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Huachipato: La farra acerera que hizo explotar al técnico Vigevani

Por: Paulo Inostroza 29 de Octubre 2017
Fotografía: Agencia UNO

Un bombazo de Valenzuela rompió el cero en un partido donde la usina fue ampliamente superior, pero sufrió por no saber amarrarlo antes de tiempo.

“¡Termina el partido, carajo!”, le gritaba un desesperado César Vigevani al delantero Jorge Ortega. Acababa de perderse la octava situación clara de gol para el acero, mano a mano con Melo. Fue farra en un partido que Huachipato no debió terminar sufriendo, pero hay que quedarse con lo bueno: fue ampliamente superior a Palestino y ganó 1-0. Entró solo una, cuando el acero mereció mayor ventaja.

Los siderúrgicos entraron a la cancha con clara actitud de avasallar a su rival. No tenían a su gran figura, Yeferson Soteldo, pero aun así fueron un cuadro muy ofensivo y que siempre quiso más. Sin el venezolano, los de Talcahuano se las ingeniaron para llegar una y otra vez al arco contrario. Lo tuvo Ortega con un derechazo apenas alto y pudo ser con un casi autogol de Diego Silva, pero el único tanto llegó tras un balón parado.

César Valenzuela sacó un córner cortito para Povea, este devolvió al pequeño ex Palestino y su tiro bombeado, al segundo palo, se metió sobre la cabeza del portero árabe. Golazo, gracias a la jugada preparada en el laboratorio del CAP. El acero venía de un duro golpe, tras perder la clasificación a Copa Libertadores por un penal de Zoch que dio en el palo, pero se vio muy repuesto. Marcó, pero no se relajó y siguió en la misma onda, aunque el local -gracias a sus peligrosos atacantes- contó con un par de ocasiones para empatar: un tiro apenas desviado de Sebastián Pinto y un derechazo rasante del “Pájaro” Gutiérrez que sacó Lampe.

El primer tiempo cerró con diferencia mínima, pero ya vendría el temporal ofensivo de Huachipato, que no mojó más.

Una y otra vez

Recién volviendo de camarines, Ortega fue derribado por el portero Melo, el árbitro Tobar perdonó y decidió sacar solo tarjeta amarilla y los de Vigevani dejaron bien en claro que los penales y ellos no son amigos. Claudio Sepúlveda ejecutó fuerte y al centro, pero el balón dio en el travesaño.

Poco después, Sebastián Martínez ingresó por el centro del área, punteó el balón a ras de suelo y se encontró con el palo izquierdo de Melo. El arco se le cerraba a Huachipato. Luego llegaron dos tremendos remates que debieron ser gol: un notable derechazo de Sergio Bareiro desde la mitad de cancha y un zurdazo violentísimo de Valber Huerta. Darío Melo, una de las figuras del encuentro, se encargó de sacar ambas oportunidades en lucidas intervenciones.

Palestino no despertaba, Merlo anticipaba bien a los delanteros adversarios y la dupla Sepúlveda-Martínez no dejó nunca que los talentosos Pino y Rojas generaran fútbol para el dueño de casa. Huachipato anulaba a su rival, pero no podía asegurar los tres puntos. Ortega quedó dos veces solo frente a Melo, pero dudó. En una resbaló y en la otra pateó al cuerpo. Ahí explotó un Vigevani que vio pasar por su cabeza la llave con Wanderers, donde fueron más, pero no supieron ganarla. “¡Mata el partido!”, le gritaba a los suyos.  Así llegó el pitazo final, los festejos de un acero que ya está entre los ocho mejores y los gritos de la barra local contra Cavalieri. Bien por la visita.

 

 

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