Dice que llegó a la gimnasia rítmica por error. “Yo quería hacer gimnasia artística, porque había visto varios videos y me gustaba. Así es que cuando estaba en tercero básico, le pedí a mi mamá que me inscribiera en el colegio. Pero ella se equivocó, me anotó en rítmica y yo me di cuenta recién cuando fui a la práctica”.
Perfectamente, pudo haber abandonado en ese primer día, sin embargo Catalina Werner (18) le dio una oportunidad a la, hasta entonces, desconocida actividad. Y no se equivocó. “Con el tiempo me fue gustando cada vez más, la encontré muy linda. Además que siempre me encantó ir a los campeonatos, compartir y medir mi nivel con las demás niñas. Eso sí, también me quedó claro que si te quieres dedicar de verdad, al final entrenas sola y debes autoexigirte para avanzar”, manifiesta.
De aquello se dio cuenta cuando tomó más en serio el deporte. “Si bien partí muy chica, fue entre séptimo y octavo que me di cuenta que en verdad era buena y que podía optar a crecer en la gimnasia. No fue fácil, porque significó vivir muchos cambios de entrenadores y de compañeras. Pero logré afrontarlo y, finalmente, eso marcó el comienzo de mis mejores resultados en la especialidad”, reconoce.
De aquello, ya han pasado varios años y hoy, la alumna del Colegio Alemán de Concepción se reconoce una apasionada del deporte al que llegó por casualidad. Tanto así, que ya se ha hecho un nombre en la disciplina, donde compite en la categoría Superior Nivel B.
Fue así como clasificó consecutivamente para los Campeonatos Nacionales de 2016 (donde finalizó sexta) y de este 2017, torneo en el que rozó el podio con un aplaudido cuarto lugar.
“Para mí es súper satisfactorio ver el crecimiento año a año, y que este se vea reflejado en las competencias. Porque pese a que antes de cada presentación me pongo nerviosa, una vez que inicio la rutina soy capaz de pasarlo bien y salgo feliz con lo hecho”, apunta.
Fueron esos mismos buenos resultados los que hicieron que al término de la temporada, Catalina fuese elegida por Adicpa como la mejor gimnasta de su colegio, y una de las más destacadas del circuito escolar. Reconocimiento que ella agradece. “No me lo esperaba, pero me pone feliz. Es gratificante cuando uno se esfuerza y las demás personas son capaz de notarlo”.
Es por eso también que se entusiasma para seguir en el deporte, pese al desafío que significa dar el paso del colegio a la universidad. “Me gustaría estudiar arquitectura o ingeniería. Sé que son carreras difíciles, pero me encantaría compatibilizarlas con la gimnasia. Planeo seguir en la actividad deportiva en 2018 y por eso ya me inscribí en el club. Ojalá pueda, y si todo saliera bien, me gustaría seguir yendo a campeonatos importantes e, incluso, aumentar mi rendimiento y subir de nivel. Veremos qué pasa”.