El santajuanino, Miguel Valencia se colgó plata en K1 y bronce en el K2 junto a Julián Cartes. En tanto, en el tenis de mesa, Paulina Vega aseguró plata y anoche disputaba el título del singles.
Las aguas de Colombia se rindieron a la calidad de los deportistas de Bío Bío. Porque si primero fue el remo quien dejó su huella, ahora fue el turno del canotaje que, para no ser menos, cerró su participación en los Juegos Bolivarianos Santa Marta 2017 copando los podios en la serie masculina.
Protagonista de aquello fue el palista de Santa Juana (que entrena en la Laguna Chica de San Pedro de la Paz), Miguel Valencia, quien se colgó la medalla de plata en el K1 200 metros.
El pupilo de Gualberto Mesa, cronometró 38 segundos exactos para cubrir la distancia, sólo superado por el ecuatoriano, César De Cesare, que marcó 37’’.53. El bronce, en tanto, quedó en manos del dominicano, Alexander Disla, con una marca de 40’’.32.
Posteriormente, el medallista sudamericano se subió al K2 200 metros en compañía de su coterráneo y miembro del Club Náutico Bío Bío de San Pedro de la Paz, Julián Cartes, obteniendo el tercer puesto gracias a un tiempo de 35’’.72. Oro fue el bote de Ecuador (34’’.24), mientras que la plata para Venezuela (35’’.43).
Desempeño que fue exaltado por el entrenador del CER Bío Bío, Gualberto Mesa. “Estos son muy buenos resultados, sobre todo en el caso de Julián (Cartes) que todavía es categoría juvenil. Sin duda, una muy buena experiencia para lo que se viene a futuro”, examinó el profesional cubano.
Inspirada con la paleta
Otra carta regional que destacó a todas luces en el certamen fue la experimentada tenimesista, Paulina Vega, quien vivió una nueva jornada de éxitos.
La sampedrina finalizó como líder indiscutida del Grupo 2 del single femenino con seis puntos, luego de notables victorias en la víspera sobre la peruana, Paola Mori (3-0); la ecuatoriana, Nathaly Paredes (3-0) y la venezolana, Gremlis Arvelo (3-0).
Y, ayer, tenía duros desafíos en la última jornada de individuales. Fue así como por los octavos de final, enfrentó a la ecuatoriana, Eunice Gálvez, segunda del Grupo 3.
Duelo que significó un trámite para Vega, quien mantuvo su ritmo arrollador para imponerse sin mayores dificultades por 3 sets a 0, con parciales de 11-3, 11-5 y 11-8, clasificando a los cuartos de final.
En esa instancia le correspondió medirse ante la guatemalteca, Lucía Cordero, segunda del Grupo 1. Y otra vez salió a relucir toda la categoría de la exponente regional, quien despachó a su rival por otro 3-0, colocando su nombre entre las cuatro mejores del campeonato.
Por la corona
Logro que no sería el techo de la paleta local, quien apenas tocó suelo colombiano ya había anunciado que iba por el título. Lo que dejó de manifiesto en las semifinales, donde la esperaba la también guatemalteca y principal carta de su país, Mabelyn Enríquez, quien venía de ganar el Grupo 8 y de dejar en el camino a la dura ecuatoriana, Astrid Salazar.
Un confronte donde, sin embargo, Paulina se mostró intratable, para quedarse con una contundente victoria de 4-0 (parciales de 11-8, 11-6, 11-7 y 11-9), sellando de esa manera su paso a la gran final, asegurando al menos la medalla de plata para Chile. Y, todo, sin perder siquiera un set.
“Sabía que no podía dar nada de ventaja porque Mabelyn es una jugadora con mucha mano, así que debía tratar de resolver todos los sets. Estoy feliz y eso se ve reflejado en la mesa, que estoy disfrutando hacer lo que más me gusta”, señaló Paulina tras el partido.
En la definición por el oro, que se jugaba al cierre de esta edición, la sampedrina esperaba a la ganadora del duelo entre la venezolana Neridee Niño y la colombiana, Paula Medina.
En relación a la final, la jugadora de Bío Bío se mostró consciente de las dificultades que encontraría para imponerse. “Son jugadoras muy buenas, pero todos los partidos son a morir así es que tengo muchas ganas de luchar hasta el final. Siempre que juego por Chile, lo hago para ganar el oro, y ahora que llevo un tiempo jugando en España, me siento muy fuerte de cabeza y preparada”, sentenció.