Ronald de la Fuente marcaba un empate que premiaba el empuje auricielo, con un hombre menos y en cancha de un equipo bravo que está peleando por el título. Y no conforme con la igualdad, el cuadro de Bozán siguió atacando, pero en la vuelta le llegó el doloroso e inesperado golpe de último minuto. Centro desde la izquierda, cabezazo de Patricio Rubio y Everton que le gana a la UdeC por 2-1, sin merecerlo. Tanto nadar y nadar, para morir igualmente ahogado.
La primera media hora fue flojísima, hasta que la Everton avisó con dos oportunidades claras. Primero, con un zurdazo alto- desde media distancia- que Eduardo Lobos le sacó a Hugo Droguett antes que se colara sobre su cabeza. Luego, una aun más clara con Alejandro Camargo llegando a un centro al área chica, para empalmar sin mucha fuerza y mandar la pelota a uno de los verticales.
La visita sorprendía a uno de los equipos que habitualmente muestra mejor fútbol. “Vitamina” Sánchez no lograba que sus jugadores importantes se juntaran y solo aparecían chispazos de Juan Cuevas y amenazas débiles del “Pato” Rubio. Eso hasta que el ex delantero de la “U” picó a un pase largo, controló bien y, cuando sintió la presencia de Gustavo Mencia, se dejó caer escandalosamente. El árbitro Felipe González le compró y expulsó al paraguayo, lo que sería clave en el desenlace del juego.
Pese al hombre de más, a Everton le costó imponer supremacía. Controló más el balón, pero generó muy poco. La numerosa hinchada local se desesperaba, cuando González pitó penal por una falta que los jugadores de la UdeC discutieron largamente. Sintieron que el delantero rival había sido bajado fuera del área, pero la repetición le dio la razón al juez. El mexicano Iván Ochoa no falló su ejecución.
Pero la UdeC no se echó a morir. Al contrario, Carlos Escobar metió un derechazo terrible que obligó a un tapadón de Lobos. Dos minutos después, Francisco Portillo falló en plena área chica, rematando demasiado apurado al cuerpo del portero. La UdeC descolocaba al local y empataba con un centro largo que, después de algunos rebotes, cayó en la zurda de Ronald de la Fuente y este no dudo en mandarla a la red.
Era un premio grande y justo, pero Everton la ganó en la última y más por acierto propio que error rival. Rubio cabeceó a la red y los de Bozán se quedaron sin nada.