo, así es que ilusiona bastante”, expresa.
Para Iturra, sin embargo, este alto nivel no es novedad, sólo falta mayor apoyo para ir más lejos. “En la Región tenemos un potencial enorme, en algún momento aportábamos el 60% de pesistas a la selección. En lo que nos hemos visto un poco frustrados es en implementación, porque es poca y cuesta comprarla. Pero confiamos en que vendrán tiempos aún mejores”, dijo.
Casi una década sin que nadie logre superarlo
Dice que no estaba nervioso cuando el cubano nacionalizado chileno, Julio Acosta, levantó 120 kilos en Arranque y 146 kilos en el Envión en Río 2016, consiguiendo la mejor actuación masculina chilena en unos JJ.OO. Logro que no alcanzó para desbancar sus 121 y 150 kilos logrados como récord nacional en 2008. “La idea es que a uno le batan la marca. No es posible que yo haya desaparecido de las pesas y se demoren más de 9 años en volver a hacer un récord. Por eso es tan necesario tener talleres y formar niños”, señaló Iturra.