Parece como si no hubiese pasado tanto tiempo desde noviembre de 2013, cuando Sebastián Navea tuvo su primer gran resultado como campeón de los Juegos Deportivos Nacionales. Ese hito que lo determinó a profundizar y tomarse en serio el taekwondo.
Cuatro años desde aquello, tiempo en que el deportista ha crecido a una velocidad inesperada, hasta convertirse actualmente en uno de los mejores exponentes nacionales y carta fija en la selección chilena que, en noviembre, disputará los Juegos Bolivarianos.
Pocos saben que este chillanejo ha cimentado buena parte de su exitosa carrera en el circuito universitario, en el que portando los colores de la UBB ha llegado hasta China mostrando su calidad en el tatami.
Navea tuvo la suerte de comenzar muy niño en el deporte, cuando tenía 10 años y sus padres lo instaron a probar en el taekwondo. La disciplina y confianza que le entregó esta arte marcial, lo instaron a querer aprender todo lo posible, mientras veía que atrás iban quedando amigos, familia y salidas nocturnas, porque en esta especialidad, sin sacrificio no hay pago.
Así fue evolucionando y tuvo en el entrenador, Daniel Godoy, a su primer nexo con el alto rendimiento. Bajo su alero conquistó los Primeros Juegos Nacionales y, previamente, el podio en los Juegos de la Juventud Trasandina.
A la par, fue desarrollando un destacado trayecto en el ámbito universitario, erigiéndose como habitual protagonista de la Liga Adesup, algo que asegura siempre lo ha complacido. “Representar a la U. del Bío Bío, en cualquier competencia, es importante y me siento orgulloso de hacerlo, porque es un medio para hacerla más conocida en todas partes. Y porque se abren las puertas para que se logre ver que, el deporte, no es un limitante si el joven quiere optar a estudios de educación superior”, puntualiza.
Fue en el mismo 2013 que Sebastián entró a la UBB por la vía de Deportistas de Excelencia, luego que ganara los Juegos Nacionales. Y desde ahí que saltó a la colchoneta universitaria cada vez que su universidad lo necesitó. “En 2014 competí en Fenaude (Federación Nacional Universitaria de Deportes) y obtuve el bronce. En 2015 congelé, porque clasifiqué al Mundial de Rusia y quise prepararme de la mejor forma”, explica.
Así, y demostrando su evolución paulatina y sin retrocesos, llegó 2016, la que considera su mejor temporada. “Fue espectacular, no sólo salí campeón nacional en Fenaude, sino que también logré el título en las Ligas Deportivas de Educación Superior (Ldes). Y, por si fuera poco, me convertí en campeón nacional federado. Fue un año redondo donde pude ver las recompensas del trabajo duro”.
Este año, en tanto, el ritmo no bajó y tuvo su máxima expresión recientemente en las Universiadas de Taipéi, (Taiwán), donde con la camiseta de la UBB conquistó un meritorio quinto lugar.
“Fue una experiencia inolvidable que traté de disfrutar al máximo y que me dejó con ganas de regresar algún día. Las Universiadas son un magno evento, gigantesco, muy bien organizado. Pasé la máxima cantidad de rondas posibles y lamentablemente, en cuartos de final, me tocó perder con el campeón de la categoría, un iraní muy bueno. Pero quedé contento, porque al estar iniciando mi carrera, no tenía tantas expectativas. Aun así pude conseguir un buen resultado, siendo el mejor chileno en el evento tras Natalia Ducó, que fue cuarta en la bala”, detalla.
Fueron estas actuaciones las que hicieron que el nuevo head coach de la selección chilena de Taekwondo, el cubano Ramón Arias, pusiera sus ojos en Navea, invitándolo a inicios de este año a integrar el proceso que culminará con los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, Colombia (11 al 25 de noviembre).
En la selección lleva seis meses, tiempo suficiente para convencer al cuerpo técnico y ganarse un puesto como peleador titular de Chile en la categoría -63 kilos. “Sentí mucho orgullo cuando me llamaron para que me viniera a vivir al CAR (Centro de Alto Rendimiento) de Santiago. Pero esta invitación trajo consigo una difícil decisión, porque la única manera de poder dedicarme al 100% era que congelara mis estudios de Educación Física. Finalmente me decidí y hace dos semanas que lo hice, porque era estar acá y ser parte de todo, o en Chillán pero quedándome al margen”.
Sebastián dice estar cada día más seguro de haber tomado la decisión correcta. “El ‘profe’ me ofreció techo, alimentación y que viniera a probar. Gracias a su ayuda me está yendo bien y estoy tomando el deporte de una manera más profesional. No es nada fácil, el profesor es bueno, pero muy exigente, por lo que ya varios han desertado, ya que no aguantan el ritmo”, cuenta.
Deportista nuevo De esta forma, Sebastián es el único exponente regional en el proceso durante el cual reconoce, creció mucho. “Siento cambios de todo tipo en mí. En los psicológico estoy más analítico, capaz de solucionar más rápido los problemas. También en lo físico, porque siendo un luchador técnico, ese era mi talón de Aquiles, nunca me gustó hacer trabajos de resistencia y ahora es obligación. Gracias a eso siento que dentro de mi peso soy un competidor fuerte, habilidoso y con mayor confianza, lo que es clave en todo deporte de contacto”, afirma.
Palabras que el chillanejo acompaña con hechos, pues este año hizo cuartos de final en el Mundial de Corea (cayó ajustadamente por 15-14 ante el chino Zhao Shuai, campeón olímpico de Río 2016) y, hace tres semanas, sacó medalla de plata en un torneo G1 en Canadá, que entregó puntos para el ránking mundial.
Con todo, Navea no se olvida de su universidad y tiene planeado regresar a terminar su carrera de aquí a dos años. “Quiero completar el ciclo olímpico que culmina en Tokio 2020 totalmente dedicado al taekwondo. En la U no querían que congelara, pero me entendieron y eso es lo que más destaco de la UBB, que siempre me apoyaron; en lo económico, con la beca de congelación de arancel, donde además me daban una especie de sueldo; y en los académico, porque me daban la posibilidad de faltar a algunas clases y evaluaciones. Mi universidad se entrega a los deportistas, con apoyo que ninguna otra tiene. Creo que la UBB será la madre del nexo que habrá entre el deporte y los estudios de educación superior en Chile. Eso hace que uno quiera devolverle siempre la mano”, finaliza el deportista.