El mismo equipo que fue sublíder y peleó hasta la penúltima fecha por subir Primera B, se fue a Tercera por los malos manejos dirigenciales. Un clásico porteño.
La semana pasada surgió casi como un rumor, pero los dirigentes del ancla le bajaron el perfil, como de costumbre.Naval era castigado por la Primera Sala, con la pérdida de categoría. La medida era apelable, pero poco tardó la Segunda Sala en tomar una resolución definitiva y ayer, pasadito el mediodía, le llegó correo a los dirigentes choreros: el club, definitivamente, se despide de la Segunda División. Es el tercer gran castigo que recibe esta mítica institución del puerto, curiosamente todos estando a cargo de Fernando Rojas.
Todo el año se habló de jugadores impagos. Y más allá de que lucharon e ilusionaron a su gente cada vez que entraron a la cancha, la situación no correspondía. No podía permitirse. Al parecer, la Anfp solo esperaba que terminara el torneo para aplicar el castigo, situación que el club manejaba perfectamente. Al menos, los muchachos choreros aprovecharon de mostrarse hasta fin de año, en vez de quedar cesante en septiembre.
Técnicamente, el motivo del descenso navalino obedece al “no pago oportuno de las obligaciones laborales y previsionales correspondientes a septiembre, siendo sancionados antes por dos incumplimientos similares y consecutivos, respecto de las obligaciones previsionales de julio y agosto”.
La noticia no sorprende a nadie, pero se abre una puerta para la salida de esta sociedad anónima que ya ha expresado su incapacidad para seguir guiando este barco. Para ellos, la culpa es de la poca respuesta de la gente, que efectivamente no promedió la asistencia esperada a El Morro, a pesar del campañón. Lo cierto es que este desorden económico se viene arrastrando hace años y el Club Social nunca ha podido conocer con claridad esos números rojos.
Ahora, ese Club Social que dirige Cristián Ferrada será el encargado de llevar las riendas, aunque todos saben que sacar a Rojas no es cosa fácil Por ahora, se estudian los pasos legales para quitar a la sociedad anónima del camino y devolver la institución a su gente, a sus socios. Después, habrá que postular al cuaderno de cargos de Tercera, trámite que ya está cerrado, pero que siempre da más tiempo al recién descendido.
¿Y qué pasará con el cupo que queda libre en Segunda? Hace rato que Deportes Concepción y Lota Schwager están postulando a la única plaza que quedaba por llenar y ahora, probablemente, haya dos vacíos que completar. Oportunidad clara para que ambos ingresen a esta división. El ancla tendrá que empezar de abajo.
Tan bochornoso como el descenso del 2014
A fines de ese año, Naval fue bajado “por secretaría”. La Anfp argumentó este castigo con motivos que en cualquier otro ámbito inhabilitarían a los dirigentes de seguir ejerciendo este tipo de cargos. La máxima entidad de nuestro fútbol acusó “irregularidades en la información de pago de cotizaciones previsionales informadas. Dichas irregularidades consisten en aparentes alteraciones en los comprobantes y timbres de pago emanados del sistema Previred”. Naval debió jugar al año siguiente en Segunda División.