Era una jornada especial. Un centenar de respetuosos alumnos de la UBB en tribunas esperando al dueño de casa, pero antes de eso, los equipos de la UdeC y Udla se detienen un minuto y guardan silencio. Los del Campanil no jugaban desde el 6 de junio y, como la casa de estudio es una familia, recordaron a los jóvenes Felipe Fernández y Javier Vivanco, fallecidos el 12 de agosto. Venían con marca invicta y era un partido donde, teóricamente, había gran superioridad auricielo, pero al favorito le costó imponer esa supremacía.
El rugby Adesup es especial. Son solo quince minutos por lado y eso obliga a mayor vértigo y poco lugar a especulaciones, porque el tiempo pasa volando. Un par de tries aquí puede ser una diferencia irremontable. Y aquí hay barro, en serio, ovaladas que caen sobre árboles y obligan a detener el partido y público bravo. Es un lugar para valientes. En ese escenario, la UdeC siempre demostró ser más, aunque sus altos objetivos lo llevan a exigirse siempre otro poco.
Fue 24-0, con 4 tries del imponente Fernando Navarro, figura también de Old John’s. El técnico de Udla, al borde de la cancha, tenía claro que era el hombre que marcaría diferencias. “Este flaco me va a ganar el partido solo”, exclamaba resignado cuando ya llevaba dos carreras hacia el in goal.
El capitán auricielo, Luciano Núñez, comentó que “somos de metas altas porque aquí hay harto sacrificio de todos. Hemos salido hartos años campeones y queremos repetir, pese a que hay un recambio grande en el plantel. Siempre la meta ha sido ganar el Nacional y para eso tenemos que ir corrigiendo partido a partido. Acá hay un grupo donde todos somos bien críticos y nos decimos las cosas de manera bien directa. Es la única forma de mejorar como equipo. No jugábamos hace varios meses y siempre es bueno ganar”.
El estudiante de tercer año de Ingeniería Forestal también se refirió a la estrella de la tarde y apuntó que “Fernando marca harta diferencia a este nivel y es un buen complemento para lo que hace el equipo. Se nota su categoría”.
Y mientras más se acercaba el partido de la UBB, más gente se incorporaba a las galerías. Eran sus amigos y compañeros de esta casa de estudios que tiene tradición rugbista y también llegaba peleando la cima del Adesup, mano a mano con la UdeC. Del otro lado, la Unab y un primer tiempo sorprendentemente parejo. El pequeño Diego Landaur logró el primer try y de ahí en adelante el local se durmió y sufrió, pese a que Michael Riveros consiguió un segundo try a poco de terminar el primer tiempo.
Al técnico de los azules no le gustó lo que vio y levantó la voz. Se nota que sus pupilos lo respetan, escuchan y tienen claro que el tipo sabe. La segunda etapa fue muy distinta y los regalones del público salieron a matar a su rival, lo asfixiaron y ni siquiera lo dejaron acercarse a su zona de conversión. Supremacía total.
El destacadísimo Martín Aravena aumentó llegando tempranamente al rectángulo de gloria, Riveros repitió y Aravena consiguió otro éxito en el conteo de tries. Sumado a dos conversiones –en este nivel no se patea a balón parado, sino que de sobrepique- el marcador final quedó en un incuestionable 27-0. Ahora sí, el técnico levantó el pulgar aprobatorio. La UBB puso las cosas en su lugar y los dos favoritos hicieron las tareas sin problemas.