Le costaba creerlo y no entendía muy bien lo que estaba viviendo. Valeria Vaccaro tuvo un año exigente no sólo por lo que significa cerrar cuarto medio y preparar la PSU, sino que por el tiempo que dedicó a jugar vóleibol por el Colegio Francés. Esfuerzo que se vio recompensado, ya que la estudiante fue distinguida hace un par de días como la más destacada en su disciplina, tras un año redondo representando a su establecimiento, siendo la única del Charles de Gaulle galardonada como deportista, además de María Jesús Seguel, destacada por su aporte cultural en el Flamenco.
“Fue todo demasiado sorprendente e inesperado, pero muy grato. No sabía de la existencia de este premio y mi familia menos, aunque estamos demasiado felices. Ser tan chica y lograr esto para mi es una tremenda motivación. Estoy jugando vóleibol desde súper chica, pero recién hace tres años, más o menos, me lo tomé en serio”, cuenta Valeria, sólo minutos después de recibir su reconocimiento, agregando que “irme así del colegio, con estos logros, es lo mejor y muy entretenido. Fui la capitana del equipo y he ido aprendiendo muchas cosas desde que comencé a jugar”.
Pero, ¿cómo fueron tales inicios en el vóleibol? Valeria recuerda que “desde chicos mi papá nos inculcó hacer deporte junto a mi hermano. Partí jugando tenis desde muy pequeña, luego probé con el vóleibol y me quedé en esto. En mi casa todos son deportistas y me apoyan mucho. Mi papá, al igual que yo, estudió en el Colegio Francés y jugaba básquetbol, practicándolo hasta ahora cada vez que puede”.
Así como Marcelo Vaccaro, padre de Valeria, es quizás el referente y ejemplo a seguir en la práctica deportiva familiar, su hermano Vicente, de 21 años, es estudiante de Educación Física y tomó un camino similar.
“Juega tenis, aunque no a nivel competitivo. Mi mamá es la única que no practica deporte y sólo falta que ella se sume. Ahí la cosa está un poco más difícil, eso sí”, comenta entre risas Valeria.
Destacar el rendimiento de una deportista de sólo 17 años, habla de una potencial gran figura. Valeria ya había sido escogida mejor jugadora en otros campeonatos, por lo que su nivel defendiendo los colores del Charles de Gaulle va en un crecimiento del que ella se da cuenta y valora. “Es que si llevas jugando vóleibol tantos años, lógicamente debes progresar. Con la ayuda de los profesores y el apoyo del equipo uno avanza no sólo como jugador, sino que además como persona. Como este es un deporte en equipo, generas lazos y se arma casi una familia, donde aprendes a compartir dentro y fuera de la cancha. Así uno crece como persona”, valoró.
Al margen de aquello y en cuanto a números, Vaccaro señaló que “este año nos fue súper bien. Fue una de las mejores temporadas. Se ve un avance y hemos ido de peor a mejor. Fuimos a una competencia en Santiago y sacamos primer lugar. Lo mismo nos pasó en un torneo en Viña del Mar, donde participamos todos los colegios franceses. Hemos ido avanzado demasiado como equipo y colegio en vóleibol. Se nota un crecimiento”, dice la deportista del Francés.
Hoy Valeria vive y disfruta con cada bloqueo y remate en el vóleibol, pero tal como contaba, sus comienzos fueron en otro deporte. Fanática de la actividad física y, al parecer, de las redes, la oriunda de Chiguayante asegura que “jugaba casi sólo tenis. Para mí, el vóleibol no era nada más un hobbie”. Todo ello hasta a la aparición de un personaje clave: Guillermo “Memo” Jiménez.
“Hace tres años cambiaron al profesor de vóleibol de mi colegio. Él hizo que me tomara en serio el vóleibol y así dejó de ser sólo diversión para mí. Había estado en un par de equipos, pero llegó él e ingresé a jugar al del colegio, donde nunca antes había estado. No pensaba en practicar vóleibol a nivel competitivo. Habían muchas cosas que no podía hacer, pero el “Memo” me transformó en mejor jugadora. Llegó al colegio y éramos penúltimas, luego salimos quintas y ahora primeras. El avance se nota”, afirma Valeria, muy agradecida de su profesor.
El aludido recibe con orgullo y sorpresa los elogios. “La verdad no sé cómo lo hice, sólo traté de motivarla porque vi que tenía muchas condiciones. Partí por invitarla a practicar con un grupo adulto que yo entrenaba. Nunca le dije que dejara el tenis, por el contrario, siento que ese deporte le sirvió mucho para desarrollar diferentes habilidades motrices. La conocí en marzo de 2015 y ella, desde el primer entrenamiento, fue una niña súper comprometida. Siempre estuvo presente en todos los entrenamientos, actividades y competencias que teníamos como colegio”, expresó Guillermo Jiménez, quien al margen de ser entrenador de la rama femenina del Colegio Francés, es el adiestrador de las selecciones universitarias en damas y varones de UdeC.
Jiménez agrega que “la ‘Vale’ siempre tuvo motivación, al margen de todas las grandes condiciones que tiene para el deporte. Yo creo que si ella continúa jugando en el contexto universitario, perfectamente puede seguir mejorando aún más. Espero que en la universidad donde ella decida irse, continúe con el vóleibol. Sería una bonita experiencia para ella ser una universitaria deportista. Si se va a la UdeC, seguiríamos juntos. Sé de su gran nivel y compromiso deportivo y académico”.
Valeria ya conoce lo que es lidiar con el deporte y los estudios. A veces muchos privilegian un ítem por sobre otro, pero ella demuestra que cuando las cosas cuestan, es porque valen la pena.
“Es complicado, sobre todo en cuarto medio porque estás en clases, preuniversitario, pruebas y la PSU. Se deben organizar bien los tiempos, entre deporte y estudio, pero uno sí se las puede arreglar. Me va muy bien”, dice con seguridad, dando el ejemplo a muchos . Y ojo, Valeria avisa que “ya dejé de jugar vóleibol en el colegio, pero no dejaré de practicar este deporte. Quiero estudiar Civil Química o Bioquímica en la UdeC y ahí, obviamente, jugar por el equipo de vóleibol de la universidad”.