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Concepción y el Ester Roa siguen haciendo mérito

Por: Diario Concepción 12 de Noviembre 2017
Fotografía: Agencia UNO

El recinto acogió otra vez una fiesta. Santiago Wanderers celebró un histórico título en el Bío Bío en una jornada que el hincha del fútbol recordará siempre.

Mucho se habló de que “Los Abajo” y “Los Panzers” eran hinchadas peligrosas, pero, el espectáculo que brindaron las barras de ambos equipos, además del entretenido partido que animaron Santiago Wanderers y Universidad de Chile en la gran final de Copa Chile, es digno de ser archivado como uno de los grandes momentos desde que se reinauguró el Ester Roa. Más de 10 mil hinchas llegaron desde Valparaíso en una caravana que arrancó la noche del viernes desde el puerto hasta Concepción. Familias completas, abuelos, señoras, niños, todos organizados repartiéndose globos en la previa y cantando con su compañero de asiento, como si fuesen conocidos de toda la vida.

La última vez que los “caturros” ganaron una Copa Chile, había sido en 1961. Por lo mismo, un elenco poco acostumbrado a ese tipo de festejos, aprovechó al máximo una soleada y hermosa tarde. Wanderers ocupó el noventa por ciento de su sector asignado, tiñendo de verde casi la mitad del estadio reuniendo alrededor de 12 mil hinchas. Un ejemplo. Y se portaron bien. Llegaron con ilusión y se fueron felices. En lo futbolístico, fueron superiores a una “U” que hace rato venía disgustando al espectador. El primer cachetazo lo recibieron con la sorpresiva lesión de Mauricio Pinilla. Ahí comenzó la debacle. Los de Valparaíso se pusieron en ventaja y cuando recién partía el segundo tiempo, dieron dos golpes rápidos que fueron definitivos. Wanderers ganaba 3-0 y el Ester Roa fue un carnaval. Se pensó en una remontada histórica de esas que la U. de Chile de Jorge Sampaoli le regaló varias veces al hincha azul, pero sólo por unos segundos, cuando el descuento de David Pizarro le dio algo de emoción al partido, que ya tenía ganador y campeón.

Lejos de provocar cualquier incidente, la hinchada de la “U” alentó a su equipo y lo despidió con aplausos, mordiendo la rabia de perder una final, pero así es el fútbol. En el otro lado, todo eran festejos. Si incluso Gabriel Castellón le pidió matrimonio a su polola en la cancha, pocos minutos después de haber terminado el partido. “Llevábamos cuatro años juntos y me prometí que, si éramos campeones, le pediría casarse conmigo. Me dijo que si”, comentó emocionado el joven portero de Santiago Wanderers. Nicolás Córdova fue completamente bañado en agua en la cancha y, en plena conferencia de prensa, el plantel repitió la escena lanzándole champagne.

No hubo desórdenes en el estadio, ni butacas rotas, peleas entre hinchas, todo estuvo perfectamente coordinado. Un par, dos o tres fanáticos, saltaron a la cancha a intentar abrazar a sus ídolos, pero fueron rápidamente controlados por los guardias. El ingreso, accesos y evacuación fueron exitosos. Una gran jornada que trae a la mente el título de Huachipato en 2012, cuando se vivió una tarde muy familiar, como el fútbol de hace 30 o 40 años atrás, con un justo campeón y otro buen perdedor.

Algunos en la “U” hicieron el amague de apuntar y explicar la derrota culpando al arbitraje, algo que poco sentido tenía. Wanderers fue mejor y celebró en Concepción tal como hace un año lo hizo la UC en la Supercopa, Paraguay, Argentina y Perú en Copa América, Francia, Rusia, Croacia, Nigeria y tantos otros equipos en el Mundial Sub 17. En sólo dos años el Ester Roa recibió grandes eventos deportivos y ahora una final de Copa Chile, ¿qué estaría faltando? A ver si algunos se dan cuenta que Santiago no es Chile y le dan al Bío Bío la opción de ver un partido de la “Roja” por los puntos. Concepción hace rato lo merece.

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