“Agradezco a la gente que vino porque nos apoyó. Estas lágrimas son de emoción”. Las palabras del “Mago” Jorge Valdivia resumen de gran manera lo ocurrido esta noche en el estadio Monumental. El volante fue figura en una jornada tensionada y llena de emociones.
El estadio se llenó y, como nunca, el público apoyó desde el primer minuto. Se sabía que, de no ganar, la “Roja” diría adiós a cualquier opción de llegar al Mundial. Y la gente lo sabía. Como pocas veces cuando Chile es local los hinchas se hicieron sentir y fueron el jugador número doce. El apoyo que no estuvo en toda la clasificatoria, esta vez llegó en el mejor momento.
Chile entró ansioso, intentando que la presión pasara desapercibida y con la misión de abrir la cuenta lo antes posible. Faltó sorpresa y chispa, hasta que apareció Valdivia. Jugadón del creativo albo que aprovechó errores en la zaga visitante y, Eduardo Vargas, que aparece siempre cuando más la “Roja” lo necesita, anotó el primero fusilando a Banguera. Un misil y, más que eso, un desahogo.
Chile no pudo marcar el segundo gol antes del final del primer tiempo y apostó por cuidar la ventaja. Jorge Célico, entrenador ecuatoriano, realizó cambios y cuando la “Roja” se complicaba, llegó lo peor. Tarjeta amarilla para Arturo Vidal que dolió tanto como si Ecuador hubiese empatado. Casi un presagio. En el Monumental ya se pensaba en Brasil, próximo rival, hasta que el estadio se silenció, el mismo recinto que hace pocos segundos había despedido con una ovación a Jorge Valdivia. Gol de Ecuador. Desborde desde la derecha y Romario Ibarra, quien había ingresado hace pocos minutos, marcó el empate. Algunos hinchas, molestos, insultaron a Pizzi. Otros, muy pocos, se fueron del estadio, pero, la mayoría, extrañamente alentó y optó por levantar al equipo. Raro y algo que se echaba de menos en los duelos de la “Roja”. Quedaban siete minutos y Chile estaba quedando afuera de Rusia 2018. Una pesadilla.
En el peor escenario posible, con el público dolido y triste, pero apoyando, llegó una alegría infinita y llena de sueños. Vidal la robó por derecha, tocó con Gutiérrez que remató a portería, pelota rebotando y un griterío, hasta que Alexis Sánchez, de partido muy opaco, anotó el 2-1. Del infierno al cielo en cinco minutos. Gol de Chile. Uno de los más gritados en el último tiempo. El estadio se cayó en festejos, los hinchas que no se conocían se abrazaron, todos fueron uno. El sueño de la Copa del Mundo estaba intacto, sobre todo cuando al mismo instante Paraguay daba vuelta el partido a Colombia y Argentina enredó puntos ante Perú. Queda una fecha, el panorama es duro y puede pasar cualquier cosa, pero de esta generación dorada se puede esperar hasta lo imposible. Chile pasó del sexto lugar al tercero en 90 minutos. Del abismo al legítimo sueño. Las eliminatorias sudamericanas son una locura.